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Me pagaron una deuda, con una mujer (10): Orgía

Desde que recibí el video que me mandaron hasta que llegue a mi casa no tarde nada, la sola posibilidad que las chicas estuvieran haciendo algo mal me tenia apesadumbrado, no me pregunten por que pensé tan mal, ni yo lo se. El mensaje de Ana tampoco es que fuera muy claro.


Ana: Cariño y como a ti te gustaba para usarla un rato tus esclavas te cumplimos los deseos.- dijo esto haciéndome mención a lo dicho mientras acababa en hotel.


Entre corriendo a la casa, estaban las tres desnudas en la habitación, Rosa estaba en el centro, ella era un poco más alta que las chicas, tenia una cara muy linda con ojos celestes, y labios gruesos, tenia unos pechos grandes y pesados, estaban caídos pero eran enormes, tenia un poco de panza, y algunas estrías, unas gotas de leche caían de sus pechos, de culo estaba bastante bien. Se notaban en su vagina labios gruesos pero cerrados, tenía unas piernas fuertes y anchas. Su mirada demostraba deseo, lujuria, necesidad de sexo.


Ana: Mire Amo, mire la puta que le hemos conseguido. Esta un poco gordita, pero es porque ha sido madre hace tres meses. Mire esta vaca las buenas tetas que tiene, y su culo aunque usado esta paradito. Encima esta necesitada por que el padre de su hijo es marinero y esta de viaje hace meses, así que es una vaca en celo.


Creo que en esos momentos la sangre no me sube a la cabeza y me baja a mi miembro, por eso no pienso bien en situaciones de tanta calentura. Me quede mirándola de arriba abajo sin decir nada, las chicas pensaron que estaba pensando demasiado, y en realidad estaba admirando todo este cuadro. Ana actuó rápidamente para no dejarme pensar, la llevo a la cama la acostó y abrió sus piernas, de su vagina salía un pedacito de goma, Ana al removerlo salió muchos jugos desde dentro, y observando más de cerca me di cuenta que toda la zona estaba mojada o brillante por sus flujos, al remover lo que tenia adentro me di cuenta que era un huevito vibrador.


Ana: Esta puta lleva caliente desde que llego.- Rosa iba a acabar ante el movimiento en su vagina, Ana apretó su clítoris fuerte y le corto el orgasmo.


Me extraño el juguete, que tenia Rosa adentro, creo que Maite vio mi duda al respecto, y al mirarla ella sola me dijo.


Maite: Hemos comprado juguetes amo.- Me llevo a un pequeño sillón que teníamos en la habitación.


Ahí había varios juguetes, y también cremas de lubricación anal. Lo que más me sorprendió fue un arnés para mujer con un dildo, de un tamaño mediano, también había bolas chinas, un dilatador anal, otro huevito vibrador con control remoto, y unos arneses para muñecas y tobillos unidos con una soga. Yo tome el arnés con el dildo y vi que adentro tenia una protuberancia de goma que parecía vibrar, evidentemente era para se usado por mujeres y que estas recibieran mayor placer.


Maite: Ana insistió en que el dildo fuera más chico que su pene, así siempre disfrutaríamos más de la herramienta del amo.


Tenia una erección dolorosa que formaba un carpa en mi pantalón, ya me había puesto bruto de imaginar todas las posibilidades que tenia con todos estos juguetes, más Rosa, que no estaba gorda, le había quedado un poco de panza del embarazo reciente, más sus enormes senos llenos de leche, con la ropa que usaba la hacia parecer más gorda de lo que en realidad era, una mujer de grandes curvas.


Ana se acerco a mi y me dio un beso para el campeonato, profundo e intenso. Maite me desvestía, una vez desnudo la vista de Rosa se fijo directamente en mi pene, creo que trago saliva mientras lo miraba.


Esteban: A ver puta que sabes hacer.


Rosa inmediatamente se arrodillo y empezó a meterse mi pene en la boca, no lo hacia tan bien como las chicas, apenas con dificultad llegaba a un cuarto de mi pene, Ana pasaba la lengua por mi pecho, mientras que Maite terminaba de sacarme la ropa. Cuando esta término, se fue detrás de Rosa tomo mi su cabeza y empezó apretarla contra mi, haciendo la penetración en su boca más profunda, casi se la comía toda, Maite presionaba hasta que le daban arcadas a la gordita, de la comisura de sus labios caía la saliva por montones.


Cuando mi pene salía de su boca se afanaba por respirar raudamente, Maite solamente la dejaba unos segundos para después volver a meterle el pene a la boca, su maquillajes se había corrido por sus lagrimas y saliva. Maite saco mi pene de la boca de Rosa y empezó a escupir en las tetas de esta.


Ana: Tiene que probar estas tetas, son espectaculares para esto.- dijo echándome un chorro de gel lubricante sobre mi pene.


Maite tomo las gordas tetas y puso mi pene entre medio, mientras que Rosa me miraba como un corderito que va al matadero, sus preciosos ojos celestes llenos de lagrimas me pusieron más todavía, Maite apretaba bastante las tetas de Rosa contra mi pene tanto es así que empezó a brotar leche de ellas, y me mojaban los muslos, era leche muy tibia, Maite se separo un poco y por el movimiento de su mano estaba penetrando desde atrás a Rosa que gemía como si la estuvieran matando.


No aguanto más y empezó a acabar, yo ante tal escena tampoco pude más y estaba por acabar también, Ana se dio cuenta de todo tomo de los cabellos a Rosa que estaba terminado su orgasmo, la jalo fuertemente hasta mi pene y se lo metió en la boca. Mi primera descarga fue bastante abundante, esto hizo que se ahora y empezara a escupir, mientras mis descargas siguientes dieron en su cuerpo.


Ana: La leche de nuestro amo para nosotras es sagrada.- le hizo una seña y Maite la agarro de los pelos y la obligo a recoger del piso me semen con la lengua.- Déjeme a mi, su puta amo que lo sirva.


Ana se arrodillo y se la metió en la boca, recorriendo cada rincón de mi pene con su lengua, hasta dejarla brillante de limpia. Cuando mire Maite estaba dando de nalgadas a Rosa y esta estaba tomando del piso el semen que había derramado.


Maite: Mira así se trata el pene del amo, mira bien, no se desperdicia nada.- Otra nalgada muy fuerte, ya tenia el culo rojo.


Ana: Vio amo la cantidad de juguetes que compre, como usted me dijo.- hizo mención a lo que yo había dicho.


Me señalo los juguetes, y me trajo el arnés para que lo viera, era como si una nena tuviera un juguete nuevo, tenía una ilusión que no cabía en ella.


Esteban: Putita quieres usarlo, creo que nuestra otra esclava no ha recibido atención.- Dije señalando a Maite.


Ella con toda la emoción se puso el arnés, se puso tras Maite y la penetro desde atrás, ella lo recibió bastante bien, no tenia mucha coordinación le faltaba experiencia, pero de a poco se fue acoplando a su prima en los movimientos. Maite se apoyo contra el trasero de Rosa, lo apretaba y amasaba, creo que la experiencia nueva las estaba calentando demasiado, más incluso que el movimiento en si.


Yo mirando todo en poco tiempo me anime y mi pene también, Maite abrió las nalgas de la gordita y empezó a pasar la lengua por entre la raja de esta. En poco Rosa gemía, y sus dedos empezaron a jugar en su vagina. Mi mujer se veía muy empoderada, se me ocurrió bajarle un poco los humos, puse bastante lubricante en mi pene, fui hasta donde estaba penetrando en cuatro a su prima y puse lubricante también en su ano.


Esteban: Creo que la esclava lo necesita aquí.- una sonrisa malvada se dibujo en Ana.- déjame que te ayude cariño.


Tome el dildo con la mano y lo puse en la entrada del ano, ella sin piedad lo penetro de una, hasta el fondo. Maite lanzo un grito de dolor, yo metí mi mano y empecé a acariciarla y besarle la nuca y espalda, en poco tiempo se repuso y siguió estimulando a Rosa. Ana estaba sacada gozaba demasiado con todo esto, y estaba a punto de acabar, me puse atrás de ella acariciándola y en un momento dado cuando estaba cerca del orgasmo, metí de repente medio pene en su estrecho ano, otro golpe de caderas y entro completo, por supuesto que se le corto el orgasmo, y Maite recibió también una penetración furiosa, tome el cabello de Ana y le hice girar la cabeza y metí mi lengua en su boca lo más profunda posible.


Esteban: Para que no se te olvide de quien manda aquí.


Ana: Usted Amo, nosotras estamos para servirle.- dijo entre susurros, haciendo un gran esfuerzo.


En unos poco segundos logramos coordinarnos y hacer que nuestra penetración fuera más placentera y profunda. Todo fue muy rico, era como si los tres estuviéramos compenetrados, incluso termine agarrando la mano de Maite mientras mi otra mano apretaba el pecho de Ana. Casi nos olvidamos de Rosa, la primera en acabar fue Maite, mientras que Ana tuvo un fuerte orgasmo después. Yo no acabe, las chicas se desparramaron en el suelo.


Tome a la gordita y la lleve a la cama, nos besamos apreté sus pecho y bebí su leche, era deliciosa y ver como semejantes moles de carne lanzaban un chorro me puso más bruto de lo que ya estaba. Nuestros sexos se convirtieron en un hot dog, sus labios vaginales eran el pan que envolvía a mi salchicha, me movía lentamente mientras no soltaba a sus maravillosas mamas, la humedad de su sexo empapo hasta mis huevos, esta mujer estaba pronta a acabar.


Tome el pote y puse más lubricante en mi pene, lleve sus piernas a mis hombros y puse un almohadón bajo su cola, quería que quedara bien para no agacharme tanto de pardo, le fui metiendo el pene de a poco en su ano, era verdad que no era virgen, es más Ana y Maite lo tenían más cerrado que ella, pero fue placentero igual. Notaba que no llegaba todo lo profundo que yo quería.


Esteban: En cuatro puta, que quiero romperte bien el culo, para que te acuerdes siempre lo que es un verdadero macho.


Ella se puso en cuatro sobre la cama y yo me subía a la misma, en esa posición tenia que empujar mi pene hacia abajo, ahí si entro más esforzado como haciendo palanca y la profundidad era muy superior, empecé un mete saca violento, ya ella lo tenia dilatado así que no era problema. Es maravillosa la sensación de hacerse un culito, y esta se incremento con la sensación de una lengua en mis huevos, una lengua que iba y venia, supongo que bajaba hasta la vulva de Rosa, solamente podía ser Maite, porque Ana estaba ordeñando a la gordita mientras la besaba.


Demasiados estímulos sensoriales y visuales, un par de segundos más y mi leche inundo las tripas de Rosa que tampoco pudo más y acabo casi al mismo tiempo que yo. Desmonte y me tiritaban las piernas, aunque me hice el fuerte no quería mostrarme muy afectado.


Maite: Ven aquí, ahora hazlo bien.- tomo a Rosa de los pelos y la llevo hasta mi pene, ella lo lamio hasta dejarlo limpio siempre ante la atenta mirada de Maite.


Ana trajo un vino blanco que estaba bien fresco y lo bebimos, Rosa se le había pasado un poco la calentura y se cubrió un poco con las sabanas, le hice seña a Maite para que no le dijera nada. Mientras bebíamos en silencio, empecé a acariciar el muslo de Rosa, suavemente como despreocupado. Señale con mi dedo a las chicas y le hice seña de uno a otro, o sea que se cambiaran el arnés, lo hicieron inmediatamente. Le indique a Maite que lubricara el dildo, pedí el celular a Ana donde tenía el programa que controlaba el vibrador dentro del arnés, y lo puse en un grado leve, traje a Ana hacia mí y la bese, nos empezamos a comer la boca mientras acariciaba su cuerpo. Cuando nos separamos dirigí su cabeza para que se besara con Rosa.


Esteban: Ven cariño, móntame.- dije acostándome en la cama.


Ana lo hizo inmediatamente y me monto, comenzamos a besarnos, luego pase a su cuello, mire donde estaba Maite y moviendo los labios le dije lo que tenia que hacer, ella lo ejecuto tal cual le dije. Ella se posiciono atrás de su prima, puso el dildo en la entrada de su ano y se lo metió hasta el fondo, haciendo la mayor fuerza posible, justo lo que le había dicho moviendo mis labios, rómpele el culo. La enculaba con fuerza, lo estaba disfrutando, mientras que Ana pego un gran grito con la penetración, Rosa chupaba las tetas de Maite, pero en pocos segundos Ana acabo con un gran orgasmo. La tuvimos que sacar de arriba mío.


Esteban: Acuéstate ahora tu esclava.- le indique a Maite.


Ella se acostó y Rosa la monto, yo tome el celular y puse la intensidad del vibrador al máximo, Maite reacciono en el acto gimiendo, yo me puse detrás de Rosa y le penetre el ano lentamente hasta el fondo, mientras las sostenía de las tetas, para que arqueara la espalda y la penetración fuera mayor, Ana se puso atrás mío y me besaba el cuello y la espalda, en un momento dado los gemidos de Maite y Rosa eran como una sirena, cuando la gordita empezó a acabar brotaron chorros de leche de sus tetas mojando a Maite, esta acabo mientras pasaba todo esto, yo sentí como el ano se contraía y me arrastraba a mi también a un orgasmo, fue espectacular.


Todavía tuvimos sexo dos horas más, quedamos totalmente saciados de sexo, hasta que lleve a Rosa a su casa, quedamos en volver a repetir la experiencia.


Al volver a casa tenia que hablar con las chicas, y obligarlas a dejar de hacer estas cosas sin consultarme, sino me podrían meter en problemas, hasta ahora le había salido bien la cosa. Pero se me estaban revelando el ganado. Cuando volví las senté en el living.


Esteban: yo no autorice esto, y tu.- dije señalando a Ana.- te estas tomando demasiadas atribuciones en mi nombre. Esto nos puede traer consecuencias graves, no tan solo por Juan Carlos sino que meter a un desconocido a casa es algo muy importante. Imagínense si ahora ella dice que la secuestramos y yo la viole, eso seria terrible para mi.- Ana era la más afectada por esta reprimenda.- Se que lo hicieron con buenas intenciones, o porque estaban muy calientes, pero tenemos que pensar antes, porque después cuando ya estamos desnudos no nos sube sangre al cerebro.


Ana intento hablar pero no la deje, una mirada mía la silencio totalmente y agacho la cabeza, me senté frente a ellas, respire hondo y me tranquilice un poco, también baje el tono de voz que note que se me había ido un poco alto, ha esto si se le suma mi tamaño y que suelo mover las manos me veo más agresivo de lo que quiero parecer.


Esteban: No es momento para escusas, evidentemente disfrute, pero estas cosas hay que hacerlas de otra forma. Por lo tanto les daré un castigo a las dos, por un mes no podrán jugar ustedes solas, y a partir de hoy yo les daré permiso para que tengan un orgasmo, solo si se lo merecen. Ahora pueden irse a acostar a la habitación de huéspedes, no me apetece dormir con ustedes.


Creo que eso fue lo peor que les hice, no poder dormir juntos, Maite estaba triste, pero Ana estaba a punto de llorar, se me partió el corazón, y no es porque no me haya gustado lo que paso o las decisiones que tomaba Ana, sino es porque no lo hacia de forma racional sino desde el impulso, y en este momento teníamos a mafiosos que nos querían hacer daño, la policía con una investigación, y después estaba que siempre te podías encontrar a alguien que quisiera sacar provecho de ti.


Otra cosa es que Ana se le habían subido mucho los humos últimamente, y había que bajarla a tierra de una vez, tenia que enseñarle quien manda de verdad, por más que me doliera imponerme, ahí me di cuenta que mis sentimientos por ellas eran más profundos de lo que yo pensaba, si que sabia que la amaba, pero la amaba como jamás lo hice con nadie.


Esa noche me costo dormir, pero cuando lo hice dormí como un tronco, profundamente. A la mañana siguiente Maite vino a despertarme, me habían preparado mi ropa como siempre. Al llegar a la cocina, las dos estaban paradas y solo estaba puesto mi desayuno, esperaban para servirme.


Esteban: A ver, no quiero que cambie nada, y se que las amo, pero tienen que entender lo que les dije, no quiero que tomen decisiones importantes sin consultarme, por todo lo otro estoy contento con ustedes y muy feliz, pongan el desayuno para ustedes también en la mesa.


Lo hicieron en el acto, es como cuando perdonas a un infiel y este hace todo en el acto para congraciarte. Maite se la veía más suelta, y más relajada con lo que le dije, pero Ana seguía cabizbaja, y esquivaba mi mirada. Bueno ella entendería por las buenas o por las malas. Nos fuimos juntos a la empresa, el viaje fue en total silencio, ellas bajaron igual aunque Maite me dijo.


Maite: Que tenga buen día amo.


Yo tenía bastante trabajo atrasado, incluso llego la hora del almuerzo y no pude ir porque estaba en video conferencia, en un momento dado entro Maite y me traía comida, yo me imaginaba que era idea de Ana, pero esta no se atrevía a traerlo ella, ya entraría por el aro, agradecí a Maite y seguí con lo mío. Un rato antes de terminar en la jornada me di un paseo por la empresa, y vi a Ana que actuaba normalmente con las chicas ocultaba todo, tenia una sonrisa.


Todo esto se borro al subir a la camioneta para volvernos a casa. Ellas se dedicaron a limpiar y después me pidieron permiso para salir a correr al parque que hay cerca, yo me fui al gimnasio las quería dejar solas. Yo había visto las cámaras pero ellas hablan bajito o en el patio, así que no pude escuchar nada.


Volví y ellas habían preparado la cena, comimos otra vez en silencio, solamente Maite cada tanto me preguntaba como estaba todo o si necesitaba algo más, ella estaba bien, casi normal. Ana no decía nada parecía un autómata haciendo todas las cosas y sirviéndome. A la hora de irnos a dormir ellas estaban expectantes no se atrevían a ir a mi habitación, así que las saque de la duda.


Esteban: Maite por favor acompáñame a dormir esta noche.


Ana sintió el impacto y siguió con la cabeza gacha, yo tenia el corazón un puño, pero quería demostrar mi punto, quería que ella se diera cuenta que las decisiones pasaban por mi. Que nada estaba librado al azar.


Nos fuimos a acostar, lo hicimos de cucharita, y yo me puse juguetón, pasando mi pene por entre su sexo, mientras daba de besos a su cuello, en un par de minutos note la humedad en esa zona, así que penetre el sexo fue suave, yo apretaba sus pechos, mordía el lóbulo de la oreja y bajaba lamiendo su cuello, quería ver si había aprendido y me obedecería, notaba como se contenía, yo lo seguía haciendo lento, baje mi mano y la puse sobre su clítoris y empecé a masajear de forma circular, ella tomo la almohada y la mordió, no puede hacer que acabara.


Esteban: Puedes acabar después de que yo lo haga.


En realidad no me faltaba mucho y cuando lo hice la pobre de Maite se dejo ir, ni bien pasaron unos segundos ella bajo y me limpio con su boca mi pene, y así nos dormimos. La rutina se repitió por dos días más, íbamos a trabajar, volvíamos y me acostaba con Maite y teníamos relaciones, en ningún caso me fallo. Yo sabia que todo esto estaba afectando a Ana en sobremanera.


Al tercer día me fui a dormir también con Maite, pero hablamos los dos, y me conto que Ana le había pedido que me llevara la comida, y que le daba consejos para complacerme. También hablamos de porque yo estaba enojado y ella más o menos entendía todo, por lo que había hablado con su prima. Así que fui a buscar a Ana a la otra habitación, ella estaba sentada en el suelo apoyada en la cama, mirando por el ventanal hacia afuera, iluminada con una luz tenue, lagrimas corrian por su mejilla, ni bien me sintió entrar se puso de pie.


Ana: Amo necesita algo.


Esteban: Si, necesito hablar contigo. Me puedes decir que te pasa, que es lo que sientes ahora.- ella dudaba en hablar, titubeaba hasta que se decidió.


Ana: Perdóneme amo se que no he estado a la altura de sus expectativas, yo tome decisiones como si fuera la señora de la casa y no como una esclava, he aprendido la lección y si usted decide despreciarme o que me vaya lo aceptare y siempre estaré agradecida con usted.


La película que se había hecho esta mujer, creo que no medí en realidad la dimensiones de mis palabras o actos, como dije estoy dentro del espectro autista y hay cosas que se me escapan.


Esteban: ¿Quien te dijo que no eres la señora de la casa?.- dije levantando su cara.- tu eres la mujer que yo amo, aunque me encabrone cuando tomas decisiones tan importante sin consultarme, pero por ello no quiere decir que dejare de amarte, a lo sumo estaré enojado un par de días y te castigare, no por ello te voy a echar, tontita somos una familia, y yo soy el patriarca, me encanta como eres, solamente me tienes que consultar las cosas importantes. Entiendes cariño.


Ana: Eso quiere decir que me sigues amando, que no me vas a dejar.


Esteban: No, a lo sumo te voy a preñar, jaja.


No se porque se me ocurrió decirle eso, pero su mirada se volvió muy dulce, nos acercamos y nos besamos, terminamos desnudándonos y teniendo relaciones en la posición del misionero sobre la cama. Al otro día en el desayuno volví a hablar con las dos sobre el pequeño problema y que por una discusión o un enojo no era que nos fuéramos a separar, así que la cosa se tranquilizo bastante, ya para la tarde todo había vuelto a la normalidad entre nosotros.


Los capitulos anteriores:
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Parte 7
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Parte 6
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Parte 5
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Parte 4
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Parte 3
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Parte 2
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Parte 1
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