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Comprando queso con mi Kriptoniano




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Compendio II


😅

La verdad que no sé qué me pasó.

😕

La mamá de Bastiáncito recién había llegado y les estábamos sirviendo bebidas a ella y a los niños cuando de pronto, mi marido se manchó con bebida…



O sea, podía haber sido un accidente cualquiera, hasta que mi mejor amigo desabrochó la camisa y le vi esos abdominales increíbles…

😍

O sea, los veo todas las noches.

Mi mejor amigo hace 100 sentadillas, 100 abdominales y 100 lagartijas (como si estuviera haciendo el entrenamiento de “solo leveling” o “one punch man”) para mantenerse en forma justo delante de mí.

Pero no sé.

🤤

Verlo sacarse la ropa así tan normal me mojó al toque y mis piernas tiritar, queriendo ya llevármelo lejos y tirármelo encima.

😈

Y para empeorar las cosas, me dio un beso en la mejilla, pidiéndome que le hiciera compañía a la mamá de Bastiáncito.

No sé cómo me las arreglé para controlarme, porque me lo habría comido ahí mismo.

😕

Le traje la bebida a la mamá de Bastián y se dio cuenta de mi tensión.

“¿Qué te pasa?” me preguntó al verme hecha un atado de nervios.

Comprando queso con mi Kriptoniano

Así que le conté. Le conté a la mamá de Bastián que me calenté al ver a mi mejor amigo sacarse la camisa.

Ella solo sonrió…

“¡Ay, amiga! ¡Tu marido es un papacito!” Me dijo riéndose. “Es como un imán de minas. Ahora le dicen “El príncipe de la junta” y de verdad que no entiendo cómo puede serte tan fiel, Marisol. Las mujeres están dispuestas a tirarle los calzones solo para estar con él por un rato.”

😳

Sus palabras me subieron la calentura hasta el cielo.

¿Mi mejor amigo, el guapetón de su oficina?

x.x

Mi conchita se mojaba como un río…

“Oye, amiga…” Le pregunté con pura vergüenza. “¿Te molestaría mucho… cuidarnos a los niños?

XD

¡Me miró súper rara!

“¿Por qué?”

“Es que…bueno… estaba pensando… que podríamos ir a comprar unas cosas… y tú sabes… pedirle que me ayude a calmarme.” Le expliqué mi plan.

Para variar, achinó los ojos y se ajustó los lentes.

“¿Quieres tirártelo?” me preguntó directamente.

😊

Me quemaban las mejillas, pero dije que sí.

Me sonrió, entendiéndome.

“¡Bueno, yo te cubro!” Me dijo apoyándome. “Pero tienes que contarme lo que hicieron después. Yo todavía me paso la calentura pensando en tu marido.”

Y entonces, llegó mi mejor amigo con una camisa nueva.

“¡Discúlpame, tuve un pequeño accidente!” se excusó, viéndose tan lindo como un gatito.

“¡Está bien! Marisol me dijo que me quedara cuidando a los niños mientras ustedes iban a comprar.” Le dijo su amiga, tomando bebida.

“¿Qué?” Me preguntó mi marido, poniéndome nerviosa…

😵

“Sí… no tenemos queso.” Fue lo único que se me ocurrió. “Y tenemos que ir a comprarlo.”

¡Su amiga se mataba de la risa!

😂

Mi mejor amigo me miró todo confundido, pero le dije que sí.

A veces, el pobrecito no se da cuenta de lo mucho que me prende.

Es parte de su encanto, pero ese día, me estaba volviendo loca.

Podía ver los signos de pregunta en sus ojitos, pero no me atrevía a explicarle.

“Entiendo.” Aceptó, todavía confundido. “Entonces, vamos a comprar queso. Oye, ¿Seguro que no te importa?”

“Para nada. Tómense su tiempo.” Nos dijo su amiga, suspirando y estirándose en la tumbona. “Me da tiempo para ser la tía cool.”

Mi mejor amigo me miró preguntándome a los ojos.

“¿Te sientes bien, ruiseñor?” Me dijo, poniendo su manita en mi hombro.

Les juro que me habría derretido ahí mismo.

“¡Estoy bien!” Le dije, tratando de poner una cara de póker, pero sintiéndome como una tabla.

Tomó las llaves y nos fuimos, la tensión densa en el aire con mis ganas.

Apenas se cerró la puerta de la casa, salí corriendo para el auto.

En mi mente me pasaba películas de lo que le quería hacer en el asiento trasero, el estacionamiento del supermercado. En cualquier parte.

😕

O sea, no lo hemos hecho al aire libre en siglos.

Y no, no soy una pervertida que me gusta hacerlo frente a una audiencia.

Pero es toda esa cosa de que “casi nos van a atrapar” que me vuelve loca.

Sí, soy mamá y mi mejor amigo es un excelente papá y somos completos depravados en el dormitorio.

Pero quería sentirme viva por un rato, ¿Me entienden?

O sea, olvidarme por un ratito que tenemos hijos y responsabilidades.

De eso se trataba todo.

Mi mejor amigo me miró cuando me apuraba al auto.

Todavía estaba confundido, pero me siguió sin reclamar.

Yo sé que también me aguanta mis rarezas y cambios de ánimo.

Por algo llevamos más de diez años casados.

XD

Y de verdad que no se las puse fácil.

O sea, claro, íbamos a comprar queso (de todas las cosas), pero a mí me importaba más el estacionamiento que el lugar.

😏

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O sea, mi mejor amigo me debe amar mucho si me aceptaba cada vez que rechazaba cualquiera de las tiendas cerca de la casa porque los estacionamientos estaban al aire libre y no quería que la gente viera mi linda colita mientras mi marido me llenaba con su tremendo bastón.

Así que sí: Estábamos comprando queso… en una tienda con estacionamiento… que estuviera un poquito aislado de la vista del resto.

Sip. Comportamiento súper normal para mí.

XD

Mi amigo no dijo nada durante el camino hacia la tienda, pero podía sentir cómo me miraba a ratitos, tratando de leerme la mente.

😕

El camino fue una agonía.

Cada salto en el camino me estremecía en el asiento, mi conchita latiendo porque él me tocara.
Hasta que, al fin, encontramos una tienda con estacionamiento de varios pisos.

XD

Para estas alturas, mi marido estaba más preocupado por mí que por el queso (¡Lo amo tanto!), así que siguió mis instrucciones sin cuestionarme.

Ni siquiera le importó que escogiera el estacionamiento más lejos de la tienda, tampoco.

“Esto ya no se trata solo de queso, ¿Cierto?” me preguntó el pobrecito cuando nos estacionamos.

😂

matrimonio joven

Me sentía pésimo.

O sea, soy su esposa calentona.

Tenemos una regla de no mentirnos en el matrimonio.

Y, así y todo, como toda rara, convencí a mi esposo que me siguiera en mi plan alocado.

“Me pusiste caliente…” le dije despacito, haciendo un pucherito.
:x

“¿Qué?” me preguntó sorprendido. O a lo mejor, ni me escuchó.

“¡Que me pusiste caliente!” Le dije más fuerte.

😳

Mi marido no me lo podía creer.

“¿Qué? ¿Pero cómo?” me volvió a preguntar.

“En la cocina. Cuando te sacaste la camisa.” Le respondí, casi poniéndome a llorar.

😭

“¿En serio?” me preguntó sin creerme.

😕

Y eso me vuelve loca de él.

Porque es como dice su compañera: todo un papacito.

Corre 10 kilómetros 4, 5 veces a la semana, ejercita por las tardes y es un papá magistral.

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Y no se cree el cuento.

Él como que se queda… ahí, viéndose tiernísimo, inteligente y apetitoso.

Y obvio, todas las noches me pregunta “¿Marisol, quieres jugar?” Y yo obvio que acepto.

😫 😖😫 😖

Y me complace un montón.

Y me la pone bien, dulce o durito, como me esté sintiendo ese día.

Y ahora, solo porque se sacó la camisa de la forma más sexy que he visto a un hombre desvestirse, me prendí.

“¡Está bien! ¿Pero por qué estamos en un estacionamiento?” Me preguntó como si todo lo otro que le dije antes tuviera sentido.

“Porque…” Le dije, sintiendo que me ponía más colorada, hasta que mis mejillas me dolían. “Quería hacerlo como lo hacíamos antes.”

Y mi mejor amigo se rió.

😂

Esa preciosa, lindísima, maravillosa sonrisa de él que me vuelve loca.

“Ok.” Me dijo.

“¿Ok?” le pregunté, sin entender nada.

Y me miró con seriedad, como cuando era mi amigo.

“¡Sí!” Me respondió, siguiéndome la corriente. “Entiendo a lo que te refieres. Yo soy más de ir a moteles, pero entiendo que esto te excita. Francamente, me siento más aliviado, porque ahora toda esta odisea para comprar queso me hace más sentido.”

😍

Lo amo tanto. Es tan genial.

“Entonces, ¿Cómo quieres hacerlo?” me preguntó.

“¿Cómo dices?” Le pregunté de vuelta.

😰

Me miró un poquito preocupado.

“¿Quieres que lo hagamos afuera? ¿En el asiento de atrás? ¿En la cubierta de mi camioneta?” Me volvió a preguntar.

Estaba sin palabras…

😶

“La verdad, no sé… no lo planeé tan bien.”

😂

Se rió de buena gana, sin presionarme ni humillarme.

“Ok, entonces vamos por lo básico.” Me dijo, siendo práctico. “¿Cómo te calenté? ¿Qué fue lo que hice?”

“Bueno…” le dije ya babeando por él. “Te sacaste la camisa.”

“¿Así?” Me preguntó, desabrochándose de arriba abajo.

😳

Y les juro que me quedé con la boca abierta.

Mi marido tiene abdominales. Abdominales increíbles.

infidelidad consentida

😋

¡Y no se da cuenta!

¡Dios mío!

Es como si estuviera casada con el mismísimo Clark Kent.

0.0

O sea, si hasta tiene el pecho de superhéroe, ¡Por favor!

Así que claro, verlo desabrocharse en la camioneta es la cosa más caliente que he visto desde nunca.

🤤

Yo le decía sí con la cabeza, tratándome de quedarme calmada.

Pero les digo, era como ver un edificio derrumbarse.

¡No le podía quitar los ojos de encima!

X.X

Mi conchita se sentía como jalea. Apenas me aguantaba las ganas de tocarme solita hasta el olvido.

Mi marido me miró con una sonrisa traviesa, sus abdominales resplandeciendo bajo la luz del estacionamiento.

“OK. ¿Y ahora, qué?” me preguntó con una sonrisa.

Y yo no sabía.

😕

Lo veo todas las noches.

Todas las noches hacemos el amor, tenemos sexo, me da por la cola.

Pero ahora, de alguna manera, ahora, su pecho se veía impresionante.

🤤

“¿Quieres tocarme?” Me preguntó, porque lo estaba mirando hipnotizada como mensa.

Tragué saliva.

“¿Puedo?” Le pregunté con una voz chillona.

“¡Claro!” Me respondió con una sonrisa. “Marisol, te manoseo los pechos, te agarro el trasero y te dedeo tu sexo todo el tiempo. Por supuesto que puedes tocarme si quieres.”

😵

Así que todavía temblando, estiré la mano y toqué su abdomen.

XoX

Comprando queso con mi Kriptoniano

¡Se sentían como de piedra!

Duros, fuertes y tibios.

Encima de mí, mi mejor amigo me miraba con una sonrisita suave en su carita, sus ojitos brillando de entretenidos.

“¿Crees que me he puesto más fuerte?” me preguntó, mirándome con esos ojitos oscuros.

Se los juro que pienso que lo hace a propósito.

😕

Porque ¿Cómo puede ser tan tierno, tan lindo y al mismo tiempo, parecer un superhéroe?

“Sí, lo eres.” Le respondí, sin preocuparme del mundo.

Se volvió a reír, tierno.

“Así que, ¿Qué hacemos ahora?” Me preguntó, haciéndome derretir.

Porque eso es lo que tiene él: te deja liderar.

O sea, cuando está caliente y de ganas, te somete.

Pero cuando tú estás caliente y estás de ganas, te deja hacer todito.

😍

Me sentía como niña en navidad.

Así que me acerqué y nos besamos.

😘

Pero no fue un piquito tierno de buenas noches. Lo besé profundo, con hambre y llena de pasión.

Mi marido encontró mis pechos casi por instinto, estrujándolos con gentileza.

Gemí despacito y me besó todavía más rico.

Su otra mano bajó a mi cintura, sus deditos tanteando el borde de mis leggins.

😩 😖

Podía sentir su erección presionándome el muslo, creciendo e hinchándose cada segundo.

Y como siempre, se veía enorme.

🤤

Porque los superhéroes de la vida real como él tienen bultos enormes y palpitantes.

Mi manita le alcanzó los testículos y los estrujé.

0o0

Mi marido soltó un suspiro en mi boca, su mano levantándome la falda y acariciándome el muslo.

Su manita como que me quemaba, marcándome la piel, haciéndome querer más.

Quería treparme sobre las palancas y montarlo ahí mismo, pero me frenaba yo sola pensando que no estábamos en la seguridad del dormitorio.

Estábamos en un estacionamiento público y aunque la posibilidad que nos pillaran fuese irresistible, tenía que controlarme.

😕

Pero es gracioso lo que piensa tu cerebro cuando tu conchita es la que manda. Le dice al toque “¡Andate a la mierda!”

😂

O sea, si solo me saqué el sostén, ¡Por favor!

XD

Once años de casados. Doce haciendo el amor. ¿Y me mira las pechugas como si fueran nuevecitas de paquete?

sexo al aire libre

Le entiendo. Ahora, gracias a Jacintito, me crecieron un poquito más y están más pesados por la leche materna.

Pero una mirada a ellos y su pene hace ¡Boing!

😂

Muchas veces, he pensado en ahogarlo con ellos. Pero cada vez, prefiero enterrar su carita entre ellos.

Pero ese día, fue diferente. Ese día le dejé que me hiciera lo que quisiera con ellos.

😇

Empezó a chuparlos.

¡Dios mío! ¿Por qué tuvo que hacer eso?

😲

Porque sabe que ninguno de nuestros hijos me ha chupado leche como su papá.

¡Y es increíble!

¡Por favor! ¡La cantidad de leche que ese hombre puede consumir!

😱

Más encima, cada vez que me chupa, me pica el sexo. ¡Imagínense eso!

Pero no estamos en el dormitorio. Estamos en un estacionamiento y aunque mi mente tiene pensamientos sucios, mi cuerpo grita porque él me toque.

Y justo cuando no me doy cuenta, sintiéndome la muerte mientras me chupa la leche, siento sus dedos en mis calzoncitos.

😲

Es otro nivel entero de placer.

Las manitas fuertes, enormes de mi marido empiezan a acariciar mis piernas, palpándome la piel, haciéndome sacudir de las ganas.

Su pulgar, para variar, me encontró el botón y me hizo suspirar.

XO

Me conoce tan bien, mi maravilloso y tierno esposo.

Sabe justito qué hacer para derretirme.

XD

Y entonces, se la agarro: Su enorme y grueso pene de superhéroe.

😮

Es enorme como un tronco.

Y mi conchita gotea, sabiendo lo bien que encajamos juntos.

Pero todavía me freno.

Estamos en su camioneta.

😲

Mi mente hace cortocircuito.

Quiero tirármelo ahí. Mi maridito está haciendo todas las cositas correctas. Estamos solos y nadie nos mira.

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¿Por qué rayos me freno?

😕

Era la pregunta del millón de dólares, mientras mi mejor amigo me besa con la pasión de miles de soles y juguetea con mi conchita como si fuera un maestro con su violín.

El estacionamiento estaba desocupado, la oscuridad afuera nos escondía en la camioneta como un manto de invisibilidad. Si hasta la única luz que teníamos era la de la calle, haciendo que apenas pudiéramos vernos los cuerpos.

😕

Y me rendí a la tentación, soltando un suspiro…

😫

Sip, lo tiene enorme.

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Tiene un pene de superhéroe, como yo lo sospechaba.

Mi marido paró de besarme y me miró bonito a los ojos, como si me preguntara si estaba lista.

😍

O sea, la punta ya me encaja perfecto.

Mi conchita prometía que se iba a portar bien y lo iba a envolver apretadito y calientito.

Así que me dejé ir, sintiéndome como si fuera Lois Lane haciendo el amor con el tremendo pene de Superman.

😵 😲

Empecé a montarlo despacito.

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Es que, o sea, no hay otra forma de hacerlo.

No hay manera de meterla hasta el fondo a la primera, porque todas las veces, me estira mucho.

😩 😖

Pero es un dolorcito rico, que me dice que estoy viva.

Que me avisa que mi amor por él no ha cambiado, incluso si tenemos cuatro hijos.

😩 😲

“¡Sí, soy una puta!” pienso cuando la puedo meter entera adentro.

Y todavía lo encuentro gigante.

Mis pechos rebotan y él los mira como un gatito siguiendo un ovillo de lana.

XD

Les prometo, tuviera cola, la habría estado moviendo.

Y no pasa mucho que la siento en mi vientre.

😫 😖

Comprando queso con mi Kriptoniano

El pene de mi marido es el mazo de Thor, entrando y saliendo, llenándome y abriendo como si fuera un cuchillo caliente cortando mantequilla.

Y lo beso, sintiendo esos maravillosos abdominales entre mis dedos.

😚

Sus labios saben a menta y amor y a todo lo bueno en el mundo.

Y su pene, definitivamente Kriptoniano.

XD

Todo se sentía tan potente, tan salvaje.

El cuero de su asiento se pegaba en mi piel, el ruido de nuestra respiración no nos dejaba escuchar nada fuera de la cabina, el olorcito rico de nuestras ganas mezclándose con el olor a gasolina y tierra.

😩😫

Y lo deseaba a él con tantas ganas.

Mientras me la metía y la sacaba, pensaba si sería tan malo tener otro bebé con él ahora.

Pero bueno, ese era mi cerebro tratando de aprovecharse mientras mi conchita estaba ocupada.

XD

Porque en esos momentos, mi conchita tomaba la batuta.

Aun así, me llena tan rico. Y lo amo. Y soy una buena esposa para él.

Y cuando llegó a mi lugar más profundo, de verdad que me puse a pensar.

😖😲

Porque sí quiero tener otro bebé, pero esperar un año entero más es súper molesto.

😕

Pero no estábamos ahí para reflexionar eso.

Estábamos haciéndolo como animales en su camioneta aparcada en un estacionamiento vacío.

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Y es bueno que me agarre del trasero. Me recuerda que mi esposo superhéroe no es solamente pechos ahora.

😵 😲

Me agarró con fuerza, sus pulgares presionando mis cachetes mientras me levantaba un poquito, dejando que su pene se meta más adentro.

Fue como si me estuviera dando con todo, y yo me estaba entregando.

😩 😖

Me ponía tan caliente pensar que él era Superman. Que estaba rompiendo a Lois Lane con su sorprendente pene Kriptoniano.

Que después, Lois Lane se vuelve la puta de Superman.

😩 😲

Pero no somos Lois ni Superman. Somos un matrimonio en un estacionamiento y soy su esposa calentona con una conchita suplicando por su atención.

Me la mete más duro y yo lo estrujo, sintiéndome excelente. Mis pechos están en toda su cara. Sus deditos ya me están probando la colita.

Mi marido, mi amor, mi mejor amigo, la empieza a meter más rápido. Y me encanta. Adoro la manera que me folla.

😫 😖

O sea, mis pechos se sacuden, me está rompiendo la conchita y la suspensión de la camioneta está poniéndose a prueba.

¿Cómo puede convencerme él que no es Superman?

😩😫

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Sus embestidas son tan profundas y precisas.

Es como si me leyera la mente y me diera justo lo que necesito.

😖😲

Y mi cerebro se derritió, sintiendo los orgasmos llegar al por mayor.

XO

Para variar, su pene Kriptoniano, como si nada.

Era como si estuviera hecho de acero.

Se sentía como si me estuviera martillando los orgasmos en mi conchita con la punta.

Pero lo más rico de todo eran sus ojitos.

😆

Me miraban tan lindo perder el control.

Y era como si se sintiera orgulloso.

Orgulloso de convertirme en este enredo caliente.

Orgulloso de hacerme acabar tanto y tan fuerte.

😵

Quería gemir, pero no quería gemir, pero quería besuquearlo y sentir su lengua.

¿Por qué me confunde tanto?

😕

Mi marido me besa de nuevo y definitivamente, me pierdo.

😩 😖

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Su pene Kriptoniano se mete profundo dentro de mí y sus deditos en mi ano me hacen babear.

🤤

Eso lo confirmaba todo: soy su puta.

Pero me encanta.

La forma que me toma, la manera que me hace suya, el estilo con el que me hace sentir que soy la única mujer en el mundo entero.

😂

Si llegamos a un punto que mis pechos le daban cachetadas. Así de duro le estábamos dando.

Y me encantaba.

😫 😖

La manera con la que me hacía el amor, como si se llevara aguantando por semanas.

Y entonces, las sentí: sus contracciones.

Y supe que la inundación iba a llegar.

😩😫

Sus preciosos ojitos se abrieron y gimió fuerte, sus abdominales tensándose debajo de mi mano.

Podía sentir su pene pulsando, listo para descargarse dentro de mí.

Y lo más rico es que se aguantaba, esperando mi permiso, lo que me hace quererlo incluso más.

Le mordí el labio y me gruñó, moviendo las caderas para encontrarse con las mías.

“¡Hazlo!” Le dije despacito, casi sin poder escucharme. “Quiero sentir tu leche en mí.”

Y mi marido no necesitó más.

😖😲

Con una titánica embestida, soltó su carga, llenándome entera.

💦 💦 💦 💦 💦

Su juguito caliente salpicó mi vientre y sentí su calor por todo mi cuerpo.

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La sensación fue increíble y no pude aguantar más, viniéndome con fuerza, mi conchita apretando su pene sintiendo ola de placer y más placer me iba llenando entera.

Las manos de mi esposo me sujetaron de las caderas, como si se asegurase de llenarme bien a tope, mientras que respirábamos agitados.

Me sujetó tan cerca, su mentón sobre mi cabeza, mientras los dos nos calmábamos del éxtasis.

La camioneta era un desorden de ropa tirada, sudor y sexo.

Y lo estaba montando vistiendo solo mis leggins y calzones, pero no me importaba nada.

XD

Lo único que me importaba era sentir su pene dentro de mí, lo pegajoso entre mis piernas y el amor que siento por él.

Comprando queso con mi Kriptoniano

Y bueno, cuando se me pasó la calentura, pienso en nuestros hijos.

¿Cuánto tiempo ha pasado?

Reviso el reloj.

0_0

Él es Superman: Le hemos estado dando duro por más de una hora.

Me visto, sintiéndome tonta por toda la idea del queso.

“¡Eso fue increíble! ¡Deberíamos hacerlo más a menudo!” Me dice mi esposo, con esa sonrisita tan tierna.

😃

Él es mi Clark Kent.

😉


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