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Sueño húmedo




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Compendio II


😅

Tuve un sueño raro, caliente y súper intenso.

De esos que parecen súper reales.

XD

Abrí los párpados cuando estaba bien oscuro en la mañana, sintiendo los latidos de mi corazón contra la espalda dormida de mi esposo.

Sueño húmedo

El frío invierno de Melbourne se colaba por la ventana cerrada, pero mi sudor y calentura pegaban mi fina camisola a mis pechos y mis pezones endurecidos.

Pedazos de mi sueño se aferraban a mi mente: el rostro bañado en lágrimas de mi coquetona, las uñas de mi señorita clavándose en los hombros de mi esposo mientras lo montaba, el calor resbaladizo entre mis muslos cuando veía a Lily y Alicia chupando la verga de mi marido arrodilladas sobre el suelo de mármol.

😳

En mi sueño, nuestras gemelas eran mucho mayores. Iban a la universidad y estaban guapísimas. Ambas tenían mi pelo y mis ojos, unos pechos enormes y un trasero increíble. Pero lloraban porque les preocupaba entrar en la universidad.

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Mi marido estaba guapísimo.

Se veía alto, fuerte y su verga se veía gruesa y larga.

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Sabe cómo animar a cualquiera.

Se acercó a mi coquetona y mi señorita y les besó las lágrimas.

😈

Pronto, estaba tumbado en la cama con ellas.

Me pidió que me uniera.

Me puse encima de él y le dejé chuparme los pechos. Las gemelas estaban ansiosas.

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Mi coquetona se metió su verga en la boca mientras mi señorita le besaba y lamía los testículos.

😵 😲

Me rogaron que las dejara follar con él.

Acepté, siempre y cuando él guardara su última corrida para mí.

Él prometió que lo haría.

😇

Mi coquetona fue la primera.

Dijo que la verga de su papá era la mejor mientras él la penetraba profundamente.

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😩 😖 😩 😖

Mi señorita y yo nos frotábamos los pechos y los clítoris excitadas al verlo sujetarla por la cintura, con las pechugas de mi coquetona rebotando salvajemente mientras ella disfrutaba del polvo de su vida.

Mi señorita fue la siguiente.

Dijo que lo quería más duro.

😩😫 😩😫

Así que mi mejor amigo le empujó la cara contra la almohada, le levantó las caderas y le dio por el culo.

Ella gritó contra el colchón, arañando las sábanas con los dedos mientras él la follaba sin piedad.

Sus nalgas se ondulaban con cada embestida, y yo veía cómo las bolitas de mi esposo se tensaban contra su piel, esa señal familiar de que estaba a punto de correrse.

😫 😖 😫 😖

Por alguna razón, sentí que mis hijas también eran unas putitas anales, como yo.

Así que, aunque mi coquetona estaba lamiendo el semen de su padre que goteaba de su propio sexo, se sentía tan celosa como yo al ver a su hermana gozando, siendo follada por la enorme verga de su papá.

Mi esposo se deslizó más profundamente dentro de mi señorita, gruñendo con cada embestida.

😖😲 😖😲

Sus gritos ahogados se convirtieron en jadeos entrecortados mientras él le agarraba las caderas con más fuerza.

Observé cómo sus enormes testículos se tensaban contra la piel de ella, ese pulso familiar antes de la liberación.

Mi señorita arqueó la espalda, temblando, mientras mi esposo se hundía hasta el fondo y se corría dentro de ella con un gemido grave, llenándole el culo hasta que se desbordó por sus muslos.

Sueño húmedo

💦 💦 💦 💦 💦

Parecía cansado, jadeando, pero cuando me vio, sentí que sus fuerzas se renovaban. Su verga, siempre hambrienta, quería mi sexo chorreante una vez más.

🤤

Mi esposo apartó a mi señorita con delicadeza y le besó la frente mientras ella se desplomaba junto a mi coquetona.

Las gemelas estaban sonrojadas y agotadas, respirando con dificultad. Se volvió hacia mí con los ojos llenos de deseo.

“¡Te toca, ruiseñor!” me dijo, atrayéndome hacia él.

Sus dedos recorrieron mi humedad, haciéndome jadear.

😫

“¡Has cumplido tu promesa!” le dije, guiándolo dentro de mí.

Me llenó por completo, haciendo que mis dedos se curvaran mientras comenzaba con lentas y profundas embestidas que me provocaban un delicioso dolor.

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😩 😖 😩 😖

Las gemelas se acurrucaron junto a su padre, casi peleándose por besar sus labios, pero él me abrazó con fuerza, con los ojos fijos en mis pechos.

Las embestidas de mi esposo se hicieron más urgentes, sus manos agarraron mis caderas mientras se adentraba más profundo.

😩 😲 😩 😲

Me arqueé contra él, mis uñas arañando sus hombros.

Cada movimiento me provocaba estremecimientos: la fricción resbaladiza, el peso de su cuerpo inmovilizándome, los susurros sin aliento de las gemelas observándonos.

😫 😖 😫 😖

Enterró su rostro entre mis pechos, chupando con tanta fuerza que sentía que me dejaría marcas mientras su ritmo se volvía más salvaje.

Nuestras hijas se tocaban con malicia, sin ninguna vergüenza por estar delante de sus padres. Pero, de nuevo, las entendía.

😱 😱

La verga gruesa y erecta de mi esposo puede tentar incluso a una monja.

Mi coquetona gimió suavemente, con los dedos moviéndose entre sus muslos mientras observaba a mi esposo empujando dentro de mí sin piedad.

😖😲

“¡Papá... tan profundo!” Le dijo súper caliente, con sus ojos verdes, espejo de los míos, vidriosos de la calentura.

Mi señorita se mordía el labio, balanceando las caderas contra el aire vacío.

En la cama, el ritmo de mi esposo se volvió salvaje como un terremoto, cada golpe de sus caderas estrellaba mis pechos contra su pecho.

😵 😲 😵 😲

Jadeé, arqueándome para recibirlo más profundamente, el estiramiento ardiendo deliciosamente.

Sus gruñidos de gozo vibraban por mis huesos cuando se derramó dentro de mí, caliente y posesivo, tal y como me lo había prometido.

💦 💦 💦 💦 💦 💦

Todas nos quedamos allí tumbadas.

Una familia grande, feliz y calentona, sabiendo que mi esposo era nuestro hombre.

😆

Entonces, la escena cambió.

Alguien llamaba a la puerta principal.

Reconocí a la novia de Bastián, Lily, que ahora era una adolescente increíble.

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😮

Estaba fabulosa, igual que su madre: pelo largo y oscuro como el azabache, pechos que podrían servir como dispositivos de flotación y un culo redondo y firme que probablemente robaba las miradas de los hombres.

Entró en nuestra casa sin llamar, con las mejillas enrojecidas por la furia.

😡

“¡Bastián salió con Karen!” Nos gritó enojada, zapateando por la alfombra. “¡Mi mejor amiga! ¡La llevó a ese nuevo bar en la azotea, al que le rogué que me llevara a mí!”

Mi esposo, tranquilo como siempre, la abrazó y la dejó desahogarse.

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😳

Sus ojos se posaron en la entrepierna de mi esposo, que todavía se notaba hinchada y se quedaron allí.

Se mordió el labio, tentada por la visión.

😈

“¡De todos modos, es un inútil en la cama!” Le dijo a mi mejor amigo con voz temblorosa.

La mano de mi esposo se deslizó por su espalda, posesiva.

“¡Déjame arreglarte eso!” le dijo al oído.

😊 😳

Ella se derritió en sus brazos, gimiendo suavemente mientras él la levantaba y la colocaba sobre la encimera, bajándole los bermudas.

Observé sin aliento cómo le separaba los muslos delante de mí.

0.0

Se hundió dentro de Lily de un solo empujón.

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Su grito rasgó la habitación, desgarrado, primitivo, mientras ella le arañaba los hombros.

“¡Señor, la tiene tan grande! ¡Ahh! ¡Más fuerte, por favor!” jadeó, arqueándose contra él.

Mi esposo la penetraba con fuerza, y el sonido de la piel resonaba en la habitación.

😩 😖 😩 😖

Los enormes pechos de Lily rebotaban salvajemente; sus ojos se voltearon hacia atrás y las lágrimas corrían por sus mejillas sonrojadas.

Ella se corrió varias veces en oleadas temblorosas, gimiendo el nombre de Bastián.

Sueño húmedo

Yo observaba, con los muslos resbaladizos, trazando círculos con los dedos sobre mi propia piel húmeda.

😫 😖 😫 😖

El ritmo de mi esposo nunca flaqueó: profundas y castigadoras embestidas que hacían sollozar a Lily.

Sus uñas le arañaban la espalda hasta hacerle marcas.

😩😫 😩😫

“¡Eres mía!” le gruñó él, inmovilizándole las muñecas. “¡Olvídate de mi hijo! ¡Yo te haré sentir mejor!”

Los gemidos de Lily se deshicieron en incoherencias mientras él la poseía con más fuerza.

😖😲 😖😲

Una vez que se separaron, Lily se arrodilló y se quedó mirando su pene.

😳

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No lo dudó. Se lo chupó hasta dejarlo limpio, mirándolo en busca de su aprobación.

Él le sonrió y le dijo que todo estaba bien.

La puerta principal se abrió de golpe otra vez: era Alicia, nuestra hija menor, sin aliento, con su uniforme escolar.

0.0

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Sus ojos se agrandaron al ver el rostro sonrojado de Lily y el brillo húmedo entre los muslos de mi esposo.

“¡Mi profesora te anda buscando, papá!” jadeó, con la mirada fija en la parte inferior y celosa con la niña que lo estaba chupando.

Mi esposo no se movió, dejándola mirar.

😰

Sus dedos temblaban mientras corría hacia él y se arrodillaba.

“¡Dice que es urgente...!” Le alcanzó a decir, antes de lamerle sus enormes naranjas.

😵 😲

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Mi esposo se rió, con una risa áspera y oscura, y enredó una mano en sus trenzas.

“¿No sabe que estoy ocupado?” Su otra mano guió la boca de Alicia hacia él, y ella abrió los labios obedientemente.

😮 😫

Ella se atragantó, con los ojos llorosos, mientras él empujaba más profundamente.

Lily los observaba, mordiéndose los dedos, mientras los gemidos ahogados de Alicia llenaban la habitación.

😵 😮

Lily hizo un puchero.

😠

Un rastro de semen pegajoso aún colgaba de su boca.

No quería compartir, pero mi hija menor estaba muy hambrienta del pene de su papá.

Alicia lo chupó con más fuerza, hundiendo las mejillas mientras luchaba por tomarlo profundamente.

Ambas chicas comenzaron a compartir el pene de mi esposo.

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Alicia no dejó de chupar.

Mi esposo le sonreía.

“¡Hija linda!” le corrigió, guiando la cabeza de Alicia más abajo hasta que su nariz presionó contra su pelvis.

Sus ahogos llenaron la habitación.

“¡Lo siento, ruiseñor!” se disculpó mi esposo, al fin dándose cuenta de que yo estaba ahí, mientras las chicas luchaban por chuparle la punta, pero yo ya me estaba tocando y apretando los pechos.

Sueño húmedo

Alicia jadeó y se apartó con un suave chasquido.

“¡Señor, yo también quiero saborearlo!”, le suplicó Lily ganosa, tirando de su miembro hacia su boca mientras mi esposo gemía y apretaba los dedos en su cabello.

Una trenza castaña, una cascada azabache.

Mientras las lenguas de ambas luchaban por dominar toda su longitud.

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Hasta podía sentir el aroma a sexo y sal súper intenso, y casi podía saborear sus deseos en mi propia lengua.

Las caderas de mi esposo se sacudieron cuando Lily lo tragó entero, con su garganta moviéndose a su alrededor mientras Alicia gemía contra sus testículos.

Sus ojos se clavaron en los míos, oscuros y posesivos, mientras mis dedos se hundían más adentro de mi ser, siguiendo su ritmo.

“¡Mírala, Marisol!” Me dijo riéndose burlón. “¡Nuestra hija está luchando por mí como un cachorro hambriento!”

Alicia tiró del pelo de Lily, gruñendo: “¡Quítate de encima!”, antes de apartarle la cara y chuparlo violentamente, con saliva resbalando por su barbilla.

Lily respondió mordiendo el hombro de Alicia con tanta fuerza que le dejó un moretón.

“¡Chicas, compórtense o no habrá más pene para ninguna de las dos!” Les amenazó mi esposo, echando la cabeza hacia atrás, mientras ellas se peleaban por cada centímetro de él, con sus gritos ahogados, el sonido húmedo de los labios y el intenso olor crudo del sudor y la sal llenando el aire.

Él les agarró la cabeza como si fueran riendas, obligándolas a seguir un ritmo brutal: Alicia le hacía una garganta profunda hasta que se le llenaron los ojos de lágrimas, y Lily le lamía y mordisqueaba los testículos con avidez posesiva.

Su rivalidad lo excitaba; vi cómo su verga se hinchaba hasta alcanzar un grosor imposible, con las venas tensas bajo la piel enrojecida, mientras su desesperada competencia avivaba su excitación hasta alcanzar un punto terrible.

Sentía mis propios dedos tocándome frenéticamente entre las piernas, siguiendo su ritmo, imaginando su peso inmovilizándome de nuevo.

Las gemelas se movieron detrás de mí: la mano de mi coquetona se deslizó por mi muslo, los dientes de mi señorita rozaron mi hombro, pero las empujé hacia atrás.

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“¡Miren, hijas!” Les señalé queriendo que fueran testigos del dominio de su padre, de cómo se adueñaba de cada gemido, de cada lágrima de aquellas bocas que luchaban por gozar con él.

El agudo grito de Lily se escuchó por toda la casa cuando Alicia la tiró hacia atrás por el pelo, dejando a mi esposo reluciente y expuesto.

“¡Es mi turno!” Le gruñó Alicia, lanzándose sobre él con un hambre salvaje, tomándolo tan profundamente que su garganta se hinchó.

El gemido de mi esposo fue profundo, salvaje, sus caderas se arquearon hacia arriba para encontrarse con ella, un ritmo brutal que la dejó ahogada, con lágrimas corriendo por sus mejillas sonrojadas mientras luchaba por respirar.

Yo observaba, con los muslos resbaladizos por mi propia excitación, los dedos de mis hijas pellizcándome los pezones con tanta fuerza que sentía que me dejarían moretones.

Mi coquetona y mi señorita se apretujaban detrás de mí, con su aliento caliente en mi cuello, las manos recorriendo mi cuerpo mientras susurraban obscenidades: cómo deseaban ser ellas las que chuparan a papá hasta dejarlo seco, cómo lo querían hacer gritar.

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Pero los ojos de mi esposo se fijaron en los míos, profundos y autoritarios, incluso mientras Alicia se atragantaba con él.

“¡Ven aquí, ruiseñor!” Demandó con voz de mando. “¡Enséñales cómo se hace!”

Empujé a Alicia suavemente a un lado, ignorando su gemido, y me arrodillé ante la verga palpitante de mi esposo.

La punta brillaba con saliva y líquido preseminal, viéndose súper deliciosa y las gruesas venas pulsaban.
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Lo chupé profundamente, tragándolo entero en un movimiento suave, sin lucha, sin lágrimas, solo con el calor húmedo y apretado de mi garganta alrededor de él.

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Su gemido sacudió la habitación.

“¡Ahh... sí!”

Lily intentó pararme, pero mi coquetona la tiró hacia atrás por el pelo.

“¡Observa a mamá y aprende!” Le ordenó, clavándole las uñas en la muñeca.

Mi señorita se rió, acariciándome la espalda con los dedos.

“¡Haz que papá se corra de nuevo!” Me alentó cariñosa.

Sueño húmedo

Las enormes manos de mi esposo se cerraron en mi pelo, guiando mi ritmo: lentas y profundas succiones seguidas de frenéticos tirones hacia atrás hasta la punta, provocándolo.

Hundí las mejillas, con los ojos llorosos hasta que su verga se hinchaba contra mi paladar.

Las gemelas me elogiaban; Lily se retorcía caliente, con los muslos resbaladizos.

“¡Ella es... mejor que nosotras!” Dijo Alicia con voz de pena, mordiéndose el labio.

Las caderas de mi esposo se sacudieron.

“¡Siempre lo ha sido! ¡Es la mejor!” Les aclaró mi mejor amigo, haciéndome sentir genial.

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Me apartó bruscamente, jadeando.

“¡Ya basta de calentarme!” Me dijo, tomándome de la cintura.

😵

Apretó su agarre mientras me ponía a cuatro patas, subiéndome el camisón.

Sentía el aire fresco golpeando mi humedad antes de que su lengua recorriera mi raja, áspera, posesiva.

Grité, arañando las sábanas de la cama.

Detrás de mí, mi coquetona gimió: “¡Mamá está muy mojada!”, mientras que los dedos de mi señorita se deslizaban entre sus propias piernas.

La boca de mi esposo se aferró a mi clítoris, chupando con fuerza.

El placer me estremeció, agudo y cegador.

Lily se puso adelante, desesperada.

“¡Mi turno, señor! ¡Por favor!” Ella empujó sus caderas contra su cara, frotándose.

Mi esposo se rió despacito contra mi piel, mordiéndome el muslo.

“¡Paciencia!” Le gruñó, apartando a Lily.

Su verga sustituyó a su lengua, gruesa, implacable, hundiéndose profundamente dentro de mí con una brutal embestida. 

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Grité, arqueando la espalda mientras él me sujetaba las muñecas.

“¡Eres mía, putita!” Me gruñó, golpeando sin piedad con sus caderas.

Los gemidos de las gemelas seguían los míos, sus manos recorriendo mis pechos.

Alicia se arrastró detrás de él, su lengua recorriendo su espalda cubierta de sudor.

“¡Dale más fuerte, papi! ¡Muéstrale cuánto la quieres!” Le pidió, con los dedos agarrándole las caderas.

Pero Lily arañó el pelo de Alicia, tirando de ella hacia atrás. “¡Él es mío!”

Mi esposo las ignoró, centrado únicamente en mi cuerpo: el golpe de la carne, el deslizamiento resbaladizo de él llenándome.

Su ritmo era castigador, posesivo.

😩😫😩😫

Cada embestida me empujaba contra el colchón, mis gritos amortiguados contra las sábanas enredadas.

Mi coquetona se sentó a horcajadas sobre mi cara, presionando su humedad contra mis labios.

“¡Chúpame, mamá! ¡Por favor!” jadeó mi hija suplicándome “¡Mientras papá te destroza!”

Saboreé los ricos jugos de mi hija mientras mi esposo se hundía más adentro, gimiendo mi nombre.

Mi señorita me pellizcó los pezones, retorciéndolos con fuerza.

😱

El dolor y el placer me atravesaron: mis muslos temblaron, apretándose alrededor del ritmo implacable de mi esposo. 

sueno

Lily agarró el cinturón que él había tirado y lo azotó contra el muslo de Alicia.

“¡Tócalo otra vez y te pego!”, le gruñó Alicia, derribando a Lily al suelo.

Su lucha, con uñas y mordiscos, se desvaneció cuando las embestidas de mi esposo se volvieron poderosas.

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“¡Me falta poco!” Me avisó con la voz agitada, clavándome los dedos en las caderas hasta dejarme marcas. “¡Tómalo todo!”

Sueño húmedo

💦💦💦💦💦

Sentí cómo su cálido semen me llenaba una vez más.

Todas nuestras chicas, incluso Lily y Alicia, jadeaban.

Éramos una gran familia feliz.

Cuando él se retiró, todas probamos y limpiamos su verga.

Primero, Lily. Luego, Alicia. Después de ellas, mi coquetona y mi señorita. Y yo me llevé la mejor parte.

😴

Fue entonces cuando me desperté súper agitada.

Mi esposo estaba durmiendo a mi lado.

Mi sexo estaba empapado y mis pezones duros.

Nuestras hijas... bueno, las tres todavía juegan con muñecas.

XD

A Bastiáncito todavía le da asco cuando Lily, Karen y Sophie le saludan de besos en la mejilla.

Incluso nuestro Jacintito todavía no sabe caminar ni hablar.

Mi esposo se movió, girándose hacia mí con un gemido somnoliento.

Su erección matutina presionaba contra mis piernas a través de las sábanas.

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“¡Buenos días, ruiseñor!” murmuró, deslizando la mano hacia abajo para acariciar mi humedad. “¿Soñaste conmigo?”

Su pulgar frotaba círculos alrededor de mi clítoris.

“¡No tienes ni idea!” respondí con una sonrisa caliente, agarrando su enorme pene con la mano y empezando a chupársela mientras yo misma me tocaba con ganas.

(Y cuando se lo conté a mi esposo, me dijo que ese es uno de los pocos sueños que no le gustaría que se hiciera realidad...XD)


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1 comentarios - Sueño húmedo

lenguafacil +1
Señora, normalmente me calientan mucho los relatos de ambos, pero creo que está pasandose de la raya últimamente.
No se aun cual es el límite, pero no me parece saludable tanto, porque se que son capaces de llevar este relato a la realidad.
Pienselo xfa
metalchono
😰 Hola. Tienes razón. Lo hablamos mucho.😓 Me convenció que estaba mal, porque él las ve con el mismo cariño de cuando nacieron, aprendieron a caminar y todos esos recuerdos lindos.😰
metalchono
Dice que a lo mejor, ando muy caliente y que estoy asimilando todo con calentura.😢 Pero lo lindo es que él las tiene claras: él pone la línea hasta dónde llegamos. Y me ama, aunque sea rara. Disculpa otra vez.😔