Contemos un poco de mi vida, tengo 35 años, trabajo, soltero por el momento (siempre se está en algo). Esta historia real, me pasó hace unos meses.
Para ir de mi casa a la casa, pongamos por caso amiga, tengo que caminar unas cuadras y tomarme el colectivo (todo el mundo o casi todo el mundo hace eso). Cuestión es que esta vez, caminando de noche con el frio como único acompañante, frena un auto nuevo marca alemana. Era un tipo, la edad se las debo porque soy malísimo calculando la edad de las personas, me preguntó por una calle y luego de unos minutos, respondí, me agradeció y seguí caminando hasta la parada del colectivo. Cuando llego, el mismo auto frena (yo ya pensaba lo peor y el robo no era lo peor). El tipo baja la ventanilla, se hace el sorprendido al verme nuevamente y yo con el celular en la mano y marcando el 911. Creo que se dio cuenta y me tranquiliza, luego de eso, “me pareciste un buen pibe, tenes unos 28 años ¿no?” me reía algo nervioso y le digo “35 años”, a lo que me contesta algo movilizado “te mantenes bien”, rio nervioso nuevamente aunque ya había guardado el celular para ese momento. La charla siguió, se me pasó un colectivo, así que tenía que esperar. Hasta que hubo una propuesta, que no les miento, me sorprendió bastante. Me muestra su celular y unas fotos de una mujer (muy linda, atractiva), “es mi novia y estamos buscando un tercero”, obviamente que me pareció muy raro y agrega “esto es todo cierto, si no me crees ya te paso su número de celular y hablan entre uds o puedo hacer una videollamada ahora mismo”, en un acto de racionalidad le digo “hagamos una videollamada”. El tipo se bajó de su auto, se sentó a mi lado y llamó a Regina, hablamos, era real, no había ninguna duda. El tipo cortó la llamada y me pasó su número de teléfono y luego en un mensaje el de Regina. Levanto la vista y venía el colectivo, lo saludé rápido y me subí. En el viaje le escribo a Regina, pensando que no iba a contestarme pero nada de eso, parecía que me estaba esperando, me respondió al instante. Hablamos, en realidad chateamos y llegué a destino, le dije que al día siguiente seguíamos hablando.
Al día siguiente volví a mi casa y tenía un mensaje de Regina al despertarme, hablamos un poco, la conversación subía de tono y comenzaba a hacer bastante caliente. Nos pasamos fotos ella comenzó con una foto de sus tetas y yo de mi cuerpo para luego ya ir por las partes íntimas.



“Me encanta” dijo Regina, estas aprobado y Juan piensa igual que yo. Lo único que respondí fue un gracias y acto seguido me llegó la propuesta, ir a cenar ese día, los tres. Acepté y me puse a investigar lo que hace un tercero en estas citas, leí bastante, entre a Poringa a ver e informarme. En todos los casos vi que el respeto es fundamental y si ella o el no quieren no hay nada que hacer más que irse, lo otro era la invitación a la cena así que fui al banco y saqué dinero antes de ir a la cita.
Llegué, ellos ya estaban en la mesa, reconocí a Juan y luego vi a Regina, al instante hubo buen trato, conversamos de cualquier tema desde futbol hasta economía, no hubo tema por tocar creo. Hasta que los tres terminamos de comer, fui al baño (me higienice bien, eso era otra de las cosas que leí), volví y me propusieron ir a un telo. Fuimos los tres en el auto de ellos, Juan adelante y yo atrás con Regina. Ni había arrancado que ya nos estábamos tocando y besando. Luego de unas cuadras empezó a chuparme la verga. Lo miraba a él de vez en cuando y eso me daba confianza, él también estaba gozando. Llegamos al telo, nos desvestimos y comenzamos a coger, Juan no entró y se fue a su casa. Lo hicimos tres veces, me entregó la cola y la pasamos muy bien. Ella se tomó un uber y yo otro.
Al día siguiente, un mensaje de Juan. La dejaste a punto y tuvimos la mejor cogida de nuestra historia. En otra parte sigo con la historia, hasta pronto.
Para ir de mi casa a la casa, pongamos por caso amiga, tengo que caminar unas cuadras y tomarme el colectivo (todo el mundo o casi todo el mundo hace eso). Cuestión es que esta vez, caminando de noche con el frio como único acompañante, frena un auto nuevo marca alemana. Era un tipo, la edad se las debo porque soy malísimo calculando la edad de las personas, me preguntó por una calle y luego de unos minutos, respondí, me agradeció y seguí caminando hasta la parada del colectivo. Cuando llego, el mismo auto frena (yo ya pensaba lo peor y el robo no era lo peor). El tipo baja la ventanilla, se hace el sorprendido al verme nuevamente y yo con el celular en la mano y marcando el 911. Creo que se dio cuenta y me tranquiliza, luego de eso, “me pareciste un buen pibe, tenes unos 28 años ¿no?” me reía algo nervioso y le digo “35 años”, a lo que me contesta algo movilizado “te mantenes bien”, rio nervioso nuevamente aunque ya había guardado el celular para ese momento. La charla siguió, se me pasó un colectivo, así que tenía que esperar. Hasta que hubo una propuesta, que no les miento, me sorprendió bastante. Me muestra su celular y unas fotos de una mujer (muy linda, atractiva), “es mi novia y estamos buscando un tercero”, obviamente que me pareció muy raro y agrega “esto es todo cierto, si no me crees ya te paso su número de celular y hablan entre uds o puedo hacer una videollamada ahora mismo”, en un acto de racionalidad le digo “hagamos una videollamada”. El tipo se bajó de su auto, se sentó a mi lado y llamó a Regina, hablamos, era real, no había ninguna duda. El tipo cortó la llamada y me pasó su número de teléfono y luego en un mensaje el de Regina. Levanto la vista y venía el colectivo, lo saludé rápido y me subí. En el viaje le escribo a Regina, pensando que no iba a contestarme pero nada de eso, parecía que me estaba esperando, me respondió al instante. Hablamos, en realidad chateamos y llegué a destino, le dije que al día siguiente seguíamos hablando.
Al día siguiente volví a mi casa y tenía un mensaje de Regina al despertarme, hablamos un poco, la conversación subía de tono y comenzaba a hacer bastante caliente. Nos pasamos fotos ella comenzó con una foto de sus tetas y yo de mi cuerpo para luego ya ir por las partes íntimas.



“Me encanta” dijo Regina, estas aprobado y Juan piensa igual que yo. Lo único que respondí fue un gracias y acto seguido me llegó la propuesta, ir a cenar ese día, los tres. Acepté y me puse a investigar lo que hace un tercero en estas citas, leí bastante, entre a Poringa a ver e informarme. En todos los casos vi que el respeto es fundamental y si ella o el no quieren no hay nada que hacer más que irse, lo otro era la invitación a la cena así que fui al banco y saqué dinero antes de ir a la cita.
Llegué, ellos ya estaban en la mesa, reconocí a Juan y luego vi a Regina, al instante hubo buen trato, conversamos de cualquier tema desde futbol hasta economía, no hubo tema por tocar creo. Hasta que los tres terminamos de comer, fui al baño (me higienice bien, eso era otra de las cosas que leí), volví y me propusieron ir a un telo. Fuimos los tres en el auto de ellos, Juan adelante y yo atrás con Regina. Ni había arrancado que ya nos estábamos tocando y besando. Luego de unas cuadras empezó a chuparme la verga. Lo miraba a él de vez en cuando y eso me daba confianza, él también estaba gozando. Llegamos al telo, nos desvestimos y comenzamos a coger, Juan no entró y se fue a su casa. Lo hicimos tres veces, me entregó la cola y la pasamos muy bien. Ella se tomó un uber y yo otro.
Al día siguiente, un mensaje de Juan. La dejaste a punto y tuvimos la mejor cogida de nuestra historia. En otra parte sigo con la historia, hasta pronto.
2 comentarios - El trío que nunca fue