El susto de la puerta abriéndose de forma abrupta te haría levantarte, es precisamente ese miedo el que me trae aquí. Llevas puesto una camisa larga que apenas te cubre, vine por ti y encontrarte así hace que la sangre corra por mis venas, esperé tanto por esto y estás aquí, no pienso desaprovechar ni un segundo. Te agarro y te quito lo poco que te cubre, quiero ver tu desnudez, quiero ver tu cuerpo temblar, desde tus piernas hasta tus brazos, y todo lo que ocultan, pero ya no ocultan, porque me cansé de imaginarte, quiero hacerte mía. Por eso te empujo a la cama, estás desparramada con tus piernas vencidas, ábrelas para mí o no podré contenerme, son golpes que esperabas, que deseabas, quiero marcar tu piel blanca como si fuera mía, porque eres mía por esta noche. Tus gritos me enceguecen, pierdo toda coherencia de artista y me transformo en el sádico que oculto.
Quiero dejar tus nalgas rojas, ¿Puedo hacerlo?
Quiero penetrar cada uno de tus agujeros, ¿Soportará tu cuerpo frágil? Todo lo que pasa por mi cabeza creativa. Veo como te mojas sin vergüenza y lo entiendo todo... es lo que estabas esperando, y puedo cumplir tus fantasías priorizando las mías. Estás tan extasiada como yo, mientras te penetro con fuerza, sin compasión, tus gemidos son la música que me motiva, y tus gritos el objetivo que quiero alcanzar.
Dime que puedo hacer contigo, pero no digas lo que quieras porque será tu perdición.
Quiero amarrar tus brazos, golpear tu cara para luego darte caricias en tu mejilla marcada. Ahorcar tu cuello mientras te embisto para luego curarte a besos, besos en la boca, en el cuello, puedo detener mi locura e ir despacio por unos minutos.
Puedo bajar por tus tetas, lamerlas como si fueran el postre más rico. Recorrer tu piel con mi lengua es una fantasía, probar cada uno de tus rincones, siempre bajando, descendiendo a tu lugar más vulnerable. Es tu tesoro, ahora mío; lo recorro con mi lengua buscando tus puntos débiles. Gimes como loca, aquí abajo me ahogo en tus fluidos, no puedes detenerte y yo tampoco. Te pregunto si te gusta, dices "si" con la voz quebrada, te pido que hables más porque me encanta escucharte así, temblando, te pregunto que cosas podríamos repetir, dices "las que quieras, porque soy tuya", mi cabeza vuela, mi cabeza no resiste. Quiero acabar y que acabes conmigo, dejarte llena de mi, y si me preguntas no saldría de ti jamás...
Abre la boca, o te abriré el culo hasta dejarte chorreando. Te dije que lo de poeta se me va, en mi cabeza solo está tu voz, tu cuerpo y todo lo que puedo hacerte.
Ya no hay pregunta, voy a hacértelo. Prepárate, porque no estás lista para mi, y llevo preparándome toda la vida para tener una mujer como tú, para saciar tus deseos más oscuros, y luego, tras dejarte tirada, agotada, destrozada, marcada, abierta.... Después de dejarte temblando me acurrucaré junto a ti, esperando protegerte en tu sueño y que podamos encontrarnos la noche siguiente, para seguir aquello que tenemos pendiente, porque nuestra noche es única pero también eterna, quiero repetir este ciclo lujurioso una y otra vez.
La droga de tus gemidos me ha huevo adicto a tu persona... Y necesito un poco de esa dosis. No puedes negar estos deseos, solo síguelos, solo sígueme, hazte mía y te haré sentir lo que vale el complemento de dos cuerpos envueltos en el sudor que provoca nuestras fantasías más ocultas.
Quiero dejar tus nalgas rojas, ¿Puedo hacerlo?
Quiero penetrar cada uno de tus agujeros, ¿Soportará tu cuerpo frágil? Todo lo que pasa por mi cabeza creativa. Veo como te mojas sin vergüenza y lo entiendo todo... es lo que estabas esperando, y puedo cumplir tus fantasías priorizando las mías. Estás tan extasiada como yo, mientras te penetro con fuerza, sin compasión, tus gemidos son la música que me motiva, y tus gritos el objetivo que quiero alcanzar.
Dime que puedo hacer contigo, pero no digas lo que quieras porque será tu perdición.
Quiero amarrar tus brazos, golpear tu cara para luego darte caricias en tu mejilla marcada. Ahorcar tu cuello mientras te embisto para luego curarte a besos, besos en la boca, en el cuello, puedo detener mi locura e ir despacio por unos minutos.
Puedo bajar por tus tetas, lamerlas como si fueran el postre más rico. Recorrer tu piel con mi lengua es una fantasía, probar cada uno de tus rincones, siempre bajando, descendiendo a tu lugar más vulnerable. Es tu tesoro, ahora mío; lo recorro con mi lengua buscando tus puntos débiles. Gimes como loca, aquí abajo me ahogo en tus fluidos, no puedes detenerte y yo tampoco. Te pregunto si te gusta, dices "si" con la voz quebrada, te pido que hables más porque me encanta escucharte así, temblando, te pregunto que cosas podríamos repetir, dices "las que quieras, porque soy tuya", mi cabeza vuela, mi cabeza no resiste. Quiero acabar y que acabes conmigo, dejarte llena de mi, y si me preguntas no saldría de ti jamás...
Abre la boca, o te abriré el culo hasta dejarte chorreando. Te dije que lo de poeta se me va, en mi cabeza solo está tu voz, tu cuerpo y todo lo que puedo hacerte.
Ya no hay pregunta, voy a hacértelo. Prepárate, porque no estás lista para mi, y llevo preparándome toda la vida para tener una mujer como tú, para saciar tus deseos más oscuros, y luego, tras dejarte tirada, agotada, destrozada, marcada, abierta.... Después de dejarte temblando me acurrucaré junto a ti, esperando protegerte en tu sueño y que podamos encontrarnos la noche siguiente, para seguir aquello que tenemos pendiente, porque nuestra noche es única pero también eterna, quiero repetir este ciclo lujurioso una y otra vez.
La droga de tus gemidos me ha huevo adicto a tu persona... Y necesito un poco de esa dosis. No puedes negar estos deseos, solo síguelos, solo sígueme, hazte mía y te haré sentir lo que vale el complemento de dos cuerpos envueltos en el sudor que provoca nuestras fantasías más ocultas.
0 comentarios - La puta masoquista (fantasía)