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Mi novia Maru y la leche (11)

Buenas a todos, gente de P! Antes que nada les doy las gracias a todos los que escribieron, hablaron, compartieron y preguntaron por mi. Tambien les pido disculpas por no responder a todos. La verdad que la pagina se esta cayendo a pedazos y nunca encontre un reemplazo confiable y que permita todo lo que te permite esta pagina (Acepto recomendaciones si tienen).

En el mientras, me puse a desarrollar un poco mas este relato, a escribir un poco mas corto, pero mejorando la narrativa y haciendo mas llevadera la historia. Espero que no se las baje o seque (jajajaja) y que sigan disfrutando de leer mis relatos, como yo de escribirlos (que admito venia muy bajon por esto y por otras cosas personales).

Diganme si tienen alguna idea, opinion o que les parece. Tambien estoy pensando en dejar un poco de lado las fotos, gifs, que me llevaban muchisimo tiempo porque elegia videos que fueran justo para la escena que queria y tenia que bajarlos, convertirlos, editarlos, hacerlos gifs, etc.. 

Les dejo un nuevo capitulo de esta historia, para ver como reaccionan! Mil millones de gracias y perdones a todos..

___

Y: Fue demasiado... no sé qué me pasó, Maru. Me dejaste... completamente fuera de eje.

Ella terminó de limpiarme con cuidado, sin decir una palabra. No había ni sonrisa ni guiño esta vez. Su expresión era neutra, casi ausente. Se levantó, tiró el papel al tacho, y volvió a la cama como si nada.

Y: Maru... ¿podemos hablar un segundo?

Ella se metió bajo las sábanas y se dio vuelta, dándome la espalda.

M: Si querés hablar, hablamos mañana. Estoy cansada.

Eso me descolocó. ¿Después de todo lo que pasó... se iba a dormir así, como si nada? La miré fijo, queriendo entender si era parte del juego o si estaba realmente molesta, o peor, si de verdad algo había pasado esa noche que ya no era juego.

Y: ¿Estás bien?

Silencio.

Y: Maru, ¿te juro que estoy confundido. Fue joda, no?

Ella se giró de golpe. No parecía enojada, pero tampoco juguetona.

M: ¿Y si no fue joda? ¿Te calentaste igual, no?

Eso me pegó. No sabía si responder con sinceridad o si seguir el juego. Me sentía desarmado, como si hubiera cruzado un límite sin darme cuenta. Pero al mismo tiempo, no podía negar que había terminado explotando de placer como hacía tiempo no me pasaba.

Y: Me calenté, sí… pero también me asusté. Es como que no sé en qué parte termina la joda y empieza lo real.

Maru me miró fijo, se acercó despacio y me acarició la cara.

M: Eso es lo que más me gusta de todo esto… que ya no sepas si es real o no. Porque si tenés que preguntar... es porque te mueve algo adentro.

Me quedé en silencio. Tenía razón. Algo adentro mío temblaba.

Ella apoyó su cabeza sobre mi pecho, y en voz baja, como si no quisiera que ni el aire la escuchara, dijo:

M: Igual… si supieras todo, no sé si seguirías queriéndome así.

Y esa frase… me dejó helado.

A la mañana siguiente, me desperté antes que ella. Estaba tapada hasta el cuello, respirando lento, con una paz que contrastaba muchísimo con la noche anterior. Yo en cambio, no había dormido nada. Tenía los pensamientos girando como una calesita en la cabeza. ¿Había sido todo un rol? ¿O realmente algo pasó? ¿Me lo decía para provocarme? ¿Para castigarme? ¿Para que me caliente?

No sé cuánto tiempo estuve mirándola dormir, hasta que sin abrir los ojos, dijo:

M: Dejá de pensar tanto, me estás quemando la cabeza con los pensamientos.

Sonreí, a pesar de todo. Esa forma suya de leerme sin siquiera mirarme.

Y: ¿Cómo sabés que estoy pensando?

M: Porque no me tocaste en toda la noche… y eso no es muy vos.

Se giró despacio, ahora sí con una sonrisa en la cara. Una sonrisa cómplice, pero con ese brillo travieso que la volvía tan impredecible.

M: ¿Querés saber más de anoche?

Me tragué la saliva. Mi cuerpo respondía solo. La pija ya empezaba a endurecerse.

Y: ¿Vos querés contarme más?

M: Yo quiero algo más...

Dicho eso, se corrió la sábana, se subió arriba mío y empezó a rozarse contra mi pija, todavía dormida pero ya semidura. Me besó el cuello, despacio, mientras sus caderas hacían movimientos apenas perceptibles, solo para molestarme, solo para prenderme fuego.

M: Sabes.. me levante con ganas de desayunar algo rico hoy. O mas bien, tomar. Hoy quiero leche, pero no de la heladera… quiero tu lechita, la de mi noviecito. Aunque también...

Se detuvo. Me miró directo a los ojos.

M: También quiero la de Matías.

El corazón me dio un vuelco. El nombre me taladró los oídos. Matías. Ese nombre que tanto habíamos usado en joda, en historias, en fantasías. Pero ahora lo dijo distinto. Lo dijo con deseo, con hambre. Y eso me partió al medio.

Y: ¿Matías? ¿De verdad?

M: No ahora... pero sí. No sé amor, anoche después de lo que pasó, me quedé con ganas de más. Me sentí deseada, sucia, usada… y me encantó. ¿Y si Matías me mira igual que ese remisero? ¿Y si se muere por probarme?

Y: Pero... ¿te gustaría que pase?

Ella bajó la cabeza y se metió mi pija en la boca de un solo movimiento. Apenas la tuvo adentro, cerró los ojos y dejó escapar un gemido profundo, húmedo, como si se saciara más del alma que del cuerpo.

Cuando se la sacó, me miró con la boca brillosa y dijo:

M: No se. Por hora, quiero tu leche, y pensar en la de él después.

Y volvió a chuparmela, sin aviso, sin freno.

Mi cabeza era un desastre. Entre la excitación, los celos, la posesión y el miedo a que todo lo dicho fuera verdad, no sabía si abrazarla o empujarla. Pero cuando la vi bajarse la bombachita despacio y subirse sobre mí mientras se chupaba los dedos como si fueran otra pija... entendí que ya no había marcha atrás.

Maru estaba distinta. Más suelta, más libre. Más salvaje. Y yo... yo estaba completamente entregado.

Maru se montó sobre mí con una lentitud deliciosa. Su cuerpo caliente, mojado, hambriento. Yo la agarré de las caderas, pero ella me sacó las manos con una sonrisa.

M: No, no, amor... hoy no manejás vos. Hoy soy yo la que decide qué se hace y qué se dice, ¿ok?

Ni esperó mi respuesta. Empezó a moverse despacio, como si disfrutara cada segundo, cada centímetro que entraba en ella. Cerraba los ojos y se mordía el labio. No sé si estaba actuando, si se lo imaginaba, si realmente me lo hacía a propósito. Pero sus movimientos, sus gemidos, su intensidad... todo me hacía perder el control.

M: Ufff... sí, así. Me encanta sentirte adentro. ¿Sabés qué me imaginé anoche? —dijo mientras se inclinaba hacia mí y empezaba a clavarme despacito sus uñas—. Me imaginé que era Matías el que me cogía así. Que venía a casa, y vos mirabas todo.

Me dio un beso, profundo, lento, y sin despegarse, me susurró:

M: Vos atado en una silla, sin poder tocarte, viendo cómo me llenaba toda de leche.

Gemí. No podía evitarlo. El solo hecho de que lo dijera mientras me cabalgaba me hacía explotar por dentro.

M: ¿Te gustaría que te cuente más, amor? ¿Te calienta si te digo que imagine cómo Matías me la mete por atrás mientras vos rogás que te deje tocarte?

Empezó a moverse más rápido, más profundo. Me clavaba la mirada. Su voz bajó, más ronca, más perversa.

M: Me lo imagino mirándome como me miraba en esa fiesta. ¿Y si quería cogerme de verdad? ¿Y si yo también lo pensé? (Claro yo no sabía nada de lo que pasó en verdad)

Me costaba respirar. Sentía los latidos en la base de la pija, como si fuera a estallar. Ella lo notó, claro.

M: ¿Estás por acabar, amor? No, todavía no. Aguantame un poco más, que todavía no te conté cómo me lo imagino acabándome adentro...

Se detuvo. Quedó sentada arriba mío, quieta. Me apretó los brazos contra el colchón y bajó la voz.

M: Me lo imagino acabándome toda la colita, llenándome de esa leche caliente que hace mucho debe estar acumulando... y después —acarició mi cara con ternura falsa— después, te haría ver como le limpiara la pija con la boquita.

Y: N-no... no digas eso...

M: ¿No te gusta? ¿O no querés aceptar que te calienta?

Y sin esperar más, volvió a moverse. Esta vez salvaje. Golpes de cadera firmes, húmedos, mojándome todo. Mi cuerpo reaccionaba solo. No podía evitarlo.

M: Dale, amor... acabame. Dame tu lechita, que quiero arrancar el día con el desayuno completo. Vos me das la tuya, y después.. quizás cuando te vayas, veo si busco a Mati para que me haga un refill.

Ese último comentario me mató. Me estremecí por completo. Y acabé.

Con un gemido ahogado, con el cuerpo tenso y el corazón a mil. Ella no frenó, se quedó unos segundos más arriba mío, dejando que mi leche la llenara mientras me miraba con esa mezcla de ternura y perversión que solo ella podía tener.

Después bajó el ritmo, se quedó quieta y apoyó su frente en la mía.

M: ¿Te das cuenta, amor? Me pertenecés tanto, que hasta cuando te hablo de otro, te haces mierda de placer.

Yo no podía decir nada. Respiraba agitado. Estaba empapado. Ella sonreía, satisfecha.

Y yo… completamente destruido y rendido.

Maru se levantó, haciendo que parte de nuestros fluidos caigan encima de mi pija. Se estiro para agarrar un papel y empezar a limpiar todo. El silencio cayó como una manta espesa sobre la habitación apenas terminó de limpiarme. El papel higiénico húmedo de leche en su mano y sus movimientos suaves contrastaban con todo lo que había pasado minutos antes. Yo estaba acostado, todavía jadeando un poco, el pecho subiendo y bajando lento, como si intentara volver a la realidad. Maru no decía nada. No me miraba. Solo limpiaba, como si fuera una tarea mecánica, pero con esa calma que ella tiene cuando  esta enfocada en algo.
La habitación, aun en silencio, estaba apenas iluminada por un rayo de sol que se colaba por las rendijas de la persiana. Maru, desnuda y tibia, se había acomodado a mi lado, con una pierna sobre mi cadera y la mano todavía húmeda de haberme limpiado. Respirábamos en sincronía, como si el aire aún cargara la electricidad de lo que había pasado. Pero esa calma no duró mucho.

M: Amor...
Y: Que?
M: Estás enojado?

No contesté enseguida. La miré. Su cara no tenía rastros de culpa, pero sí una ternura rara. Como si realmente no supiera si me había pasado un límite… o si me había llevado justo donde quería.

Y: No sé qué pensar todavía... me dejaste medio quemado.
M: ¿Por lo que conté del remisero?
Y: Por todo. Por cómo lo contaste, por cómo me mirabas mientras lo hacías... y porque no sé si era verdad.
M: ¿Y si fuera?
Y: Me volvería loco.
M: Entonces… quedate loco.

Se inclinó sobre mí y empezó a besarme el cuello. Yo ya estaba medio blando, pero sus labios suaves, esa forma en que sabía exactamente dónde morderme sin lastimarme, me hizo tensar otra vez. Se dio cuenta.

M: ¿Viste? No hace falta que te lo diga... tu pija sabe lo que le gusta.
Y: Vos sabés lo que me gusta.
M: ¿Querés que te cuente otra cosita?

No le respondí con palabras. Ella se subió lentamente, apoyando su conchita sobre mí, que ya empezaba a endurecerse de nuevo. Se movió suave, con esa maldita lentitud que me hacía rogarle más.

M: Esta te va a volver loco en serio...

Me lo dijo cerca del oído, como si lo que estaba a punto de decir fuese un secreto que podía romperme.

M: El otro día, mientras vos dormías una siesta en casa de mi vieja, Matías me escribió.
Y: ¿Matías? ¿Qué quería?
M: Nada... al principio charlabamos boludeces, viste... pero después me dijo que soñaba conmigo. Que soñaba que me tenía desnuda, de espaldas...

Se arqueó sobre mí, dejándome entrar apenas un poco. Jadeé. Ella continuó.

M: ...y que me abría la colita, así... con sus manos grandes... y me la metía toda.
Y: P-pará...
M: ¿Te jode que te cuente?
Por supuesto dude.. pero mi libido, mi morbo me gano . Aun cuando habia acabado hace nada, tenia la pija de nuevo dura y apenas adentro de ella. Imposible negarme..
Y: No... seguí. -Dije con voz baja-
M: Me dijo que la tenía re dura, que le daba bronca que no me haya cogido aún (si, claro)... y que si alguna vez se le daba, me iba a dar bien por el orto.
Y: Qué?
M: Sí... me dijo que va a tener que compensar todo lo que hacía años no me daba y todo lo que vos no aprovechas.

Se la metió hasta el fondo. Gemí con fuerza. Ella no frenó.

M: Y lo peor es que lo pensé... porque Matías tiene una pija más grande que vos, amor.

Eso me apretó el pecho. Pero también me hizo querer acabar.

M: Me pensé dejándome coger así por el... bien abierta, con sus manos agarrándome fuerte la cintura. ¿Te calienta eso?
Y: Ufff hija de puta...
M: ¿Te calienta o no? Que yo me banque su pija entera por la colita, y después me la llene toda. ¿Te gustaría que después vaya a chupartela, mientras tengo la leche de Matías todavía ahí adentro, calentita?

Me aferré a sus caderas, la empecé a coger con más fuerza. Ella sonreía, con los ojos brillando.

M: Dale amor, haceme acabar como me haría acabar Mati... porque vos me cogés con amor, con bronca... con celos.

Y la cogí con todo eso. Con bronca. Con celos. Y con esa adoración insana por cada palabra que salía de su boca, por más que me quemara el alma.

Cuando empecé a acabar dentro de ella, Maru solo se mordió el labio y se arqueó para recibirlo todo. No dijo nada más. Solo se quedó quieta, sintiendo cómo la llenaba.

La fantasía seguía flotando en el aire, pero el silencio era otro. Más denso. Más real.

7 comentarios - Mi novia Maru y la leche (11)

Nemocabezon
GRACIAS POR VOLVER..!!!!
lush_story
Genio, ídolo total!
Chakalcba1
@lush_story hola chabón todo bien ? Te quería preguntar que si vas a seguir con la historia del tachero que ya me leí los 3 capitulos y parece que tiene para más continuidad. Y con respecto a tu referencia de tus historias....
Chakalcba1
@lush_story es verdad , lleva mucho tiempo en dedicarle en la edición de los gifs y elegirlos para cada escena que relatas . Que las vestimentas sean iguales a la misma imagen ( un ejemplo ). No usas un correo electrónico? Así te escribo por ahí. Saludos
luisferloco
La página se cae a pedazos, porque hay un montón de imbéciles, que no se toman el trabajo en leer los protocolos, suben cualquier cosa, y piensa que por hacerlo, los van a reconocer. Los que se toman el trabajo de escribir estos relatos, que son dentro de todo, atractivos, y llevaderos, no pueden sentirse mal, porque somos muchos que estamos del otro lado, y los leemos y apoyamos. Quizás no se escriban los comentarios, pero los seguimos, especialmente, a los que son buenos
luisferloco
además, reconozco que hay muchas personas que no tienen una buena utilización de las expresiones gramaticales, porque quizás, no han podido "mejorar" esa parte. Pero hay textos que desde mi parte, ni los leo por los errores de tipeo, errores de continuidad, y reiterativos en las expresiones "aahhh", "ohh",etc. Se lo he comentado a muchos, pero parece que para hacer sentir una determinada situación, creen que poner esas letras, transmiten algo. Pasen un corrector, y se soluciona. Perdón, si lo que escribo no es de tu agrado, pero hay que tratar de mejorar todos un poco
luisferloco
soy de los que en Relatos e Imágenes, trato de hacer cumplir los protocolos, y aquellos que no los cumplen, trato de denunciarlos para que sean eliminados, porque no puede ser que haya gente que trabaje un montón, cumpliendo las normas, y les borren su trabajo, y hay un 80 por ciento de cosas que se suben, que no se deberían permitir. Los protocolos que pusieron en Poringa, no son complejos de cumplir, lo que pasa es que nadie se preocupa en leerlos. A mí me dieron de baja la cuenta, sin mot
lush_story
Seguro preguntaste por que y jamas te dieron bola, no?
luisferloco
exacto. Los motivos, es que subía virus en mis posteos, y no he subido nunca nada. Y cuando les solicité reveer la baja, ni se dignaron a responder
Yoliipove
Me encanta tus relatos en lo personal amo las fotos y gifs, pero igual si se te hace mas comodo asi esta perfecto
CjC12
Excelente. No te vayas nunca, con crack.