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Me pagaron una deuda, con una mujer (8): vestidores

El miércoles desperté con besos y caricias, gracias a la consideración de las chicas que me dejaron dormir hasta tarde, porque según ellas me veía cansado y estaba lindo durmiendo tan profundo. Me dirigí a la empresa para ponerme al día con el trabajo atrasado. Como mi propio jefe, me tomé las cosas con calma, pero el día resultó ser largo y agotador.


Al salir del trabajo me fui a hablar con mi amigo Raúl, café de por medio, la trampa del día anterior había dado resultados, mi amigo había armado una causa por investigación de posible plantación ilegal de marihuana, en una comisaría amiga.


La causa era sencilla y en etapa de investigación inicial, era una carnada para ver quien picaba, y no descubrir la causa principal. Y si la carnada funciono, el comisario departamental, una figura importante en la zona llamo para interesarse por la causa, mientras que el intendente de la zona llamo al Ministro de Seguridad de la provincia para ver si podía averiguarle todo sobre la causa. También el comisario le pidió a su colega que archivara la causa ya que interfería en una investigación llevada a cabo por su gente. Básicamente le estaba pidiendo que no investigara.


Estos dos individuos eran importantísimos en su zona, pero eran miembros locales, que tenían mucho peso en la ciudad y la provincia, pero la investigación por el gordo Tony y Juan Carlos la llevaba adelante la Justicia Federal, o sea bajo la órbita de la Nación, con mucho más poder que cualquier organismo regional.


Mi querido amigo me dio otra noticia, que según lo escuchado, el gordo Tony le había dicho a Juan Carlos que por un tiempo se mantuviera alejado de Ana, ya que la policía había dado con ella y tal vez la tuviera vigilada, lo mejor sería si estaba alejada de ellos, por el momento. Me sugirió que negociara con Juan Carlos un tiempo más que el estaría más que receptivo. Y les daría tiempo a investigar y conseguir pruebas contra estos dos sujetos nuevos. También me hizo referencia a Maite que tuviera cuidado o terminaría con un Harén.


No di mayor importancia a mi amigo que seguía riéndose de mí. Llame a Juan Carlos, no quería regalarme, ya que si me notaba desesperado podía sospechar o subirme el precio de Ana.


Esteban: Hola Juan Carlos, ¿cómo estás? Te llamaba para ver como va lo de mi dinero.


Juan Carlos: Hola Esteban, bien amigo. Lo estoy juntando todavía. Ya sabes que todo es difícil en este momento.


Esteban: Mira que confió en ti, y necesito el dinero, no quiero que por un poco de plata nos peleemos amigo. – Mientras lo insultaba en mi mente, pero hacer referencia a pelearnos era por la ejecución de los pagares en la justicia, que ya le había mencionado, cosa que el no quería y menos en este momento.


Juan Carlos: Tranquilo amigo, te estoy juntando el dinero. Pero ya que te gusta tanto Ana, porque no te la quedas unos diez días más, yo me he traído otra putita y no quiero que se crucen, por lo menos por ahora. Te la dejo a 25.000 dólares. Si me descuentas eso también estaría más cerca de conseguir lo que me falta.


Esteban: 25.000 dólares por quince días.


Juan Carlos: Esta bien amigo, por quince días, eres despiadado para los negocios.


Yo sabía que nunca conseguiría ni un dólar de él, es más si confiaba en Juan Carlos terminaría dos metros bajo tierra. Seguimos hablando un rato más con Raúl y saque en claro que la investigación se prolongaría un poco más, era irremediable, el Juez quería convertir este caso en su trampolín para un cargo superior y ahora con dos figuras de tanta relevancia metidas en la investigación lo podría hacer más mediático todavía.


Al llegar a casa ya era hora de la cena, estaba exhausto, así que cené y me fui directo a la cama, sintiéndome completamente agotado. Las chicas vieron mi cara y entendieron todo, y me trataron en consecuencia, me estaba acostumbrando a que me trataran como un rey, les había traído unos chocolates a ellas, cosa que a Maite emociono en sobre manera, ella no estaba acostumbrada a recibir ningún gesto de cariño.


Ana fue a conversar conmigo en la cama. Me trajo un té para relajarme, yo le conté todo lo que había hablado con Raúl y Juan Carlos, y también mis conclusiones y ella sacó a colación un tema que había estado pensando: la deuda que Juan Carlos tenía conmigo. Su ofrecimiento de pagar parte de la deuda con los departamentos que estaban a su nombre fue inesperado y generoso. Me enteré de que Juan Carlos había perdido algunos departamentos debido a deudas de juego y había puesto otros a nombre de Ana para protegerlos de los bancos y acreedores.


La conversación con Ana tomó un giro emotivo cuando le dije que los departamentos deberían quedarse con ella como compensación por la estafa que Juan Carlos cometió en su contra y la de sus padres. Su reacción fue sorprendente, me abrazó y me dijo que lo que era suyo también era mío, mostrando una gran generosidad y confianza en nuestra relación. Me sentí conmovido por su gesto y su ofrecimiento de ayudarme con la deuda. Creo que por primera vez en la vida no me sentí un cajero automático de las mujeres.


La conversación con Ana se volvió más relajada y amena cuando empezó a hablar sobre su día con su prima Maite. Mientras charlaba, sentí cómo el sueño me iba venciendo poco a poco, y Ana se dio cuenta de mi estado. En lugar de despertarme, me acarició el pelo y me acercó a ella, permitiéndome dormir en sus brazos. Fue un gesto muy tierno y reconfortante. Dormí profundamente, como hacía mucho tiempo que no lo hacía, y me desperté al día siguiente sintiéndome repuesto y con energías renovadas.


La mañana comenzó con un buen pie, me sentía juguetón, con una erección importante, Ana al verla sonrió, pero yo no podía hacer mucho, tenia una reunión importante temprano, así que desayune, muy abundantemente gracias a Maite, que se volvió a sorprender al irme le di un beso en la boca junto a una nalgada, mientras que Ana se encargó de mi ropa y maletín, también recibió un beso y su nalgada, aunque esta acostumbrada levanto la cola para recibirla mejor. Con todo listo, partí hacia la empresa y la reunión con el proveedor fue un éxito, todo salió según lo planeado y me sentí satisfecho con los resultados.


Ana me escribió como a las nueve, preguntándome como me había ido, le conté y se puso contenta por mi. Me permiso de Ana para ir a comprar ropa me pareció un poco extraña, especialmente porque me especificó la hora y las tiendas que visitaría. Lo que realmente me llamó la atención fue su comentario sobre que mirara las cámaras de seguridad de la casa. Me pareció curioso que mencionara específicamente las cámaras interiores había tres adentro, en la oficina, living y cocina, las otras estaban afuera de la casa, lo que me llevó a revisar la aplicación en mi computadora para ver qué estaban haciendo las chicas.


Parece que las chicas tenían ganas de jugar y que yo participara, estaban las dos en el living de a casa, desnudas, Ana estaba en el sillón principal sentada y con las piernas bien abiertas, mientras que Maite de rodillas le comía todas su vagina, se podía ver perfectamente el culo y vulva de Maite. Ana tomo su teléfono y un mensaje me llego.


Ana: Cariño, como no estabas decidí usar a nuestra puta, ¿te molesta?. Lastima que no estas aquí, me quede con ganas de mamártela esta mañana. – hija de puta, pensaba mientras tocaba mi erección.


Esteban: Ya me las pagaras.


Ella hizo un puchero mirando a la cámara. Acto seguido de los pelos saco la cabeza de su prima de entre sus piernas y la beso, se pararon y la llevo al sillón individual que estaba más cerca de la cámara, la sentó y puso sus piernas en el apoya brazo, quedando bien abierta, Ana se sentó directamente en el sexo de su prima dibujando una X o una tijera. Empezó a frotarse contra ella mientras las dos miraban a la cámara y se decían algo al oído, puta madre la próxima vez pongo cámaras con micrófono, las chicas se estaban dando con todo, y Ana llevo la cabeza de su prima hacia su pecho y esta no tardo en chuparlo, las dos casi acabaron al unisonó. Ana le paso el teléfono a Maite y esta me mando un audio.


Maite: Amo espero que le haya gustado. Nos tenemos que ir a la ducha para después salir de compras.


Yo me había quedado durísimo, era sorprendente el accionar de las chicas, me asombraba cada vez más Ana, me encantaba su nueva forma de ser, si bien me hacia caso ya no era una esclava, y actuaba con decisiones propias, creo que cada día estaba más enamorado de ella. Y Maite, constantemente buscaba agradarme o hacerse la gata conmigo, o sea buscaba seducirme.


Di un recorrido por la empresa y me tranquilice, todo estaba funcionando correctamente y el ambiente era relajado. Las chicas de la administración me preguntaron por Ana y les confirmé que volvería a trabajar la próxima semana. Me di cuenta de lo mucho que Ana se había ganado el cariño y la admiración de todos en tan poco tiempo, y yo no era la excepción. Su presencia había causado un impacto positivo en todos nosotros.


Raúl me mando un mensaje diciéndome que Juan Carlos me dejaría en paz por un par de semanas, que habían hablado con el gordo Tony y deberían ser más precavidos por el momento, lo bueno es que contra estos dos ya tenían pruebas suficientes, ahora su investigación se cernía sobre su protección y socios en las sombras. Me dijo que temporalmente retirarían a los efectivos que nos protegían, pero seguirían vigilando atentamente a Juan Carlos y a Miguel. También hablamos de todo un poco, sobre mi seguridad, sobre que hacer cuando Juan Carlos caiga o las posibles opciones que teníamos, y hasta mi vida privada.


Raúl. Oye también te acuestas con la prima, que yo me doy cuenta de esto. No se donde las consigues pero acuérdate de tu amigo.


Esteban: Yo no busque nada, las cosas se dieron. A parte tu estas casado.


Raúl: Por eso te digo, creo que la ultima vez que tuve sexo fue hace como tres semanas, jaja. Lo mismo me alegro por ti, se te ve bien, si no fuera porque alguien quiere matarte y robar tus cosas, diría que te envidio.


Yo sabia que Raúl era totalmente fiel, y era imposible que engañara a su mujer, y todo era un chiste. Pero no era el único en decirme que había visto un cambio tan importante en mi, y yo sabia todo era gracias a Ana.


Me di cuenta de que Ana había cambiado mucho en mí, de ser alguien descuidado, depresivo y desanimado a alguien que se preocupa por su apariencia y bienestar. Le debía mucho a Ana, ella silenciosamente y con mucho tacto me escogía la ropa, me afeitaba, incluso me colocaba cremas de ellas, de las pocas que tenia, y estaba agradecido por todo lo que había hecho por mí, así que decidí darle un regalo especial. Programé una cita en un spa para que las dos chicas, en el mismo centro comercial al que irían, así pudieran disfrutaran de un tratamiento capilar, depilación, peluquería y manicura. Quería recompensarlas por todo lo que hacían por mí y aprovechar mi buen humor para darles una sorpresa agradable.


Tome mi celular para comunicarles mi regalo y justo recibí un mensaje de Ana.


Ana: Mira cariño, te gusta. Tu dime cual te gusta más son para que tu los disfrutes.


Acto seguido me mando diez fotos, cinco de cada una. En todas ellas se estaban probando lencería, hacia un poco más de una hora que me habían calentado con las cámaras de seguridad y ahora esto, todavía estaba en modo en celos y esto no me ayudaba mucho. Le escribí que quería una sorpresa, mientras en un cartel del fondo pude ver que local era. Yo sabia cual era ya que le había comprado ropa con Ana ahí. No me aguante más recogí mis cosas y le dije a mi secretaria que no volvería en todo el día, si no era importante que no me llamara. Y salí rumbo al centro comercial que no estaba lejos.


Entre en el centro comercial y me fui al local que conocía, había poca gente ahí por el horario, y le mande un mensaje preguntando donde estaba, ya que no las encontré ahí, me respondió con un mensaje y fotos de ellas probándose un vestido. El local estaba a pocos metros de donde estaba. Entre y estaba viendo vestidos que había exhibidos, fui sigilosamente y la abrace por detrás, pego un pequeño grito con un salto que llamo la atención de la chica que atendía el local, al verme me abrazo y me dio un besito en los labios, estaba muy contenta iba a llamar a Maite y la detuve.


Esteban: Shhh donde esta Maite.- me hizo una seña con la cabeza en dirección a los probadores.- tú entretén a la chica que atiende a toda costa.- asintió con la cabeza y una sonrisa de oreja a oreja.


Muy despacio me acerque al probador, éramos los únicos en toda la tienda. Maite se estaba probando un vestido y mirándose en el espejo. Entre y la abrace por detrás me vio por el espejo.


Esteban: Putita mía, no quiero que hagas ruido, sino te castigare.- ella afirmo con la cabeza.


Le empecé a besar el cuello y amasar esas tetas grandes que tenia, veía como miraba nerviosa y muy colorada, no sabia si alguien nos podía descubrir. Yo sabia que debía ser rápido y no tardar tanto. La apreté contra el espejo y la hice sacar culo, me agache, me encantaba que mis mujeres usaran vestido, todo era mucho más fácil, baje su tanga y metí mi cabeza entre sus nalgas, empecé con mi lengua a recorrer desde su vulva hasta su ano, ida y vulva, en pocos segundos estaba empapada y haciendo grandes esfuerzos para no gemir.


Sus jugos estaban deliciosos, y a Maite todo esto parecía gustarle. No aguante más me pare saque mi pene, y de una estocada la penetre, las penetraciones eran fuertes y rápidas, quería que acabáramos y no levantar sospechas, pero ella estaba demasiado caliente y su vagina empezó a contraerse, para no gritar mordió mi ante brazo mientras tenia un orgasmo. Le subí el tanga mientras se recuperaba.


Esteban: Mándame a Ana.- le dije en el oído.- tú entretén ahora a la chica que atiende, que te muestre todo lo que te gusta.


Ella asintió con la cabeza, le temblaron las piernas al querer caminar, pero se repuso. A los pocos minutos entro Ana, al correr la cortina vio directamente a mi pene que estaba mirando al techo, brillante de los jugos de su prima. Inmediatamente se puso de rodillas y se lo metió todo a la boca, ella entendía lo que había que hacer y que se tenia que hacer rápido, se apuñalaba la garganta una y otra vez con mi miembro mientas sus manos acariciaban mi pelotas, y me miraba directamente a los ojos, cada vez me gustaba más esta mujer.


La tome del cuello y la levante, besándola y estampándola contra la única pared de cemento del probador, no era cosa que tiráramos todo abajo. La tome por las nalgas mientras la besaba, ella estaba en el aire con las piernas entrelazadas a mí a la altura de mis cadera.


Ana: Dámelo cariño.- me dijo con su visión nublada por la lujuria.


Corrí a un lado su tanga, y la penetre, al igual que a su prima fui brutal y salvaje. Ella me besaba y chupaba mi cuello, estábamos demasiado calientes los dos. Lleve mis dedos y junte el flujo que despedía su vagina con cada penetración mía, los puse en la entrada de su ano y empecé a masajearlo hasta que solos se metieron dos dedos adentro, fue como un interruptor de la luz, inmediatamente ella empezó a acabar, arrastrándome a mi al orgasmo también. Descargue abundante semen dentro de ella, también en el piso, ella se saco el tanga y se limpio lo mejor que pudo, también el piso.


Yo mientras tanto salí del probador, Maite le había hecho sacar un montón de ropa la chica que atendía. Esta nos dijo que se llamaba Rosa y nos ayudaría en todo, y recalco de nuevo todo. Me miraba y se reía pícaramente, era una chica rellenita, con unas tetas grandes y cara bonita, de unos treinta y cinco años. Fui a pagar toda la ropa que había elegido las chicas, que era muchas. Mientras ellas miraban otras cosas.


Rosa: Que bueno, sus amigas están muy contenlas.- dijo sonriendo y mirándome a los ojos.- usted las ha hecho muy felices.


Estoy seguro que no lo decía por la ropa, miro hacia el monitor que estaba a un lado, y ahí se veía las cámaras de seguridad, en los probadores había una, que enfocaba por arriba, no se veía nada, solamente el pasillo y las cabezas de las personas que estaban dentro, por lo tanto ella sabia lo que habíamos hecho.


Esteban: No son mis amigas, son mis mujeres.- ella se sorprendió un poco, pero se repuso.


Rosa: Por su sonrisas veo que estas dos jovencitas están satisfechas por usted.- No dije nada más.- Por lo que ha comprado mi jefa estará contenta con todo esto, aquí le dejo mi teléfono, por si necesita algo más.- y lo anoto en la factura.


Salimos y fuimos a almorzar, comimos entre risas, ellas no paraban de hablar y reír. Terminamos de comer y nos pusimos a ver vidrieras mientras esperábamos el turno en la estética, yo cargaba todas las bolsas, no sabia quien el era el Amo y las esclavas, las chicas estaban felices, sobre todo Maite que para ella era todo nuevo. Parecían dos niñas, incluso observe a Maite mirándome varias veces mientras le hacia cariño a Ana, era una mirada tierna, parecía un cachorrito que necesitaba cariño, y cada tanto lo hacia y se avergonzaba.


Las acompañe hasta la estética y les dije que las dejaran más bonitas de lo que eran, porque esta noche tenia una cita con ellas, las dos rieron y la chica que nos atendió también, si ella supiera. Yo me fui a la barbería y peluquería que había cerca. Cuando salimos ellas se volvieron a la casa en la camioneta Audi y yo lo hice en mi Toyota. Al llegar ambas me abrazaron, Maite casi empujada por su prima, y me agradecieron por todo lo que había hecho por ellas hoy.


Ana: Vamos a ponernos más bonitas para nuestro amo.


Yo saque mi traje y lo lleve al cuarto de invitados, el que ocupaba Maite y deje la habitación principal para que ellas se arreglaran, me fui y me bañe. Al salir estaban las dos, con la factura en la mano. Al verla les explique lo que nos había pasado con la chica que atendía la tienda, Maite se puso roja de vergüenza, Ana se quedo pensando.


Ana: Amo si usted quiere otra esclava o una amante nosotros lo ayudaremos.- dijo en un tono más solemne y serio.- aunque si el problema es que nosotros le hemos fallado y no le damos lo suficiente castíguenos por favor.


Esteban: más sexo no, pero no me tientes con castigarlas por que se me ocurren varios métodos jaja.- dije dándole una pequeña nalgada.- ve corazón a terminar de cambiarte, las quiero radiante así puedo presumirlas. Y ha todo se les caiga la baba con las mujeres que tengo.


Una hora después salieron las chicas despampanantes, con dos vestidos largos de fiesta que dejaban sin aliento a más de uno, el vestido de Ana eranegro, con su espalda descubierta y un gran tajo en las piernas, anudado al cuello, con el pelo recogido. Mientras que Maite tenia un vestido rojo, con un gran escote, que levantaba y resaltaba sus tetas, era hasta las rodillas el tajo era menor que el de su prima, tenia el pelo suelto. Las dos estaban excelentemente maquilladas, y estaban que paraban el transito por a calle.


Salimos de la ciudad, maneje casi hora y media y fuimos a un pueblo cercano, a un restaurant que tenia un hotel boutique, muy romántico. El hecho de salir de la ciudad era para no encontrarnos con ningún conocido y poder cagar el plan que teníamos con Juan Carlos. El restaurant era famoso por su comida y por brindar show en vivo, justo había una banda que tocaba temas románticos conocidos. La comida fue fantástica, pero el show fue mejor, las chicas no paraban de cantar temas de Luis Miguel, David Bisbal o Enrique Iglesias, yo me reía aunque no me gustaba ese tipo de música, pero las veía felices a ellas y me hacia bien a mi. Tomamos una habitación en el hotel para no volver manejando de noche.


Yo no se si se habían puesto de acuerdo entre ellas, o estaban alegres por el alcohol y la música, pero ni bien cerramos la puerta de la habitación saltaron sobre mi como si fueran unas panteras contra un tierno capibara. Creo que de verdad se tomaron en serio la idea que me faltaba sexo, creo que me iban a ordeñar.

1 comentarios - Me pagaron una deuda, con una mujer (8): vestidores

soy_caliente
Que exelwnte se va volviendo esto...auque a rosa.. le hubiesw invitado para. Que ella se saque las ganas jakaj