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Jaque a la reina!

Fotos que tomamos mi esposa y yo, tratando de darle un toque erotico
Total libertad para comentar lo que quieran
Espero sean de vuestro agrado

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A pedido de muchos... arrancamos en color

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JAQUE A LA REINA!


Jaque a la reina viene a encerrar una historia de vida íntima, peligrosa, de mentiras y traiciones, un historia de familia, de sangre, de trampas ocultas y de amores prohibidos

Las relaciones entre madre e hija suelen ser complicadas y retorcidas, y mis problemas con Noelia, fruto de mi vientre, se remontan a los días de su pubertad, cuando empezaba a formar su carácter y tomar sus propias decisiones
Ella de por si era una chica caprichosa, rebelde, conflictiva, cualquier excusa era buena para iniciar una discusión y para terminar a los gritos, donde ella se encerraba en su cuarto o donde yo solo me iba de casa a dar una vuelta y fumar un pucho, para que se me bajara la calentura
Las cosas solo se habían dado así, era lo que nos había tocado en suerte

Había quedado embarazada cuando apenas tenía quince, era una tonta inexperta que creía en el amor, sufrí la humillación del pecado que llevaba en mi vientre contra cualquiera que cruzaba y que me juzgaba, mis padres querían que abortara, mi madre en especial, su única preocupación era lo que le dirían a ella las chusmas del barrio con las que solía juntarse
Fueron días muy duros porque con quince años era casi una niña y el mundo me estaba asfixiando en apenas un parpadear
Pero salí adelante, tuve que pelearla sola, porque el padre fue un cobarde, un tipo que se aprovechó de mi tonto amor y cuando las cosas se pusieron feas solo desapareció
Y esa sería un arma que siempre usaría en las discusiones con mi hija, que ella me debía la vida porque si no hubiera sido por mi, jamás hubiera existido, suena burdo, cruel, pero no dejaba de ser una realidad, ella no sabía todo lo que había sufrido por ella

Vivíamos un permanente tira y afloje, es que ella a su vez, me acusaba de ser una inmadura, de tratar de parecerme a ella, aunque le llevara quince años, que yo era su madre, no una amiga y que mi cabecita no estaba bien
Mi hija me pegaba en donde me dolía, nunca me había llamado mamá, ella siempre lo hacía por Sandra, mi nombre de pila, era cruel, sabía que eso me molestaba, pero también me daba cierta independencia ante los hombres
Ella se había criado en un ambiente sin figura paterna, o tal vez, de padres temporáneos, porque yo solo llevaba a casa tipos para pasar un par de noches, me gustaba mucho la pija, pero poco las relaciones, me siento una mujer empoderada y de grandes ovarios, muy puta en la cama, pero los hombres estaban bien donde estaban

Mis charlas de psicología aportaron un poco de luz a mis ojos, y asumí que me gustaba competir con mi propia hija, a veces le robaba la ropa, me excitaba verme con su pequeñas mini faldas, o sus top ajustados, o ropitas de una adolescente, y cuando me miraba al espejo sabía que yo era más bonita, tenía mucho mas tetas, mucho más de caderas y mucho mas de culo, claro, yo no tenía su cinturita de avispa de quince años, pero me calentaba mucho imaginar competir con ella por algún macho embravecido
Poco después las discusiones entre ambas escalarían más de lo pensado, me acusaba de meterme en sus asuntos, en sus temas de amigas, en sus temas privados, me decía que me comprara una vida, y en general los problemas terminaban en un portazo y días sin dirigirnos la palabra

Las cosas se pondrían más feas cuando trajo a casa a su primer noviecito, y no pude evitar en mi subconsciente tratar de verme linda y provocativa para él, aunque para mi fuera solo un niño, porque cuando me miraba al espejo con sus ropas, necesitaba saber a quien de las dos escogería ese joven llegado el caso
Noelia parecía odiarme por mi marcada ridiculez, pero así eran las cosas
Incluso cuando iban a su cuarto a coger, sabía lo que hacían, pero trataba de ser fisgona y me masturbaba imaginando que yo, era mi hija
Recuerdo que en esos tiempos estaba tan molesta que una noche en la que ellos habían salido, le robé una mini muy ajustada y me fui de puta a un boliche, donde me levanté a un pendejo veinteañero, para que me subiera a su moto y me llevara a darme una flor de cogida

Y los noviecitos de turno fueron pasando hasta que llegaría Kevin, el elegido, el que sería su esposo, y con eso un nuevo desafío
Todo fue muy rápido, mi hija ya tenía veinticinco, tenía un empleo fijo y estaba por irse a vivir sola
Cuando me presentó a su nuevo novio, ya era una cuarentona y me quedé mirándolo como hipnotizada por sus ojos verdes, la situación se tornó incómoda, entonces él dijo

Ahora comprendo, si hay una princesa, pues tenía que haber una reina

Kevin sería sin dudas un motivo más de disputa, lo supe en ese mismo momento, al conocerlo
El típico rebelde, conflictivo, chanta y rufián, un tipo del que no sacarán nada bueno, el que parce tener en la frente un cartel luminoso titilándose con una leyenda que dice 'warning', el tipo que te engañará, te humillará y te hará llorar, y justamente, el tipo de hombres que me gustaban
Kevin medía cerca de un metro noventa, de ojos oscuros y peligrosos, se notaba que cuidaba mucho su presencia, jugaba al básquet como hobby y gustaba de salir a correr, trabajaba en un emprendimiento familiar con lo cual se ganaba la vida y se podría aseverar que ese chico era un partido interesante

En los siguientes años la relación madre e hija pasaría por su mejor momento, tal vez la distancia que suponía vivir en otro sitio junto a su pareja hacía que no tuviéramos un innecesario roce diario, y el hecho de tener un empleo como maestra de infantes hacía un poco que su vida estuviera más acomodada y bajara un poco su alerta de ansiedad
Por mi lado también las cosas iban mejor, al no tener a mi hija cerca ya no sentía esa necesidad de estúpida competencia y tenía la libertad de no sentirme juzgada por cada hombre que pasara por mi cama
También había dejado mi antiguo empleo bajo relación de dependencia en la peluquería de barrio, siempre me había ganado la vida como estilista, y ahora trabajaba desde casa, con ventas web, dando un giro a mi vida, era dueña de mis ingresos y de mis horarios, y casi podía duplicar mi antiguo salario

El detalle, Noelia y Kevin no querían perder dinero en la paga de un alquiler, pero tampoco les daba para comprar una vivienda, ni siquiera para empezar por un terreno, la casa de su padre era en dos plantas con techos de tejas, y él tenía dos hermanas con las que no pretendía entrar en conflictos, por lo que la genial idea que tuvieron fue edificar su casa sobre mi casa, una planta alta gemela aprovechando las paredes ya edificadas
Con honestidad pura, no me había gustado la idea, suponía la mugre de la construcción ingresando día a día, sentir un poco la invasión a mi vida tranquila, suponía el regreso de problemas con mi Noelia, pero también era mi hija, y no podía dejar de darle una mano, más con mis antecedentes, porque yo si sabía lo que era estar sola


Jaque a la reina!


La construcción llevaría unos largos cinco años, más de lo esperado, marchas y contramarchas, detenciones por falta de presupuesto y por cambios permanentes en el proyecto
Recuerdo muchos hombres traspirados trabajando, hombres con los que no tendría nada en especial, pero a los que me gustaba presumir, siempre con jeans ajustados, con botas, con alguna camisa un tato indiscreta, saben como luce una cuarentona sola a la que le gusta verse provocativa
Y acá es donde caía mi yerno, él pasaba tres veces a la semana a supervisar todo como andaba y obviamente, hablábamos mucho, en esos momentos el me llamaba 'mi reina', cosa que no hacía delante de Noelia, porque ella no lo toleraba, y ese doble juego a mi me calentaba mucho
Así que en esas veces me vestía para él, y también dejábamos ver ese tema de que estaban los albañiles viéndome con los colmillos afilados
Todo era así, muchas veces lo sorprendía mirándome como hombre y yo hacía lo posible para que lo hiciera, jugaba el juego, y otras veces salían temas de su relación de pareja, como le iba con su 'princesa' y así nos íbamos por temas íntimos que rayaba con lo prohibido

Ella llegaba a los treinta, yo pasaba los cuarenta y cinco cuando la planta alta estuvo terminada y ellos vinieron a vivir sobre mi techo, y si bien estábamos separados, también estábamos juntos
Llegarían nuevamente los días de competencia, seguía siendo mucho más bonita y pulposa que ella, y ella se molestaba por ello, incluso solía decirme que la avergonzaba en el barrio, vistiéndome y comportándome como puta, según su saber y entender
Kevin se trasformaría un poco y sin quererlo en el mediador de ambas mujeres, intentando buscar un punto de equilibrio.
Hablábamos mucho, solo que a veces lo llevaba para donde yo quería llevarlo, sobre como iban las cosas en la cama con mi hija, sobre si ella estaba a la altura, si era lo suficientemente mujer y demás cosas propias de una víbora que dejaba flotado en el ambiente que encontraría en mi todo lo que no encontraba en ella

Y esa parte sexual se haría exponencial en mis pensamientos, al ser edificaciones gemelas, su dormitorio y estaba sobre mi dormitorio, y se me haría costumbre masturbarme cada noche cuando ellos no me dejaban dormir, cuando las patas de la cama chirreaban sobre mi cabeza y cuando los gemidos contenidos de mi hija traspasaban el concreto
Y esas situaciones también serían confesiones secretas a mi yerno, quien lejos de amilanarse parecía levantar la vara en un juego tan excitante como peligroso, él empezó a contarme que la tenía muy grande y que bueno, él solo no tenía la culpa, pero que Noelia a veces no podía con tanto
Y todas esas imágenes prohibidas fueron minando mis pensamientos

Las cosas se darían casi por una serie de casualidades alineadas, una mañana como todas, ellos salieron como siempre, él la llevaba al jardín maternal y luego seguía con su trabajo en el emprendimiento que llevaba con su padre, los vi salir, pero también lo vi regresar ofuscado, subió los escalones de dos en dos y lo sentí dar un portazo.
Los había escuchado discutir la noche anterior pero no sabía el motivo, habían dejado adrede el tv con alto volumen
Así que tomé el celu y le escribí

Hola Kevin, todo bien?

El leyó mi mensaje de WhatsApp, pareció escribir, pero se arrepintió y la respuesta terminó por no llegar, así que insistí

Kevin, pasa algo? anoche los escuché discutir

En poco tiempo me mandaría un audio escueto, empezaron por una pavada, mi hija le había recriminado su abandono, por su corte de cabello y por su barba descuidada, él le había recriminado que no tenía tiempo para tantas cosas y solo se habían desencadenado una serie de mutuos reproches acumulados en el tiempo

No lo pensé demasiado, le devolví el audio, le recordé que yo había sido peluquera, y si había podido conformar a tantas mujeres, seguro podría hacer algo con unos cabellos rebeldes y una barba desprolija, que buscaba las cosas y subía en cinco

No le dije más, pero acá le daba la razón a Noelia, él últimamente se veía descuidado y con honestidad pensé ser por una vez puente entre los dos, tal vez si ella lo veía prestable, sería una manera de resetear la discusión

Tomé mis cosas que aun guardaba de mi anterior empleo y subí las escaleras, mi yerno me flanqueó la entrada, estaba en jean negro con una remera blanca bastante ajustada al cuerpo, le dije

Sentate ahí que ahora te voy a dejar más bonito de lo que sos y me contás por qué tanto alboroto con mi hija

Fui por agua y volví a hablarle

Cambiate esa remera que te la voy a llenar de pelos

Pero él se la sacó y solo la dejó estirada sobre el espaldar de la silla contigua, nunca sabré si lo hizo con intención de provocarme, pero el verlo 'en cuero' se hizo muy peligroso para un mujer de mi reputación
Fui de lado, comencé a rociarle agua con el pulverizador, y a acomodarle los cabellos, empezamos a cruzar palabras y me concentré en el trabajo con mis sentidos perdidos en lo que estaba haciendo, sin notar que mis pechos estaban muy cerca de su rostro, y que tenía una remera demasiado escotada, y como dije, una suma de casualidades alineadas, porque tal vez él sintiera que era yo quien buscaba provocarlo

Solo fue un instante, solo fue un arrebato, solo fue un impulso...

Kevin pasó su mano por mi cintura para aferrarme a su lado y enterró su cara entre mis tetas, empezó a besarlas con locura, y me quedé rendida a mi yerno, solo dejé que lo hiciera, que se quitara las ganas, sentí mis pezones endurecerse bajo el sostén y mi sexo humedecerse entre las piernas, lo tomé por los cabellos, tiré su cabeza hacia atrás haciendo que su rostro se alineara con el mío, lo miré fijamente y le di un beso profundo, esos besos que se hacen eternos y duelen en los labios, esos besos que parecen romperte la quijada, esos besos que te entierran la lengua en lo profundo, esos besos que no tienen retorno

De estar de pie pasé a arrodillarme, necesitaba hurgar bajo el jean y mientras el buscaba quitárselo, yo le besaba su torso desnudo, cuando al fin lo hizo me quedé como una estúpida mirado su enorme verga! había estado con innumerables hombres, pero nuca con algo así!
La pija de mi yerno era intimidante! llamaba la atención por lo larga, pero más por lo gruesa! al punto que el no llegaba a rodearla con su propia mano, con un tronco tan recto que rozaba la perfección, decorado con gruesas venas que se me hacían llamativamente deliciosas, y con un glande desnudo que brillaba como un faro en la oscuridad
Quise chupárselo, pero era demasiado, mis dientes rozaban en su delicada piel, por primera vez me sentía confundida, empecé a masturbarlo con ambas manos, a darle ricos besos y solo imaginaba tener todo eso dentro de mi conchita que latía en dedeos

Subí un poco solo para pasar su enorme sable por debajo del cruce del sostén y entre mis tetas, lo tenía prisionero, lo envolví entre ellas y empecé a subir y a bajar, muy lento, una vez y otra vez, cada tanto dejaba correr saliva para usarla como lubricante, y solo veía a los ojos de mi yerno que se mordía los labios llenándome de frenesí

Te gusta reina? es grande cierto?

Grande? mierda! aun no se como me entrará eso en la concha!

Solo seguí con el juego, una vez y otra vez, aun sin dar crédito de semejante verga, más y más, él respiraba con cadencia, me animaba a seguir, y más y más, de pronto cerró sus ojos y dejando caer su cabeza hacia atrás, en un quejido contenido dejó escapar toda su eyaculación entre mis pechos, el semen saltó por todos lados, por mi cuello, por el sostén, y sentí todo su calor de hombre pegarse a mi piel
Fue exquisito, y cuando él recobró el aliento saqué su pene de la prisión en la que lo había metido, pasando mis dedos por su leche caliente para jugar con ellos en mi lengua viperina, sin poder evitar una sonrisa pornográfica para su completo deleite

Kevin me tomó entre sus brazos y dijo una palabras como comparando a la princesa con la reina, no entendí que quiso decir pero tampoco me importó, lo importante es que me llevó al cuarto y me tiró sobre la cama, me desnudó de la cintura para abajo y empezó a lamerme el sexo

Dale! dale hijo de puta! - le dije mientras me abría de piernas - dale, no dejes de chuparme la concha!

Me retorcí de placer mientras aprisionaba mi clítoris entre sus labios, mis gemidos empezaron a fluir y mi pecho comenzó a aspirar más aire del que podía contener al tiempo que no podía controlar la catarata de placer que salía de mi rajita, giré la cabeza hacia un lado, mis ojos sin querer fueron sobre la mesa de luz donde descansaban varias fotos de ellos dos en su luna de miel, mi yerno y mi hija, Noelia estaba hermosa enfundada en su vestido blanco, y ahora yo, su madre, la estaba haciendo cornuda
Fue todo muy poderoso, muy potente, y solo no pude evitar venirme en su boca
Grité mi orgasmo mientras él me mantenía con fuerzas para que yo no pudiera cerrar mis piernas

Cogeme! - dije casi en un imploro entrecortado - quiero tu pija! metémela toda

El vino entre mis piernas, tomó su verga entre sus dedos y empezó a acariciar mi clítoris caliente con su glande desnudo, una vez y otra vez, rico, excitante
Luego me la metió y se sintió enorme en mi cosita, apreté las sábanas con fuerzas y me mordí los labios, que rico placer! qué hermosa pija! la sentí topar en lo profundo, me hacía gritar en cada empuje y al llevar mis dedos entre mis piernas comprobé que no me entraba toda, cerré mis ojos y solo me dejé llevar, me estaba cogiendo el hombre del que se había enamorado mi hija, estaba en su propia cama, y eso me suponía ganarle otra batalla
Me vine en interminables orgasmos, una y otra vez

Luego, casi a la fuera, me acomodó en cuatro, y cuando me la empujó dentro en esa posición creí que me partiría en dos, hijo de puta! que pija cargaba mi yerno
El bastardo, sin dejar de cogerme, empezó a dejar caer saliva sobre mi esfínter y a acariciarlo con su dedo pulgar, en círculos muy excitantes que me hacían desear
Lógicamente, mi culito se fue abriendo y los masajes de su dedo se hicieron más y más profundos y solo no podía con eso

Dale hijo de puta! - le dije - rompeme el culo! no me dejes con las ganas!

Kevin volvió a acomodarse, apuntó y lentamente se coló por detrás, y mientras yo gritaba por la invasión del intruso dijo

JAQUE A LA REINA!

Me la metió tan profundo como pudo, era enorme! me quitaba la respiración y sentí su excitación en cada movimiento, con su fuerza masculina me fue empujando en cada embate hasta que mis piernas cedieron y el cayó sobre mi, sobre mis espaldas, quedé prisionera a sus instintos, no dejaba de abrirme el trasero, había pasado una mano por delante para sobarme las tetas y la otra por mi cuello, por mi garganta, para apretarme suavemente al tiempo que me susurraba al oído lo puta que era
Yo, me enterraba los dedos en la concha y me masturbaba muy rico, hasta que le dije de cambiar de posición

Lo hice recostar sobre la cama, fui a cabalgarlo, tomé su verga y me senté sobre ella, haciendo que mi esfínter la abrazara con amor, ahora tenía el control y buscaba el punto justo para la penetración, porque el límite entre dolor y placer era muy finito
Tomé sus brazos con los míos y los llevé hacia atrás, para que no pudiera tocarme con sus manos y solo moví mis caderas como olas de mar, veía en su rostro el placer, me gustaba ver el placer que le daba a un hombre con mi cuerpo y de reojo, mi mirada también volvía una y otra vez sobre las fotos que tenía decorando la habitación, esas fotos con Noelia, mi hija, y fue todo demasiado explosivo, y solo dejé de moverme cuando los sentí eyacular todo en mi interior

Cuando salí, tenía todo el esfínter dilatado y chorreaba entre mis piernas toda su leche caliente, él se reía por la situación mirándome de costado

Sandra... eres fabulosa, increíble

Subida a un pedestal imaginario de egocentrismo respondí

Es que por eso puede haber muchas princesas, pero solo hay una reina

Era hora de terminar, al menos por esa mañana, tomé una a una mis prendas que habían quedado desparramadas desde el comedor al dormitorio y luego lo ayudé a acomodar todo, cada cosa en su lugar, incluso las sabanas de la cama que aun estaban calientes
Bajé las escaleras con una sola imagen en mi mente, la monumental verga que tenía mi yerno, sabiendo que había sido la primera de muchas
Y así me transformaría en su amante, en su cómplice, midiendo día a día los movimientos de mi hija, aprovechando cada oportunidad, agazapada en las sombras, ella jamás sospecharía de mi, su propia madre
Llegarían días muy calientes, cuando nos cruzábamos los tres habían miradas cómplices, susurros indiscretos y roces sutiles
Y que me cogiera a escondidas no era suficiente, a veces, por las noches, cuando sentía los gemidos contenidos de mi hija y el movimiento de vaivén de la cama, no podía con mi vieja costumbre de masturbarme, solo que ahora sabía el pedazo que ella se comía y sentía una mordida envidia

Lo mejor llegaría hace un par de años, con el primer embarazo de Noelia, ella entraría en esa etapa natural de madre, un antes y un después, donde toda mujer deja por un tiempo en segundo plano su apetito sexual, pero Kevin... Kevin es hombre, y el hombre siempre piensa en lo mismo, parecía desesperado y aprovechaba cada oportunidad, mañana, tarde, noche, cuando fuera posible
Fuero los mejores días de amantes, satisfacer a mi yerno, ser la receptora de su néctar y ofrecerle cada rincón de mi cuerpo para que saciara sus bajos instintos
Hoy sigo trabajando desde casa, me toca cuidar a Rocío, mi pequeña nieta, la heredera a mi trono, hamaco con el pie su pequeña cuna, miro por la ventana, suspiro, no se cuando el quiera pasar por unos besos


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