La reacción de Cami era entendible, durante el sexo que le propusiera volverse a ver con él, le provocaba una gran excitación, pero tras pasar el calor del sexo, le cambiaba la cara, se ponía muy nerviosa, era evidente que le afectaba, por lo que procuraba no insistirle. Aun así, considero que fui excesivo en mis intentos, pues una de tantas noches me dijo que ya no quería tocar el tema, que por favor lo dejara.
Debido a la experiencia y a los anteriores fracasos, decidí que quizás era lo mejor, continuar insistiendo solo me traería más problemas y al menos, me parecía que ya era momento de sentar cabeza juntos. Así pasamos a otras cosas, nos tomamos en serio la relación y comenzamos a hablar de boda, a nuestros conocidos no les daba buena espina la idea, pues nuestra relación a veces era muy turbulenta, pero aun así nos apoyaron, algunos planes se cerraban y como en toda ciudad pequeña, la noticia llego a ciertas personas.
Lau lo supo, me lo recrimino, insistió en que yo no estaba pensando las cosas, me decía que merecía algo mejor, que esa niña hoy podía estar bien y mañana podría desaparecer de repente, aun debido a la estima me tomaba la consideración de escucharla, pero la verdad no me importaba lo que pensara ella o cualquier otra persona, yo consideraba que el amor de mi vida era Cami y tan cerca de concretar nuestra relación en un matrimonio, no me iba a echar para atrás. Del lado de Cami, Javier también se enteró, por un amigo en común conmigo, pero mostro la madurez que le caracterizaba, no le guardaba rencor, pero tampoco le importaba si ella ya tenía una decisión tomada, lo mejor era hacerse a un lado y dejarla hacer su vida.
Así la decisión parecía ya tomada, continuamos nuestra vida normal, bajamos la intensidad de las actividades, ella dejo de ir al gimnasio aunque me insistió al principio en ir juntos me era muy complicado por el tiempo, el trabajo nos ocupaba y a veces no nos veíamos por ratos, ella cambio de empleo y con ello, era el fin de verse con Javier, sin embargo, a ella no le parecía que yo siguiera trabajando ahí con Lau, pero ya estaba bien establecido y cambiarme me parecía impensable, le asegure que no pasaría nada más, ya estaba todo enterrado y nuestra relación era solo laboral. Esto ultimo era la razón más común de nuestras discusiones, aunque tampoco es que fueran muy intensas, solo le incomodaba y me lo hacía saber, por lo demás nuestra relación parecía perfecta de nuevo.
Lo único que no era perfecto era el sexo, ya no fantaseábamos ni jugábamos a nada, era solo sexo normal, aburrido y simple sexo normal, esto estaba complicando las cosas, había tensiones y los reclamos por lo de Lau poco a poco comenzaron a ser mas constantes, sabia que hacia falta algo más, al menos para sacar las tensiones de la relación. Así, un día hice trampa otra vez, puse la típica play list, pero me había encargado de meter aquella canción que le recordaba a Javier, fui lento, poco a poco la bese, la desnude y recorrí, la tocaba con cuidado, procurando disfrutar de cada parte de su cuerpo, aunque había dejado el gimnasio su cuerpo seguía tan perfecto, más aun de lo que ya era, ella estaba desesperada, quería sentir, pero yo sabia que debía retrasarlo, aun no llegaba el momento.
Cuando lo sentí adecuado, la penetre, sobre el sillón de siempre, ella me cabalgaba, aceleraba su ritmo, yo sentía que terminaba, asi que tome el control y lo lleve de nuevo a la lentitud, la besaba por el cuello, besaba sus pechos, chupaba sus pezones, la tenía a mil, hasta que por fin llego. Esa canción comenzó a sonar, sentí su reacción a través del cuerpo, así que lo aposte todo, la continue estimulando, el orgasmo estaba a punto, pero hice que lo contuviera, quería que explotara, y en ese verso que habla de esa relación entre un hombre mayor y una mujer menor, ella exploto, todo lo que tenía contenido, lo que le provocaba esa canción, sus espasmos se hicieron presentes y su orgasmo fue intenso, quizás aún más que antes, ella se vino con un grito increíble, a la vez que de su boca salía un “Siii, Javier”.
Era mi oportunidad, no le di tregua, apenas termino la recosté en la cama, la continue besando, recorrí su cuerpo con mis dedos e invadí su interior, ahí comenzó el juego:
K: ¿en quién piensas?
C: en ti
K: no digas mentiras, ¿Cómo me llamaste antes?
C: … (silencio)
K: dímelo, quiero escuchar su nombre
Ella seguía en silencio, pero comenzaba a respirar con mayor intensidad, proseguí con la estimulación y al verla casi llegar, me detuve. Me volví a colocar sobre ella, la penetre así sin condón, ella me intento detener.
C: ¿qué haces? sabes que aún no debemos hacerlo sin protección
K: ¿que, acaso no puedo hacérselo así a mi futura esposa?
C: no, hasta que estemos casados
K: ósea que yo no puedo, pero él si
Sentí el espasmo de su interior
C: no eres como él, tú eres diferente Karin
K: entonces, hoy no quiero ser Karin, hoy quiero ser él
C: estás loco
K: dímelo, llámame por su nombre
De nuevo no dijo palabra alguna, pero continue estimulándola, le hable al oído, sobre lo que había hecho con él, lo mucho que había disfrutado del sexo, y que era algo que probablemente solo viviría con él, de nuevo sentí su orgasmo cerca.
C: ¡que ricooo Karin!
K: no soy Karin, ¿Cómo me llamo)
C: …..
Aceleré el ritmo y ella en el punto de su orgasmo, insistí.
K: ¿cómo me llamo?
C: Javieeeer!
De nuevo tuvo un orgasmo intenso, su cara era un poema, su cuerpo estaba hirviendo, la calentura había sido tal que estaba temblando, la deje que se calmara un poco, ella me miro con una cara de preocupación, casi de enojo.
C: te dije que no quería volver a hablar de él
K: no lo sé, parecías disfrutarlo
C: no es que no lo disfrute, pero debe ser molesto para ti
K: Claro que no, no me molesta
C: eso dices, pero creo que en el fondo si te molesta, debe ser difícil decirme esas cosas solo para excitarme
K: si lo disfrutas, yo no tengo problema en decírtelo
C: pero es mejor que ya no me metas esas ideas en la cabeza
K: ¿por qué?, tienes miedo de lo que siente tu cuerpo
C: tengo miedo de no controlarlo
K: ¿de no controlar tu deseo por Javier?
C: cállate, no sabes lo que puedes provocar
K: ¿y qué crees que quiero provocar?
C: no sabes lo que quieres
K: claro que se lo que quiero, quiere verte, deseo que tengas sexo con Javier
C: no creo que quieras verlo, deja de jugar
En ese momento, la volví a recostar y besar, le confese todo tal cual, quería verla con él, deseaba que ella se volviera a acostar con Javier, le dije que todo era en serio, que no me importaban las consecuencias, que ella podía hacerlo cuando y como quisiera, que podríamos casarnos y le permitiría que el fuera su amante si así lo deseaba. Ella al principio estuvo incrédula, pero conforme le confesaba todo, vio en mi mirada que estaba siendo sincero, se dio cuenta que podía tener las dos cosas, un esposo amoroso, que siempre estuviera con ella, saliera e hiciera las cosas que le gustaban, y, por otro lado, un hombre con el que disfrutaría del sexo sin compromiso, cuando tuviera esa necesidad.
Se incorporo en la cama y me comenzó a masturbar para volver a ponerme duro.
C: está bien, acepto acostarme con Javier, pero solo por que me has insistido mucho, pero no debes arrepentirte
K: no mi amor, es lo que más deseo
C: pero no creo que Javier acepte que vengas conmigo, no creo que te quiera ahí mirándonos, no es tan abierto
K: ¿entonces, como lo haríamos?
C: le diré que nos veamos para platicar, no sabrá que estas enterado
K: está bien, puedes ir sola con él
Cami acelero su ritmo y consiguió ponerme erguido nuevamente, entre cada cosa que nos decíamos nos dábamos besos, pero de esos besos dulces, de recién enamorados, era como si ponernos de acuerdo en cómo se acostaría con Javier fuera el plan más romántico que podíamos hacer.
C: lo vere el viernes en la noche y te vere el sábado, en al mañana
K. no te preocupes, quiero que lo disfrutes, tómalo con calma, es mejor que vayas el viernes y te quedes todo el sábado con él
C: entonces, volvería el sábado en la noche a mi casa y te vería temprano el domingo, así me puedo balar antes
K: no, ven el sábado en la noche a mi departamento, sin bañarte, quiero que vengas con su sudor, oliendo al sexo con él
C: no puedo faltar a mi casa tanto, mis padres no me dejarían
K: yo hablo con ellos, les diré que vamos a casa de mis padres el fin de semana
C: ¿les vas a mentir? es verdad, ellos confían en ti, jaja
K: ¿de qué te ríes?
C: me da gracia, cualquier hombre les mentiría a los padres de su novia para pasar el fin de semana a solas con ella y tú lo vas a pedir que yo pase todo un fin de semana con Javier
K: si lo pones así se oye mal
C: la vedad si, pero me dice que en verdad quieres que me acueste con él, eso me gusta
K: solo quiero que en verdad lo disfrutes
C: tenlo por seguro, voy a disfrutar meterte los cuernos con Javier
K: Te amooooo
C: yo también cornudoooo
Con esas palabas me vine, solo con su mano tuve una de las mejores corridas de mi vida, todo estaba planeado, en la semana le dijo que quería verlo para conversar algunas cosas, el acepto, aunque con algo de dificultad, durante la semana nos vimos y no tuvimos sexo, solo se dedicaba a masturbarme mientras me platicaba que habían hablado y como avanzaba su plan. Llego el viernes, yo fui a su casa por ella, le dije a sus padres que iríamos a casa de los míos a visitarlos, les costó decirme que sí, pues si bien había confianza, pero se les hacía mucho tiempo, prácticamente hasta el domingo, me dijeron que por que no vernos el sábado temprano, les comenté que el viernes iríamos por unas cosas a una localidad cercana y se nos hacía más directo irnos desde ahí.
Como curiosidad debo decirles que su familia ya conocía a Javier y no les gustaba nada que hubiera salido con su hija, les había visitado en alguna ocasión en su casa, pero solo la hermana mayor de Cami lo había visto afuera durante un evento donde acompaño a Cami, justamente este evento fue en esa localidad y ahí era donde vivía Javier. Su madre me pregunto, yo le dije que era una feria de pan artesanal.
Madre de Cami: y que puede haber ahí que no consigan en otro lugar
K. es una feria de pan artesanal
Hermana de Cami: es verdad, Cami y yo ya hemos ido
Madre: ¿¡así!? ¿Y en verdad son muy buenos?
K: no lo sé, es la primea vez que iré
Hermana: pues te los recomiendo, ¿verdad Cami?
C: si, hay muchos panaderos, pero vamos en especial por uno
Hermana: ah si y es muy bueno
C: si, hace muy buenos cuernos ¿verdad Karin?
K: no lo sé, justo voy a probarlos
Nos reímos juntos, con total picardía habíamos pedido permiso para ir por unos cuernos, aunque admito que a su hermana no pareció darle gracia, como que algo no le gusto de nuestro comentario. Finalmente nos dejaron ir, tal cual acordamos la acompañe hasta cera de la casa de Javier, nos dimos un beso muy apasionado y le pedí que lo disfrutara.
Las horas pasaron y se reporto unas cuantas veces, el sábado pro la mañana no llego ningún mensaje, fue hasta casi la noche, me decía que estaba bien, que no me preocupara, continue esperando a que llegara el mensaje de que venia a mi departamento, pero nunca llego, paso todo el fin de semana y no vino, me aviso hasta el domingo en cas de sus padres que ya estaba con ellos y todo estaba bien. Me moleste y le recrimine que no había hecho lo pactado, pero no me contesto, así fue toda la semana, hasta que el sábado temprano me envió un mensaje para vernos, dude mucho en aceptar ir, pero la incertidumbre me comía, estaba enojado, pero quería saber que había ocurrido.
Fui a verla, la encontré y me dijo que fuéramos a un lugar más privado, ya en mi departamento, se desnudó rápidamente y me hizo lo mismo, me comió a besos, tenía unas ganas incontenibles, mientras teníamos sexo comenzó su relato, me platico lo ocurrido, había hablado con Javier, todo iba desacuerdo a su plan, pero al momento de dar el paso con él, Javier no correspondió, le dijo que él no era una persona con la que podía tener sexo casual, si quería algo con él debía ser formal, ella termino confesando que no podía ser porque aún salía conmigo, ¿él le dijo que era peor aun, debía elegir a uno u otro, no podía lastimar a alguno de los dos. Debido a la presión soltó todo, le dijo que teníamos un acuerdo y que yo sabía que ella pasaría la noche con él, el se decepciono, dijo que éramos libres de vivir nuestra sexualidad, pero que él no era un juguete, le dijo:
J: tu novio es un “pendejo” por compartirte, yo nunca podría verte con otro
Cuando me dijo esto se vino intensamente, había saciado sus ganas, ahora venia el momento de la verdad, me dijo que necesitaba tiempo, una vez más me ponía este tema en la mesa, yo no acepté, de nuevo sabia porque lo hacía, tenía todo de mi parte, sabía que podía tener ambas cosas, solo debía mentirle a él. Pero ella no quería, me dijo que ni siquiera tuvieron sexo, solo paso el fin de semana con él platicando de muchas cosas, separarnos no era por sexo, sino que necesitaba replantearse lo que estaba haciendo.
No discutí más, de nuevo fui firme, le di un ultimátum:
K: Puedes hacer lo que quieras, tomate el tiempo que necesites, pero si dejas esta relación otra vez, lo más seguro es que cuando quieras volver, yo ya no voy a estar aquí
Ella no contestó, agacha la cabeza apenada, pensativa, yo por otro lado, le pedí que saliera de mi departamento, así lo hizo, sin decirme nada más. Paso la semana y no hubo mensajes, así pasaron otras semanas y al mes, envió un mensaje, yo ya no conteste, no la busque, dije que era el fin y así lo cumplí. Así termino mi relación con Cami, de manera abrupta, sin preguntas y sin respuestas.
Esa etapa de mi vida me dejo grandes experiencias, aunque tuve otras relaciones, las que tuve con Cami y Lau me marcaron de muchas maneras, el tiempo compartido, las experiencias, los lugares; Cami despertaba en mí una pasión desmedida; por otro lado, Lau me evocaba una gran calma. Tuve mucho tiempo para meditar lo sucedido, sin que hubiera una confesión de parte de ellas, le di muchas vueltas al asunto, repase cada uno de los momentos, las veces que estuvieron y aquellas donde desaparecieron, los pretextos que pusieron, las cosas que yo descubrí por mí mismo, me imaginaba los escenarios y llegaba a conclusiones, tras no tener ninguna duda lo asumí; Cami me había sido infiel con Fernando cuando estábamos saliendo; Lau se había escapado aquella noche con Don Pedro y tuvieron sexo mientras sus padres creían que estaba conmigo; Cami no había podido superar su relación con Javier, nunca supe hasta donde llegaron y si aun en el tiempo en que salimos se siguieron viendo.
Tras recrear esto en mi mente una y otra vez, me estimulaba, se me hizo un vicio y acepte que me gustaban los cuernos, me gustaba que mis parejas me fueran infieles, yo mismo se los había pedido y les di la oportunidad de hacerlo, supe que los hombres mayores tenían algo (yo lo llamo testosterona) que era muy atrayente en las mujeres, las dos parejas que mayor tiempo pase con ellas, habían estado con hombres así y no lo pudieron superar, no les agradaban, pero el sexo era algo que simplemente ellos hacían mejor.
Pese a que era mi fantasía, hasta este punto no había sido espectador, todas las veces que ellas pudieron tener sexo con otro, fueron a mis espaldas, no estaba molesto con ellas por tener sexo con ellos, de hecho, me había gustado, estaba molesto por que no pude verlas haciéndolo. Así fue como esa obsesión se clavó en mi mente, el deseo de ver a mi pareja teniendo sexo con alguien mayor, la frustración por no haber podido llevar a cabo ese deseo, fue determinante para lo que pasaría años después.

Debido a la experiencia y a los anteriores fracasos, decidí que quizás era lo mejor, continuar insistiendo solo me traería más problemas y al menos, me parecía que ya era momento de sentar cabeza juntos. Así pasamos a otras cosas, nos tomamos en serio la relación y comenzamos a hablar de boda, a nuestros conocidos no les daba buena espina la idea, pues nuestra relación a veces era muy turbulenta, pero aun así nos apoyaron, algunos planes se cerraban y como en toda ciudad pequeña, la noticia llego a ciertas personas.
Lau lo supo, me lo recrimino, insistió en que yo no estaba pensando las cosas, me decía que merecía algo mejor, que esa niña hoy podía estar bien y mañana podría desaparecer de repente, aun debido a la estima me tomaba la consideración de escucharla, pero la verdad no me importaba lo que pensara ella o cualquier otra persona, yo consideraba que el amor de mi vida era Cami y tan cerca de concretar nuestra relación en un matrimonio, no me iba a echar para atrás. Del lado de Cami, Javier también se enteró, por un amigo en común conmigo, pero mostro la madurez que le caracterizaba, no le guardaba rencor, pero tampoco le importaba si ella ya tenía una decisión tomada, lo mejor era hacerse a un lado y dejarla hacer su vida.
Así la decisión parecía ya tomada, continuamos nuestra vida normal, bajamos la intensidad de las actividades, ella dejo de ir al gimnasio aunque me insistió al principio en ir juntos me era muy complicado por el tiempo, el trabajo nos ocupaba y a veces no nos veíamos por ratos, ella cambio de empleo y con ello, era el fin de verse con Javier, sin embargo, a ella no le parecía que yo siguiera trabajando ahí con Lau, pero ya estaba bien establecido y cambiarme me parecía impensable, le asegure que no pasaría nada más, ya estaba todo enterrado y nuestra relación era solo laboral. Esto ultimo era la razón más común de nuestras discusiones, aunque tampoco es que fueran muy intensas, solo le incomodaba y me lo hacía saber, por lo demás nuestra relación parecía perfecta de nuevo.
Lo único que no era perfecto era el sexo, ya no fantaseábamos ni jugábamos a nada, era solo sexo normal, aburrido y simple sexo normal, esto estaba complicando las cosas, había tensiones y los reclamos por lo de Lau poco a poco comenzaron a ser mas constantes, sabia que hacia falta algo más, al menos para sacar las tensiones de la relación. Así, un día hice trampa otra vez, puse la típica play list, pero me había encargado de meter aquella canción que le recordaba a Javier, fui lento, poco a poco la bese, la desnude y recorrí, la tocaba con cuidado, procurando disfrutar de cada parte de su cuerpo, aunque había dejado el gimnasio su cuerpo seguía tan perfecto, más aun de lo que ya era, ella estaba desesperada, quería sentir, pero yo sabia que debía retrasarlo, aun no llegaba el momento.
Cuando lo sentí adecuado, la penetre, sobre el sillón de siempre, ella me cabalgaba, aceleraba su ritmo, yo sentía que terminaba, asi que tome el control y lo lleve de nuevo a la lentitud, la besaba por el cuello, besaba sus pechos, chupaba sus pezones, la tenía a mil, hasta que por fin llego. Esa canción comenzó a sonar, sentí su reacción a través del cuerpo, así que lo aposte todo, la continue estimulando, el orgasmo estaba a punto, pero hice que lo contuviera, quería que explotara, y en ese verso que habla de esa relación entre un hombre mayor y una mujer menor, ella exploto, todo lo que tenía contenido, lo que le provocaba esa canción, sus espasmos se hicieron presentes y su orgasmo fue intenso, quizás aún más que antes, ella se vino con un grito increíble, a la vez que de su boca salía un “Siii, Javier”.
Era mi oportunidad, no le di tregua, apenas termino la recosté en la cama, la continue besando, recorrí su cuerpo con mis dedos e invadí su interior, ahí comenzó el juego:
K: ¿en quién piensas?
C: en ti
K: no digas mentiras, ¿Cómo me llamaste antes?
C: … (silencio)
K: dímelo, quiero escuchar su nombre
Ella seguía en silencio, pero comenzaba a respirar con mayor intensidad, proseguí con la estimulación y al verla casi llegar, me detuve. Me volví a colocar sobre ella, la penetre así sin condón, ella me intento detener.
C: ¿qué haces? sabes que aún no debemos hacerlo sin protección
K: ¿que, acaso no puedo hacérselo así a mi futura esposa?
C: no, hasta que estemos casados
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Sentí el espasmo de su interior
C: no eres como él, tú eres diferente Karin
K: entonces, hoy no quiero ser Karin, hoy quiero ser él
C: estás loco
K: dímelo, llámame por su nombre
De nuevo no dijo palabra alguna, pero continue estimulándola, le hable al oído, sobre lo que había hecho con él, lo mucho que había disfrutado del sexo, y que era algo que probablemente solo viviría con él, de nuevo sentí su orgasmo cerca.
C: ¡que ricooo Karin!
K: no soy Karin, ¿Cómo me llamo)
C: …..
Aceleré el ritmo y ella en el punto de su orgasmo, insistí.
K: ¿cómo me llamo?
C: Javieeeer!
De nuevo tuvo un orgasmo intenso, su cara era un poema, su cuerpo estaba hirviendo, la calentura había sido tal que estaba temblando, la deje que se calmara un poco, ella me miro con una cara de preocupación, casi de enojo.
C: te dije que no quería volver a hablar de él
K: no lo sé, parecías disfrutarlo
C: no es que no lo disfrute, pero debe ser molesto para ti
K: Claro que no, no me molesta
C: eso dices, pero creo que en el fondo si te molesta, debe ser difícil decirme esas cosas solo para excitarme
K: si lo disfrutas, yo no tengo problema en decírtelo
C: pero es mejor que ya no me metas esas ideas en la cabeza
K: ¿por qué?, tienes miedo de lo que siente tu cuerpo
C: tengo miedo de no controlarlo
K: ¿de no controlar tu deseo por Javier?
C: cállate, no sabes lo que puedes provocar
K: ¿y qué crees que quiero provocar?
C: no sabes lo que quieres
K: claro que se lo que quiero, quiere verte, deseo que tengas sexo con Javier
C: no creo que quieras verlo, deja de jugar
En ese momento, la volví a recostar y besar, le confese todo tal cual, quería verla con él, deseaba que ella se volviera a acostar con Javier, le dije que todo era en serio, que no me importaban las consecuencias, que ella podía hacerlo cuando y como quisiera, que podríamos casarnos y le permitiría que el fuera su amante si así lo deseaba. Ella al principio estuvo incrédula, pero conforme le confesaba todo, vio en mi mirada que estaba siendo sincero, se dio cuenta que podía tener las dos cosas, un esposo amoroso, que siempre estuviera con ella, saliera e hiciera las cosas que le gustaban, y, por otro lado, un hombre con el que disfrutaría del sexo sin compromiso, cuando tuviera esa necesidad.
Se incorporo en la cama y me comenzó a masturbar para volver a ponerme duro.
C: está bien, acepto acostarme con Javier, pero solo por que me has insistido mucho, pero no debes arrepentirte
K: no mi amor, es lo que más deseo
C: pero no creo que Javier acepte que vengas conmigo, no creo que te quiera ahí mirándonos, no es tan abierto
K: ¿entonces, como lo haríamos?
C: le diré que nos veamos para platicar, no sabrá que estas enterado
K: está bien, puedes ir sola con él
Cami acelero su ritmo y consiguió ponerme erguido nuevamente, entre cada cosa que nos decíamos nos dábamos besos, pero de esos besos dulces, de recién enamorados, era como si ponernos de acuerdo en cómo se acostaría con Javier fuera el plan más romántico que podíamos hacer.
C: lo vere el viernes en la noche y te vere el sábado, en al mañana
K. no te preocupes, quiero que lo disfrutes, tómalo con calma, es mejor que vayas el viernes y te quedes todo el sábado con él
C: entonces, volvería el sábado en la noche a mi casa y te vería temprano el domingo, así me puedo balar antes
K: no, ven el sábado en la noche a mi departamento, sin bañarte, quiero que vengas con su sudor, oliendo al sexo con él
C: no puedo faltar a mi casa tanto, mis padres no me dejarían
K: yo hablo con ellos, les diré que vamos a casa de mis padres el fin de semana
C: ¿les vas a mentir? es verdad, ellos confían en ti, jaja
K: ¿de qué te ríes?
C: me da gracia, cualquier hombre les mentiría a los padres de su novia para pasar el fin de semana a solas con ella y tú lo vas a pedir que yo pase todo un fin de semana con Javier
K: si lo pones así se oye mal
C: la vedad si, pero me dice que en verdad quieres que me acueste con él, eso me gusta
K: solo quiero que en verdad lo disfrutes
C: tenlo por seguro, voy a disfrutar meterte los cuernos con Javier
K: Te amooooo
C: yo también cornudoooo
Con esas palabas me vine, solo con su mano tuve una de las mejores corridas de mi vida, todo estaba planeado, en la semana le dijo que quería verlo para conversar algunas cosas, el acepto, aunque con algo de dificultad, durante la semana nos vimos y no tuvimos sexo, solo se dedicaba a masturbarme mientras me platicaba que habían hablado y como avanzaba su plan. Llego el viernes, yo fui a su casa por ella, le dije a sus padres que iríamos a casa de los míos a visitarlos, les costó decirme que sí, pues si bien había confianza, pero se les hacía mucho tiempo, prácticamente hasta el domingo, me dijeron que por que no vernos el sábado temprano, les comenté que el viernes iríamos por unas cosas a una localidad cercana y se nos hacía más directo irnos desde ahí.
Como curiosidad debo decirles que su familia ya conocía a Javier y no les gustaba nada que hubiera salido con su hija, les había visitado en alguna ocasión en su casa, pero solo la hermana mayor de Cami lo había visto afuera durante un evento donde acompaño a Cami, justamente este evento fue en esa localidad y ahí era donde vivía Javier. Su madre me pregunto, yo le dije que era una feria de pan artesanal.
Madre de Cami: y que puede haber ahí que no consigan en otro lugar
K. es una feria de pan artesanal
Hermana de Cami: es verdad, Cami y yo ya hemos ido
Madre: ¿¡así!? ¿Y en verdad son muy buenos?
K: no lo sé, es la primea vez que iré
Hermana: pues te los recomiendo, ¿verdad Cami?
C: si, hay muchos panaderos, pero vamos en especial por uno
Hermana: ah si y es muy bueno
C: si, hace muy buenos cuernos ¿verdad Karin?
K: no lo sé, justo voy a probarlos
Nos reímos juntos, con total picardía habíamos pedido permiso para ir por unos cuernos, aunque admito que a su hermana no pareció darle gracia, como que algo no le gusto de nuestro comentario. Finalmente nos dejaron ir, tal cual acordamos la acompañe hasta cera de la casa de Javier, nos dimos un beso muy apasionado y le pedí que lo disfrutara.
Las horas pasaron y se reporto unas cuantas veces, el sábado pro la mañana no llego ningún mensaje, fue hasta casi la noche, me decía que estaba bien, que no me preocupara, continue esperando a que llegara el mensaje de que venia a mi departamento, pero nunca llego, paso todo el fin de semana y no vino, me aviso hasta el domingo en cas de sus padres que ya estaba con ellos y todo estaba bien. Me moleste y le recrimine que no había hecho lo pactado, pero no me contesto, así fue toda la semana, hasta que el sábado temprano me envió un mensaje para vernos, dude mucho en aceptar ir, pero la incertidumbre me comía, estaba enojado, pero quería saber que había ocurrido.
Fui a verla, la encontré y me dijo que fuéramos a un lugar más privado, ya en mi departamento, se desnudó rápidamente y me hizo lo mismo, me comió a besos, tenía unas ganas incontenibles, mientras teníamos sexo comenzó su relato, me platico lo ocurrido, había hablado con Javier, todo iba desacuerdo a su plan, pero al momento de dar el paso con él, Javier no correspondió, le dijo que él no era una persona con la que podía tener sexo casual, si quería algo con él debía ser formal, ella termino confesando que no podía ser porque aún salía conmigo, ¿él le dijo que era peor aun, debía elegir a uno u otro, no podía lastimar a alguno de los dos. Debido a la presión soltó todo, le dijo que teníamos un acuerdo y que yo sabía que ella pasaría la noche con él, el se decepciono, dijo que éramos libres de vivir nuestra sexualidad, pero que él no era un juguete, le dijo:
J: tu novio es un “pendejo” por compartirte, yo nunca podría verte con otro
Cuando me dijo esto se vino intensamente, había saciado sus ganas, ahora venia el momento de la verdad, me dijo que necesitaba tiempo, una vez más me ponía este tema en la mesa, yo no acepté, de nuevo sabia porque lo hacía, tenía todo de mi parte, sabía que podía tener ambas cosas, solo debía mentirle a él. Pero ella no quería, me dijo que ni siquiera tuvieron sexo, solo paso el fin de semana con él platicando de muchas cosas, separarnos no era por sexo, sino que necesitaba replantearse lo que estaba haciendo.
No discutí más, de nuevo fui firme, le di un ultimátum:
K: Puedes hacer lo que quieras, tomate el tiempo que necesites, pero si dejas esta relación otra vez, lo más seguro es que cuando quieras volver, yo ya no voy a estar aquí
Ella no contestó, agacha la cabeza apenada, pensativa, yo por otro lado, le pedí que saliera de mi departamento, así lo hizo, sin decirme nada más. Paso la semana y no hubo mensajes, así pasaron otras semanas y al mes, envió un mensaje, yo ya no conteste, no la busque, dije que era el fin y así lo cumplí. Así termino mi relación con Cami, de manera abrupta, sin preguntas y sin respuestas.
Esa etapa de mi vida me dejo grandes experiencias, aunque tuve otras relaciones, las que tuve con Cami y Lau me marcaron de muchas maneras, el tiempo compartido, las experiencias, los lugares; Cami despertaba en mí una pasión desmedida; por otro lado, Lau me evocaba una gran calma. Tuve mucho tiempo para meditar lo sucedido, sin que hubiera una confesión de parte de ellas, le di muchas vueltas al asunto, repase cada uno de los momentos, las veces que estuvieron y aquellas donde desaparecieron, los pretextos que pusieron, las cosas que yo descubrí por mí mismo, me imaginaba los escenarios y llegaba a conclusiones, tras no tener ninguna duda lo asumí; Cami me había sido infiel con Fernando cuando estábamos saliendo; Lau se había escapado aquella noche con Don Pedro y tuvieron sexo mientras sus padres creían que estaba conmigo; Cami no había podido superar su relación con Javier, nunca supe hasta donde llegaron y si aun en el tiempo en que salimos se siguieron viendo.
Tras recrear esto en mi mente una y otra vez, me estimulaba, se me hizo un vicio y acepte que me gustaban los cuernos, me gustaba que mis parejas me fueran infieles, yo mismo se los había pedido y les di la oportunidad de hacerlo, supe que los hombres mayores tenían algo (yo lo llamo testosterona) que era muy atrayente en las mujeres, las dos parejas que mayor tiempo pase con ellas, habían estado con hombres así y no lo pudieron superar, no les agradaban, pero el sexo era algo que simplemente ellos hacían mejor.
Pese a que era mi fantasía, hasta este punto no había sido espectador, todas las veces que ellas pudieron tener sexo con otro, fueron a mis espaldas, no estaba molesto con ellas por tener sexo con ellos, de hecho, me había gustado, estaba molesto por que no pude verlas haciéndolo. Así fue como esa obsesión se clavó en mi mente, el deseo de ver a mi pareja teniendo sexo con alguien mayor, la frustración por no haber podido llevar a cabo ese deseo, fue determinante para lo que pasaría años después.

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