Buenas tardes, aquí les comparto mi anécdota de cómo me la cogí a mi madre. Mi madre siempre vestía diminuta ropa, con unos shorts que parecían una tanga para el culo que se manejaba mi madre, porque ella tiene un poto enorme y siempre le gustaba verse bien, y por ello siempre estaba en el gimnasio. Y de sus tetas ni que hablar, y bueno, ella, desde que yo tengo uso de razón, era bien coqueta. Un día, cuando regresaba del colegio, entré a mi casa y encontré a mi mamá follando con un extraño, el señor ni lo conocía, los dos se asustaron y el tipo agarró sus cosas y se fue, mi mamá se vistió rápidamente y me dijo: hijo, solo es un amigo, no te preocupes, aquí no pasó nada, y muchas excusas más. Yo no le dije nada, pero me dejó bien arrecho ver a mi mamá calatita siendo atravesada por un No me dieron las ganas de entrar a su cuarto, pero no lo hice.
Pasaron las horas y ninguno de los dos dijo una sola palabra al respecto, y yo, por cada minuto que pasaba, me ponía mucho más arrecho, y cuando ya era muy noche, no lo aguanté más, y con la verga bien dura, entré a su cuarto. Ella estaba echada, me miró, se sentó y luego se puso de pie, y me dijo: Hijo, perdóname. Yo la miré a los ojos y le dije: Mami, qué rica estás, y me acerqué a ella. Ella se asustó y empezó a respirar rápido, muy rápido, y yo me acerqué más y le dije: Tu poto me encanta, y la besé. Ella no me detuvo y me empezó a besar apasionadamente. Yo la recosté en la cama.
Me saqué la camisa y ella empezó a desnudarse y pude ver de cerca por fin sus hermosas tetas, unas tetas blanquitas y sus pezones rosaditos, ella me miró y me dijo: Rodri, recuerdas cuando eras un bebé y tomabas tus tetas? Yo le dije, mami, no lo recuerdo, pero quiero mi teta, y ella me respondió, toma la teta de mami, tú ya sabes cómo, yo me acerqué a sus tetas y empecé a chupar sus tetas, y uff, qué ricas tetas tenía mi mamá. Mientras chupaba sus enormes y blancas tetas, ella gemía y gemía; yo le decía, mami, qué ricas tetas tienes, y ella me respondió, qué tarde te animas, mira todo lo que te estabas perdiendo. Yo en seguida le bajé el calzón y empecé a chupar su deliciosa vagina, qué rica vagina.
Mientras metía mi lengua, con mi dedo acariciaba su clítoris; ella empezó a gemir mucho más y, en una de esas, se vino. Ella gemía al venirse diciéndome: hijito, qué lindo hijito tengo, haz feliz a tu mami, hazme feliz, hijo. Yo la hice voltear y la puse en perro y empecé a chupar su culo rosado y vi que ese era su punto débil, cómo gritaba diciéndome: hijo, no pares, no pares, hijo. Yo con mi dedo le empecé a sobar su clítoris y nuevamente se vino. Después la puse de rodillas para que se meta una mamada de verga y le dije: mami, recuerdas cuando yo tomaba tu teta. A lo que ella me respondió: sí, hijo, eras un bebito. Y yo le respondí: ahora tú tomas de mi teta, mami.
Todo es recíproco, ahora yo te hago chupar a ti, ella dijo. Hijito, tu mami también quiere teta, yo le dije, toma, y le metí mi verga en su boca, y qué rica succionada la que se metía, que me sacó la leche en una y se lo tragó todo, con su lengua limpió toda mi verga y la dejó bien limpia. Luego la agarré patas al hombro y se la enterré, y cada vez que se lo metía gritaba de placer la puta de mi mamá.
Yo le decía mami no te imaginas como me encanta tu culo, y ella me respondió, te daré lo que a tu padre no le permití, mi culo, tú eres mi hijo y mereces más que tu padre el culo de tu madre, y se puso en perro para clavarla, en eso yo me acomodé y se la enterré en ese ano bien calientito, qué rico ano el de mi madre, y cada vez que la enterraba ella gemía y gemía diciéndome soy una mala madre, cómo puedo hacer esto. Yo le contesté, mamá, la culpa no es tuya, tampoco mía, sabes de quién es la culpa? No lo sé, yo le respondí, la culpa es de tu poto, quien te manda a tener un poto tan grande, quien no te va a querer coger con ese culo que te manejas, mami, en eso me vine en todo su culo, nunca había estado tan feliz. Luego nos fuimos a la ducha y cogimos nuevamente, nos bañamos juntos, ella en la ducha me hacía recordar cómo me bañaba cuando era pequeño, ella lavó mi verga y yo lavé su culo y nos fuimos a dormir juntos.
Al día siguiente yo desperté y mi madre ya estaba despierta y calatita, con una fuente con frutas y panes, y me dijo: te daré tu desayuno, hijito, a lo que yo le respondí: gracias, mami, pero la leche, y ella me dijo: la leche soy yo, y se montó sobre mí. Yo estaba bien arrecho y mi verga entró completita en su vagina de mi mamá, y mientras me montaba, me daba de lactar de sus tetas. Yo empecé a chupar sus tetas más fuerte y empezó a salir leche, y ella se movía más rápido y con sus manos me daba de comer pan mientras gemía, yo comía mi pan con mi leche de las tetas de mi madre y luego me daba alguna fruta y luego me devolvía su teta a mi boca para seguir chupando. Fue el desayuno más rico que tomé, en una de esas, cuando estaba tomando mi leche, me vacié en la vagina de mi madre, mientras ella me daba otro trozo de pan para seguir comiendo.
Los días pasaron y yo había perdido la cabeza por mi madre; la cogía en la cocina, en la ducha, en el jardín, y me incomodaba cuando mi padre llegaba y también se la cogía, yo la quería solo para mí, en eso. Yo le dije lo que sentía y le dije que quería que sea solo para mí y nadie más. Es en ese momento cuando todo cambió, la muy perra vio que yo estaba enamorado de mi madre y aprovechó para sacarme dinero, yo caí porque mi madre era muy hermosa, su culo bien grande y blanca. Yo quería que sea solo mía, en eso ella me hizo sacar un préstamo a su nombre e incluso me hizo vender mis cosas y me prometió terminar con mi padre para irse a vivir conmigo, pero yo ya no la creía. En eso, ella me pidió que la embarazara y yo me alegré, así que una noche yo la enterré bien adentro y me vine en su hermosa vagina para embarazar a la perra de mi madre y funcionó, pero aun no terminaba con mi padre y le hizo creer que ese hijo era suyo, y a mí me dijo: No podemos hacerlo pasar como nuestro hijo porque yo soy tu madre y tú eres mi hijo.
Con ese pretexto, seguía follando con mi papá; yo, cuando quería, me la cogía, y un día mi amigo me dijo: “Rodrigo, yo quiero cogérmela a tu mamá”, y como era mi mejor amigo, yo le quise dar la mano hasta que la convencí, porque yo pensaba que, siendo mi mejor amigo, sería triste que no pruebe un culo tan rico como el de mi madre, y un día lo conseguí: ella aceptó a cambio de dinero, y yo le di, y una noche que no estaba mi padre, invitamos a mi amigo a cenar, y mi madre estaba lista, y bueno, mi amigo terminó comiéndose un buen mujerón, a lo que al día siguiente me habló mi amigo sobre ello y me dijo que le había encantado, y a mi madre también. Al final, mi mamá empezó una relación con mi amigo y terminó con mi padre.


Pasaron las horas y ninguno de los dos dijo una sola palabra al respecto, y yo, por cada minuto que pasaba, me ponía mucho más arrecho, y cuando ya era muy noche, no lo aguanté más, y con la verga bien dura, entré a su cuarto. Ella estaba echada, me miró, se sentó y luego se puso de pie, y me dijo: Hijo, perdóname. Yo la miré a los ojos y le dije: Mami, qué rica estás, y me acerqué a ella. Ella se asustó y empezó a respirar rápido, muy rápido, y yo me acerqué más y le dije: Tu poto me encanta, y la besé. Ella no me detuvo y me empezó a besar apasionadamente. Yo la recosté en la cama.
Me saqué la camisa y ella empezó a desnudarse y pude ver de cerca por fin sus hermosas tetas, unas tetas blanquitas y sus pezones rosaditos, ella me miró y me dijo: Rodri, recuerdas cuando eras un bebé y tomabas tus tetas? Yo le dije, mami, no lo recuerdo, pero quiero mi teta, y ella me respondió, toma la teta de mami, tú ya sabes cómo, yo me acerqué a sus tetas y empecé a chupar sus tetas, y uff, qué ricas tetas tenía mi mamá. Mientras chupaba sus enormes y blancas tetas, ella gemía y gemía; yo le decía, mami, qué ricas tetas tienes, y ella me respondió, qué tarde te animas, mira todo lo que te estabas perdiendo. Yo en seguida le bajé el calzón y empecé a chupar su deliciosa vagina, qué rica vagina.
Mientras metía mi lengua, con mi dedo acariciaba su clítoris; ella empezó a gemir mucho más y, en una de esas, se vino. Ella gemía al venirse diciéndome: hijito, qué lindo hijito tengo, haz feliz a tu mami, hazme feliz, hijo. Yo la hice voltear y la puse en perro y empecé a chupar su culo rosado y vi que ese era su punto débil, cómo gritaba diciéndome: hijo, no pares, no pares, hijo. Yo con mi dedo le empecé a sobar su clítoris y nuevamente se vino. Después la puse de rodillas para que se meta una mamada de verga y le dije: mami, recuerdas cuando yo tomaba tu teta. A lo que ella me respondió: sí, hijo, eras un bebito. Y yo le respondí: ahora tú tomas de mi teta, mami.
Todo es recíproco, ahora yo te hago chupar a ti, ella dijo. Hijito, tu mami también quiere teta, yo le dije, toma, y le metí mi verga en su boca, y qué rica succionada la que se metía, que me sacó la leche en una y se lo tragó todo, con su lengua limpió toda mi verga y la dejó bien limpia. Luego la agarré patas al hombro y se la enterré, y cada vez que se lo metía gritaba de placer la puta de mi mamá.
Yo le decía mami no te imaginas como me encanta tu culo, y ella me respondió, te daré lo que a tu padre no le permití, mi culo, tú eres mi hijo y mereces más que tu padre el culo de tu madre, y se puso en perro para clavarla, en eso yo me acomodé y se la enterré en ese ano bien calientito, qué rico ano el de mi madre, y cada vez que la enterraba ella gemía y gemía diciéndome soy una mala madre, cómo puedo hacer esto. Yo le contesté, mamá, la culpa no es tuya, tampoco mía, sabes de quién es la culpa? No lo sé, yo le respondí, la culpa es de tu poto, quien te manda a tener un poto tan grande, quien no te va a querer coger con ese culo que te manejas, mami, en eso me vine en todo su culo, nunca había estado tan feliz. Luego nos fuimos a la ducha y cogimos nuevamente, nos bañamos juntos, ella en la ducha me hacía recordar cómo me bañaba cuando era pequeño, ella lavó mi verga y yo lavé su culo y nos fuimos a dormir juntos.
Al día siguiente yo desperté y mi madre ya estaba despierta y calatita, con una fuente con frutas y panes, y me dijo: te daré tu desayuno, hijito, a lo que yo le respondí: gracias, mami, pero la leche, y ella me dijo: la leche soy yo, y se montó sobre mí. Yo estaba bien arrecho y mi verga entró completita en su vagina de mi mamá, y mientras me montaba, me daba de lactar de sus tetas. Yo empecé a chupar sus tetas más fuerte y empezó a salir leche, y ella se movía más rápido y con sus manos me daba de comer pan mientras gemía, yo comía mi pan con mi leche de las tetas de mi madre y luego me daba alguna fruta y luego me devolvía su teta a mi boca para seguir chupando. Fue el desayuno más rico que tomé, en una de esas, cuando estaba tomando mi leche, me vacié en la vagina de mi madre, mientras ella me daba otro trozo de pan para seguir comiendo.
Los días pasaron y yo había perdido la cabeza por mi madre; la cogía en la cocina, en la ducha, en el jardín, y me incomodaba cuando mi padre llegaba y también se la cogía, yo la quería solo para mí, en eso. Yo le dije lo que sentía y le dije que quería que sea solo para mí y nadie más. Es en ese momento cuando todo cambió, la muy perra vio que yo estaba enamorado de mi madre y aprovechó para sacarme dinero, yo caí porque mi madre era muy hermosa, su culo bien grande y blanca. Yo quería que sea solo mía, en eso ella me hizo sacar un préstamo a su nombre e incluso me hizo vender mis cosas y me prometió terminar con mi padre para irse a vivir conmigo, pero yo ya no la creía. En eso, ella me pidió que la embarazara y yo me alegré, así que una noche yo la enterré bien adentro y me vine en su hermosa vagina para embarazar a la perra de mi madre y funcionó, pero aun no terminaba con mi padre y le hizo creer que ese hijo era suyo, y a mí me dijo: No podemos hacerlo pasar como nuestro hijo porque yo soy tu madre y tú eres mi hijo.
Con ese pretexto, seguía follando con mi papá; yo, cuando quería, me la cogía, y un día mi amigo me dijo: “Rodrigo, yo quiero cogérmela a tu mamá”, y como era mi mejor amigo, yo le quise dar la mano hasta que la convencí, porque yo pensaba que, siendo mi mejor amigo, sería triste que no pruebe un culo tan rico como el de mi madre, y un día lo conseguí: ella aceptó a cambio de dinero, y yo le di, y una noche que no estaba mi padre, invitamos a mi amigo a cenar, y mi madre estaba lista, y bueno, mi amigo terminó comiéndose un buen mujerón, a lo que al día siguiente me habló mi amigo sobre ello y me dijo que le había encantado, y a mi madre también. Al final, mi mamá empezó una relación con mi amigo y terminó con mi padre.



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