Hola a todos, aquí está la parte 6 de la niñera, vuelvo a mencionar que no es un relato propio sino que es de una usuaria que ya no está en poringa...
¿Ustedes chuparon conchita alguna vez?
Les pregunté. Sabía que Thiago no, si hasta ver la mía, ni siquiera había visto una. Todo había empezado con ese favorcito mío, dejarlo ver una concha por primera vez. “Yo no” dijo Bauti. “Sí chupaste, no seas mentiroso” intervino Thiaguito. “Bueno, sí, pero no cuenta” dijo Bauti. “Por qué no cuenta?” pregunté. "Porque tenía la bombacha puesta” dijo Bauti.
Resulta que con una amiguita tuvieron esos juegos sexuales, y la amiguita lo dejó chuparsela por arriba de la bombacha. Ella le había chupado la pija por arriba del calzoncillo, y le iba a hacer una paja cuando justo llegaron los papás y lo tuvo que dejar con la calentura. “Bueno, a ver, mostrame como hiciste” le dije, y me despatarré sobre el sillón, ofreciéndole mi concha, cubierta por la bombachita, para que la chupara por sobre la tela.
Bauti se acercó y empezó a pasar la lengua por mi bombacha como si tomara un helado, recorriendo de abajo hacia arriba toda la rajita. Sentí como me olfateaba. “Está limpita, olé tranquilo”, le dije entre risas.
“A ver, dejalo a Thiago” le pedí, “y sentate acá al lado mío que te quiero preguntar cosas”. Le pregunté si la de su compañerita se podía oler a través de la tela, mientras con la mano derecha le tocaba suavemente la pija por encima del boxer. Thiago se estaba acomodando entre mis piernas, estaba ansiosa por sentir su lengüita.
Bauti me contó que sí, que pudo oler la conchita de su compañera, y que le gustó muchísimo el olor, que lo puso como loco. Que fue la primera vez que olió conchita, aunque, un poco avergonzado, me contó que antes había olido bombachas de su hermana, de su mamá, y de la mamá de Thiago. Me calentó mucho saber que los pendejitos olían las bombachas de la mamá de Thiago, que era una mujer muy linda. De pronto me di cuenta de que si andaban husmeando bombachas así en la casa seguro alguna mía habían olido. Les pregunté, Thiago no decía nada, ocupado en lamerme la concha por sobre la bombacha. Bauti confesó enseguida, me dijo que una sola vez, habían encontrado una bombacha mía usada y la habían olido los dos. Me calentó la confesión, agarré del pelo a Thiago y lo apreté contra mi concha.
Bauti me dijo “puedo seguir chupando yo también?”.
Me saqué la bombacha con un movimiento rápido, y les indiqué que chuparan los dos juntos, a dos lenguas sobre mi concha. Me sentía una diosa, una reina, una dictadora, con los dos pibitos dándome lenguetazos inexpertos en la vagina. Los agarraba del pelo, y cada tanto los apretaba más, y sentía sus bocas, sus cachetes, sus narices presionar contra mi conchita, resbalar en la mezcla mojada de flujo y saliva. Ellos estaban super excitados. Noté que se tocaban la pija mientras me chupaban ruidosamente.
“Chupen, cachorritos, chupen la concha de la tía Ki” les decía yo, y sentía como sus lengüitas inexpertas se arremolinaban en mis labios vaginales, en mi clítoris. Me tiré un poco más para atrás, abrí más las piernas, y sentí como Bauti me separaba las nalgas con las manos y bajaba a chuparme el culo. Thiaguito, por su parte, aprovechando que la concha le quedaba para él solo, empezó a meterme la lengua de una manera que me tenía al borde del orgasmo.
“Te gusta el culito de la tía Ki, lo estás saboreando, Bauti mi amor?” preguntaba yo, bien putita, y el nene me contestaba como podía, atragantado con su saliva y con mi orto. Me dieron muchas ganas de cogérmelos ahí nomas, de que me enfiesten, me garchen fuerte, me peguen chirlos. Pero eso iba a ser otro día. Ahora tenía que disfrutar esto. Como si me leyera la mente, Bauti me sacó la lengua del culo y me preguntó “te podemos coger, Kiara?”. “Háganme acabar y vemos” respondí.
Los pibitos se lanzaron a la misión con desesperación, chupando con furor. Yo había tenido orgasmos con sexo oral, no tantos, y definitivamente ninguno como este. No sé si fue el morbo de los pibitos, de que fueran dos lenguas a la vez o qué, pero empecé a acabar de una manera fortísima, sentía que mi concha y mi colita se contraían, apretando las lenguas de Bauti y Thiago.
El placer me desarmó, me dejó temblando, toda mojada, con los ojos cerrados. Cuando me recuperé del temblor abrí los ojos. Ellos, arrodillados, con las caritas brillosas de humedad, me miraban. “Te podemos coger, Ki?” repitió Bauti. “Dale Ki, por favor” agregó Bauti. “No chicos, perdón, ahora no” les dije, y vi la decepción en sus caras. Lo último que quería era decepcionarlos después del placer que me habían dado.
“Pero no se preocupen, va a pasar muy pronto, nomás que hoy no, vamos a hacerlo bien. Pero la tía Ki no los va a dejar tirados tampoco, vengan, acerquense” les dije. Se pararon. Yo, sentada, saqué sus pijas de los boxers. Otra vez estaban bien paradas. Empecé a besarlas y chuparlas alternadamente.

“Nunca acabaron una carita, no? Ni en pedo” les dije riéndome. “Ay sí Kiara, hagamos eso” dijo Bauti. Thiago gimió despacito. “A ver, todo a la carita, denme todo” les dije. Entrecerré los ojos, apuré la paja, sacudiendo simultáneamente las dos pijas, tan fuerte que por momentos se cruzaban y tocaban. Ellos ya se habían olvidado de todo escrúpulo y de toda vergüenza al respecto.

Sentí que se venía. Sí, chorros de leche sobre mi cara, chorros y chorros, el semen de los dos mezclándose sobre mi nariz, mi frente, mi boca.




Apreté las pijas para que saliera hasta la última gota, y después pasé mi cara toda acabada por sus pijas, sus pubis, sus pancitas, y finalmente me paré y así toda acabada les di un beso profundo en la boca a cada uno. Después los miré, y me dio mucha ternura ver sus caritas manchadas de su propia leche, reflejando la paz del orgasmo tremendo que habían tenido. Me reí, agarré la bombacha que me había sacado y la usé para secarles la cara, usando a própósito la parte que había estado en contacto más directo con mi concha.
“La semana que viene me enfiestan, mis amores” les prometí, luego me fui a bañar pero antes me fui al cuarto a clavarme una buena paja... antes no era tan así pero esta situación de ser niñera me calienta y necesito hacerlo jaja



Si les gustó el relato haganmelo saber dejando puntos y comentarios... para los que piden más actividad les comento que espero que el post llegue al menos a los 1000 puntos para luego seguir con el siguiente.
¿Ustedes chuparon conchita alguna vez?
Les pregunté. Sabía que Thiago no, si hasta ver la mía, ni siquiera había visto una. Todo había empezado con ese favorcito mío, dejarlo ver una concha por primera vez. “Yo no” dijo Bauti. “Sí chupaste, no seas mentiroso” intervino Thiaguito. “Bueno, sí, pero no cuenta” dijo Bauti. “Por qué no cuenta?” pregunté. "Porque tenía la bombacha puesta” dijo Bauti.
Resulta que con una amiguita tuvieron esos juegos sexuales, y la amiguita lo dejó chuparsela por arriba de la bombacha. Ella le había chupado la pija por arriba del calzoncillo, y le iba a hacer una paja cuando justo llegaron los papás y lo tuvo que dejar con la calentura. “Bueno, a ver, mostrame como hiciste” le dije, y me despatarré sobre el sillón, ofreciéndole mi concha, cubierta por la bombachita, para que la chupara por sobre la tela.
Bauti se acercó y empezó a pasar la lengua por mi bombacha como si tomara un helado, recorriendo de abajo hacia arriba toda la rajita. Sentí como me olfateaba. “Está limpita, olé tranquilo”, le dije entre risas.
“A ver, dejalo a Thiago” le pedí, “y sentate acá al lado mío que te quiero preguntar cosas”. Le pregunté si la de su compañerita se podía oler a través de la tela, mientras con la mano derecha le tocaba suavemente la pija por encima del boxer. Thiago se estaba acomodando entre mis piernas, estaba ansiosa por sentir su lengüita.
Bauti me contó que sí, que pudo oler la conchita de su compañera, y que le gustó muchísimo el olor, que lo puso como loco. Que fue la primera vez que olió conchita, aunque, un poco avergonzado, me contó que antes había olido bombachas de su hermana, de su mamá, y de la mamá de Thiago. Me calentó mucho saber que los pendejitos olían las bombachas de la mamá de Thiago, que era una mujer muy linda. De pronto me di cuenta de que si andaban husmeando bombachas así en la casa seguro alguna mía habían olido. Les pregunté, Thiago no decía nada, ocupado en lamerme la concha por sobre la bombacha. Bauti confesó enseguida, me dijo que una sola vez, habían encontrado una bombacha mía usada y la habían olido los dos. Me calentó la confesión, agarré del pelo a Thiago y lo apreté contra mi concha.
Bauti me dijo “puedo seguir chupando yo también?”.
Me saqué la bombacha con un movimiento rápido, y les indiqué que chuparan los dos juntos, a dos lenguas sobre mi concha. Me sentía una diosa, una reina, una dictadora, con los dos pibitos dándome lenguetazos inexpertos en la vagina. Los agarraba del pelo, y cada tanto los apretaba más, y sentía sus bocas, sus cachetes, sus narices presionar contra mi conchita, resbalar en la mezcla mojada de flujo y saliva. Ellos estaban super excitados. Noté que se tocaban la pija mientras me chupaban ruidosamente.
“Chupen, cachorritos, chupen la concha de la tía Ki” les decía yo, y sentía como sus lengüitas inexpertas se arremolinaban en mis labios vaginales, en mi clítoris. Me tiré un poco más para atrás, abrí más las piernas, y sentí como Bauti me separaba las nalgas con las manos y bajaba a chuparme el culo. Thiaguito, por su parte, aprovechando que la concha le quedaba para él solo, empezó a meterme la lengua de una manera que me tenía al borde del orgasmo.
“Te gusta el culito de la tía Ki, lo estás saboreando, Bauti mi amor?” preguntaba yo, bien putita, y el nene me contestaba como podía, atragantado con su saliva y con mi orto. Me dieron muchas ganas de cogérmelos ahí nomas, de que me enfiesten, me garchen fuerte, me peguen chirlos. Pero eso iba a ser otro día. Ahora tenía que disfrutar esto. Como si me leyera la mente, Bauti me sacó la lengua del culo y me preguntó “te podemos coger, Kiara?”. “Háganme acabar y vemos” respondí.
Los pibitos se lanzaron a la misión con desesperación, chupando con furor. Yo había tenido orgasmos con sexo oral, no tantos, y definitivamente ninguno como este. No sé si fue el morbo de los pibitos, de que fueran dos lenguas a la vez o qué, pero empecé a acabar de una manera fortísima, sentía que mi concha y mi colita se contraían, apretando las lenguas de Bauti y Thiago.
El placer me desarmó, me dejó temblando, toda mojada, con los ojos cerrados. Cuando me recuperé del temblor abrí los ojos. Ellos, arrodillados, con las caritas brillosas de humedad, me miraban. “Te podemos coger, Ki?” repitió Bauti. “Dale Ki, por favor” agregó Bauti. “No chicos, perdón, ahora no” les dije, y vi la decepción en sus caras. Lo último que quería era decepcionarlos después del placer que me habían dado.
“Pero no se preocupen, va a pasar muy pronto, nomás que hoy no, vamos a hacerlo bien. Pero la tía Ki no los va a dejar tirados tampoco, vengan, acerquense” les dije. Se pararon. Yo, sentada, saqué sus pijas de los boxers. Otra vez estaban bien paradas. Empecé a besarlas y chuparlas alternadamente.

“Nunca acabaron una carita, no? Ni en pedo” les dije riéndome. “Ay sí Kiara, hagamos eso” dijo Bauti. Thiago gimió despacito. “A ver, todo a la carita, denme todo” les dije. Entrecerré los ojos, apuré la paja, sacudiendo simultáneamente las dos pijas, tan fuerte que por momentos se cruzaban y tocaban. Ellos ya se habían olvidado de todo escrúpulo y de toda vergüenza al respecto.

Sentí que se venía. Sí, chorros de leche sobre mi cara, chorros y chorros, el semen de los dos mezclándose sobre mi nariz, mi frente, mi boca.




Apreté las pijas para que saliera hasta la última gota, y después pasé mi cara toda acabada por sus pijas, sus pubis, sus pancitas, y finalmente me paré y así toda acabada les di un beso profundo en la boca a cada uno. Después los miré, y me dio mucha ternura ver sus caritas manchadas de su propia leche, reflejando la paz del orgasmo tremendo que habían tenido. Me reí, agarré la bombacha que me había sacado y la usé para secarles la cara, usando a própósito la parte que había estado en contacto más directo con mi concha.
“La semana que viene me enfiestan, mis amores” les prometí, luego me fui a bañar pero antes me fui al cuarto a clavarme una buena paja... antes no era tan así pero esta situación de ser niñera me calienta y necesito hacerlo jaja



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6 comentarios - Niñera de un adolescente (6)