Conocí a Sabri en un boliche, ella tenía 34 y yo 36. Ella estuvo toda la noche chapando con un flaco y yo la miraba y me excitaba verla, después me confesó que ella también me miraba. Cuando se estaban yendo, fui al encuentro y no me pregunten cómo pero se terminó yendo conmigo. Telo, cogimos y nos pusimos de novios al poco tiempo.
La relación venía bien, buena química, muy buen sexo pero ella quería más. Me propuso un tercero pero yo me negué. Hasta que un día me dijo “si no me vas a dar bola en lo que te pido, me voy”. Entonces deje que viniera un tercero elegido por ella. Después otro y otro y así. Me excitaba verla disfrutar y se cogida por otro, no lo voy a negar.
Un día mientras comíamos a la hora de la cena me dijo que quería algo nuevo. Yo pensaba ya hicimos todo. Quiero un trío pero sin vos, quiero que me veas, me dijo. Mi primera respuesta fue “déjamelo pensar” a lo que ella me respondió “ya tengo a los dos, cuando vos me confirmes te digo”. Pasaron unos días y otra vez a la hora de la cena me dice “y? Lo pensaste?”. En primer lugar no me interesaba pero ella estaba con muchas ganas. Le dije que bueno, que lo haga. Vino, me abrazó y cuando me estaba por contar quienes eran, la frené y le dije “sorpréndeme”. Nos fuimos a dormir, al día siguiente a trabajar y me dijo “el sábado a la noche vienen, te toca cocinar”.
Eran las nueve de la noche y nadie había tocado el timbre, me resultaba algo raro, ella estaba tranquila. No llegué a preguntar que suena el timbre. Salgo a recibir al primero, era un vecino casado él, unos 50 años, canoso, atlético y alto. Lo hago pasar, la saluda a Sabrina y al rato llega el otro. Fui a abrir la puerta y era otro vecino, también casado, un poco más relleno, no tan atlético y unos 55 años, pelado. Lo hago pasar y los invito a sentarse a la mesa para comer.
Vino va, vino viene, una interesante charla y una buena cena. Mi novia se levanta para ir al baño. Uno de los hombres me dice “en serio no hay problema flaco no?” Tranqui respondí yo, ya está todo hablado, a lo que me contesta “listo”. Mi novia vuelve, se sienta, yo ya había levantado todo, se hizo una tensa calma, había mucha tensión en el ambiente. Hasta que uno de ellos se levanta, se sienta al lado de Sabri y empieza a hablarle cerca. El otro hablaba conmigo pero yo estaba viendo la otra escena.
El hombre y mi novia se empiezan a besar mientras nosotros los mirábamos. El otro señor se sienta del otro lado ante el llamado de mi novia y también la besa. Yo mirando toda la situación de frente.
La empiezan a desnudar y mostrar las tetas, chupar los pezones y lamer las mejillas y cuellos de mi novia. Ella se abre de piernas y los dedos de ambos comienzan a colarse en su concha.
Uno de ellos me mira “es toda una putita” me dice, yo sonrío. Uno se para se baja los pantalones y mi novia empieza a chupar. El otro hace lo mismo, mi novia ya desnuda parecía disfrutar de darles sexo oral a ambos. Luego de unos minutos, varios, ella se los lleva a la habitación y a mí no me dejaron entrar. Se escucha a mi novia gemir, gritar y llorizquear. Se fueron a eso de las 6 de la mañana y mi novia directo al baño.
La relación venía bien, buena química, muy buen sexo pero ella quería más. Me propuso un tercero pero yo me negué. Hasta que un día me dijo “si no me vas a dar bola en lo que te pido, me voy”. Entonces deje que viniera un tercero elegido por ella. Después otro y otro y así. Me excitaba verla disfrutar y se cogida por otro, no lo voy a negar.
Un día mientras comíamos a la hora de la cena me dijo que quería algo nuevo. Yo pensaba ya hicimos todo. Quiero un trío pero sin vos, quiero que me veas, me dijo. Mi primera respuesta fue “déjamelo pensar” a lo que ella me respondió “ya tengo a los dos, cuando vos me confirmes te digo”. Pasaron unos días y otra vez a la hora de la cena me dice “y? Lo pensaste?”. En primer lugar no me interesaba pero ella estaba con muchas ganas. Le dije que bueno, que lo haga. Vino, me abrazó y cuando me estaba por contar quienes eran, la frené y le dije “sorpréndeme”. Nos fuimos a dormir, al día siguiente a trabajar y me dijo “el sábado a la noche vienen, te toca cocinar”.
Eran las nueve de la noche y nadie había tocado el timbre, me resultaba algo raro, ella estaba tranquila. No llegué a preguntar que suena el timbre. Salgo a recibir al primero, era un vecino casado él, unos 50 años, canoso, atlético y alto. Lo hago pasar, la saluda a Sabrina y al rato llega el otro. Fui a abrir la puerta y era otro vecino, también casado, un poco más relleno, no tan atlético y unos 55 años, pelado. Lo hago pasar y los invito a sentarse a la mesa para comer.
Vino va, vino viene, una interesante charla y una buena cena. Mi novia se levanta para ir al baño. Uno de los hombres me dice “en serio no hay problema flaco no?” Tranqui respondí yo, ya está todo hablado, a lo que me contesta “listo”. Mi novia vuelve, se sienta, yo ya había levantado todo, se hizo una tensa calma, había mucha tensión en el ambiente. Hasta que uno de ellos se levanta, se sienta al lado de Sabri y empieza a hablarle cerca. El otro hablaba conmigo pero yo estaba viendo la otra escena.
El hombre y mi novia se empiezan a besar mientras nosotros los mirábamos. El otro señor se sienta del otro lado ante el llamado de mi novia y también la besa. Yo mirando toda la situación de frente.
La empiezan a desnudar y mostrar las tetas, chupar los pezones y lamer las mejillas y cuellos de mi novia. Ella se abre de piernas y los dedos de ambos comienzan a colarse en su concha.
Uno de ellos me mira “es toda una putita” me dice, yo sonrío. Uno se para se baja los pantalones y mi novia empieza a chupar. El otro hace lo mismo, mi novia ya desnuda parecía disfrutar de darles sexo oral a ambos. Luego de unos minutos, varios, ella se los lleva a la habitación y a mí no me dejaron entrar. Se escucha a mi novia gemir, gritar y llorizquear. Se fueron a eso de las 6 de la mañana y mi novia directo al baño.
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