Había pasado una noche de película con Ana, hace tiempo no tenía una noche tan caliente, en realidad me encantó tener una mujer así, era un diamante en bruto que Juan Carlos no sabía apreciar. Y yo debía hacer todo lo posible para quedarme con ella. Eso si sin perder dinero y con mucho cuidado, porque la víbora de mi amigo era un embaucador desesperado.
Ana y yo nos levantamos temprano, estábamos destruidos, después del sexo anal, tuvimos dos round más, aunque menos intensos fueron muy satisfactorios.
Nos duchamos juntos, queríamos sacarnos el sudor y flujos secos qué teníamos encima. Ella fue muy dulce en realidad, tomó una esponja y empezó a asearme, fue muy meticulosa. Incluso puso bastante jabón en la esponja y repaso bien mi pené, testículos, ya de lado lo hizo también con mi culo, limpiando bien mi raja y ano, dejándolo muy limpio. Practica seguro aprobada por su anterior amo.
Tanto toqueteo tuvo su efecto, y no es porque ella lo buscara, ella parecía una profesional acostumbrada a aquello. En pocos minutos tenia mi miembro como una estaca, ella lo vio me miro y yo le hice una seña, no hizo falta más un movimiento de cabeza y levantar las cejas y entendió todo, me la enjuago y saco todo el jabón, y se introdujo todo lo que pudo en la boca, y empezó un suave masaje de mis testículos. En realidad era muy placentero pero estaba más que caliente de todo el toqueteo así que empuje un poco su nuca para marcar el ritmo, más rápido y profundo, y lo hizo, y muy bien, en pocos segundo yo ya estaba listo, ella al sentir mi inminente descarga la metió lo más profundo que pudo, para yo poder hacerlo en su garganta directamente, no desaprovecho nada, que dicho sea de paso no fue muy abundante por la noche que tuve.
Yo la imite, cosa que la extraño, la hice parar y puse jabón, frote todo su cuerpo con la esponja, ya me canse en un momento y lo hice directamente con mi mano, ya en su ano pude notar su molestia, la hice darse vuelta, inclinarse y apoyar las manos en la pared, sacando la cola, ahí pude ver el problema, tenía el ano muy irritado, colorado, seguro le dolería el jabón qué puse, lo que me confirmó al preguntar.
Con mis grandes manos abrí sus nalgas, acerque mi cara a su raja, pude ver pequeñas fisura, casi imperceptible en su ano, lleve mi lengua hacia ese lugar, intente hacerla plana y muy babosa y la pasé por todo su ano y raja, un suspiro se escapo de su boca.
Esteban: te gusto o te duele
Ana: me gustó amo, y calmo un poco el ardor que dejo el jabón.
Volví a repetir la misma incursión, y otra vez, pero esta vez empecé en sus labios vaginales, ya estaban mojados, y no era el agua de la ducha, era flujo, viscoso, y con un gusto particular que a los hombres nos enloquece, repetía la misma operación trabajando su ano y vagina a la vez, dando mucha lengua a aquella zona, su vagina estaba muy caliente y no paraba de emanar flujos, mientras que su ano se había abierto un poco y palpitaba. Una de mis mano busco su vulva y separo sus labios, introduje dos dedos en su vagina, lo hice repetidamente y los saque impregnados de jugos, con esa lubricante aproveche para masajear su clítoris, la recompensa fue inmediata, mi lengua jugando entre su ano y vagina, y mis dedos masajeando su clítoris fueron demasiado para ella, tuvo un orgasmos violento, la tuve que sujetar porque le fallaron sus piernas.
Después de eso se vistió muy rápido, al verla pensé que tendría que comprarle ropa, solamente traía una muda, y era extremadamente sencilla. Ella fue y preparo el desayuno para los dos y me espero para al lado de la mesa.
Mientras que desayunaba revisaba los mensajes del celular, mis amigos del club de Esgrima me habían escrito y me contaban lo mal que le había ido a Juan Carlos en la mesa de póquer, había perdido los diez mil que le había dado y les había firmado pagarés de deuda por quince mil más. Cada vez más endeudado
Otro de los mensajes era de mi amigo que trabaja para inteligencia de la policía Federal. Este me decía de lo peligroso que eran los socios de Juan Carlos, y que estaban siendo investigados por múltiples cosas, drogas, apuestas, préstamos, amenazas, golpizas, daños a autos, un asesinato, lavado de dinero e incluso evasión de impuestos. Todos unos angelitos.
De esto me tendría que aprovechar yo de algún modo, pensaba mientras desayunaba. Algo se me iba a ocurrir, y debía encargarme de Juan Carlos antes que él me tendiera alguna de sus trampas.
Fuimos con Ana a mi empresa, como dije tengo una distribuidora, trabajamos con productos para supermercados y negocios de barrio, tenemos dos galpones y unas oficinas donde trabajamos veinticinco personas.
Ya en la empresa les presente a todos y les dije que iba a ayudarnos por un mes, la puse en el área administrativa, le hice hacer equipo con Sonia, una gordita simpática que era la más sociable del grupo. Puse a Ana como su ayudante. Y la deje trabajando, yo me dirigí a lo mío a la hora del almuerzo pase por la oficina y la vi desde afuera, estaba hablando con Sonia mientras cargaba pedidos en el sistema, se la veía bastante entretenida, entre y le pregunte como estaba, a lo que me respondió afirmativamente, le dije que tenia que salir y almorzar con un cliente, que ella podía comer en el comedor de la empresa. Teníamos una empresa que nos traía la comida.
En realidad me junte con mi amigo policía, almorzamos juntos en mi casa, quería que nadie indiscreto nos viera, ahí le conté todo, incluso mis planes para quedarme con Ana.
Raúl: no estas bien amigo, y probablemente ella tampoco, no es sano lo que me dices.
Yo: sabía que dirías eso, no esperaba que me entendieras
Raúl: no es eso, es que quieres construir una paraje falsa, apegada no por el amor, sino por otras cosas que no controlas en su totalidad
Yo: eso lo sé y tienes razón. Pero me ayudarás con Juan Carlos.
El tomó la notebook y reviso el vídeo de su casa, y vio la plantación de marihuana. Pensó un rato, hizo un par de llamadas.
Yo: se que no es una pena grande por marihuana, pero pensé que el podría ser el cebo para que entres a la organización del gordo Tony, si usaba el apodo del personaje de los Simpson.
Raúl: A ti lo que te combine es que Juan Carlos muera o desaparezca, porque si se entera que tu estuviste a tras de todo puede ser grave.
Quedo en idear un plan con su jefe y el Fiscal. Veía las grabaciones, los apuntes que yo tenia, y los datos que me habían pasado otros amigos.
Raúl: tú tienes que quedar afuera de todo, esto- señalando la memoria USB que le entregué- lo dejaron en la puerta de mi casa, esto es de una fuente anónima. Si esto sale bien, tu tendrás una mujer y yo un ascenso.
Yo sabía todo lo que me decía mi amigo era cierto, desde la complejidad de tener una pareja en estás condiciones, hasta las consecuencias de deshacerme de Juan Carlos. Pero le conté todo para que el tuviera un panorama mucho más amplio. Y cuando vio quien caer, el gordo Tony, su mente se activo, lo vi convencido y con determinación.
Regrese a media tarde a la empresa, y observe a Ana, estaba hablando con sus compañeras mientras estas le explicaban algunas cosas y tomaban café. Se la veía bastante segura, mucho más que en la mañana. También observe que estaba bastante comunicativa y abierta a recibir críticas y consejos. No quise molestarla, me fui directamente a mi oficina y llame a Sonia, y le pregunte que le parecía su nueva ayudante. Ella estaba encantada, es una mujer muy positiva y simpática. Me dijo que le costo un poco el programa informático para cargar los pedidos, pero la vio con muchas ganas de aprender y creía que en un par de días lo podría hacer todo sola. La felicite por su don, enseñar no es para cualquiera. Terminamos la jornada laboral y salimos con Ana.
Ana: Amo no se que decir, me preguntaron que éramos nosotros y le dije que era amigo de mi pareja- con todo esto se me paso, como dije hay cosa que no considero al tener un pequeño grado de autismo- no se si hice bien.
Esteban: Si, por el momento bastara.
Fuimos a un gran centro comercial, ella no dijo nada pero se notaba que era nuevo para ella. Y eso que cerca de la casa de Juan Carlos había uno similar. Ella miraba todo con asombro, aunque sin decir nada. Después de recorrer un poco entramos a una tienda de mujer.
Esteban: Puedes escoger lo que quieras, tu pagaras.
Ana: Amo- me miraba extrañada- yo no tengo dinero.
Esteban: si que tienes, te daré un anticipo de sueldo en base al trabajo que haces.
Ana: Me va a pagar amo –en su rostro había confusión, y creo que también vio duda en mi cara- lo que pasa es que nunca he tenido mi propio dinero.
Esteban: No te hagas problema, yo te daré lo que te corresponde- y no quise acotar más.
Ella parecía una niña pequeña recorriendo toda la tienda, y cada vez que veía algo que le gustaba me preguntaba si lo podía comprar, a lo que respondía, “lo que ella quisiera”, pero con cada cosa que le gustaba preguntaba lo mismo y yo volvía a responder igual. Al final se eligió varios pantalones, un vestido y blusas, era lo básico, un par de mudas de ropa para ir a trabajar, algo para salir casual, y algo un poco más elegante. De ahí nos fuimos para comprar ropa interior, y paso más de lo mismo. Cuando nos íbamos a ir, me pidió un favor.
Ana: Amo, puedo comprarme maquillaje, en que sea un poco, prometo no gastar mucho.
Su sola pregunta y más como me la hizo me enterneció. De verdad era todo nuevo para ella, y me di cuenta que era mucho más importante de lo que yo pensaba. Por supuesto que accedí, y la anime a adquirir uno de buena marca, la chica de la tienda le explico todo muy gentilmente.
Ya en la casa le di permiso para que fuera a su habitación. Yo en mi oficina, conecte mi noteboock, donde tenia vinculado su WhatsAap. Quería tenerla controlada y ver que hablaba, y si mantenía contacto con su Amo.
Ana le saco fotos a todo lo que había comprado y se lo mando a su prima, era la única con la que tenia un contacto genuino. Lo que me sorprendió es que le contara todo, exactamente todo. Desde la sesiones de sexo, hasta que iba a estar a mi cargo por un mes, cedida por Juan Carlos. También le hablo del trabajo, de la paga y lo contenta que estaba, haciendo referencia que su amo temporal la premiaba dándole responsabilidades y el poder tomar decisiones. Eso es algo que yo sospechaba, el completo control que ejercía su Amo en su contra. En cuanto al sexo, me dejo por las nubes, le decía que su nuevo Amo era más fuerte, vigoroso, y tenia una herramienta más grande que sus anteriores amantes, le contaba lo mucho que disfrutaba conmigo y que no terminaba frustrada o se quedaba con las ganas, y como dato de color le dijo que no le iba a creer, que le había practicado sexo oral, y le había encantado, se estuvieron riendo un rato de eso y tomándolo ambas como una novedad.
En cuanto a su prima Maite, empezaron a hablar de sus problemas. Ella estaba casada hace ocho años, y tenia la misma edad que Ana, 28 años. Ella le contaba a Ana de sus problemas médicos, le habían tenido que ligar las trompas de Falopio, para que no se quede embarazada, ya que cada vez que se quedaba embarazada se producía un aborto espontaneo, esto a parte de matar a su bebe, la ponía en riesgo de vida a ella, había tenido tres abortos espontáneos en estos últimos años y el último la dejo al filo de la muerte. Ella creía que en cualquier momento su marido la iba dejar y le contaba que ella sabia que tenía a otra mujer.
En ese momento empecé a leer conversaciones viejas que habían tenido, y pude ver en el marido de Maite una persona muy machista que no le importaba la salud de su mujer, incluso la obligo a quedarse embarazada pese al riesgo que sabían que tenían. Otra cosa era que su marido desaparecía días y se iba al pueblo, y volvía borracho. Ahí es donde le daba una verdadera paliza, para después violarla. Generalmente intentaba humillarla, y cada vez que acababa lo hacia sobre ella, o terminaba orinándola, para decirle la mayoría de las veces, que no merecía su semilla, su semilla no debía depositarse en tierra infértil. Me pareció un canalla y poco hombre, pero por lo que leía, era algo común en los hombres de esa zona, por algo Ana aceptaba a Juan Carlos con tanta normalidad. En realidad las dos eran unas pobres desdichadas que la vida las había tratado muy mal.
Algo que me pareció extraño fue que le escribiera Miguel, el otro esclavo de Juan Carlos. Se mostraba muy ameno, muy cercano, preguntándole como la estaba pasando, como estaba. Ana le respondía muy cortante, con respuestas cerradas, si o no, bien o mal. Después de un rato Miguel se saco la mascara.
Miguel: Zorra dime, te tiene controlada, esta ahora mirándote.
Ana: No, estoy sola en mi habitación. Me pidió el teléfono cuando llegamos y anoto su número.
Miguel. Te debes haber aburrido todo el día sola en esa casa?
Ana: Si, un poco- Me sorprendió que no dijera nada del trabajo en la empresa.
Miguel: El amo quiere que observes todo, mira sus movimientos, y lo que hay en la casa.
Ana: Bueno, lo hare.
El tiempo me dio la razón, Juan Carlos planeaba algo contra mí. Como dije era un víbora, y estaba desesperado. En cuanto a Ana, había visto que no había quedado mal conmigo, pero tampoco había quedado mal con su anterior Amo. Tenia que ganarme su lealtad sea como sea.
Un rato después Ana hizo la cena, la mujer era una cocinera increíble, hizo una carne al horno con papas que era un manjar, súper sencilla la comida y muy sabrosa. Otro punto a su favor, ya en la cena conversamos, y me contaba todo lo que le había enseñado la madre, era una muy buena cocinera. Fue todo muy agradable, la animaba ha hablarme y contarme todo, cosa que ella se sintió en confianza y lo hizo, hablamos también mucho del trabajo, se notaba que le gustaba.
Ya en la habitación le pedí que se desnudara y se pusiera en cuatro en la cama. Debió recordar el dolor en su ano, por que se puso tensa, no dijo nada y obedeció. Pero me seguía con la mirada y no me perdía rastro. Yo había comprado una crema en la farmacia, esta era cicatrizante y tenia un calmante. Para tranquilizarla le explique lo que era, y sus instrucciones de uso. Debía excitarla para poderle meter un dedo en su ano y sanar cualquier fisura interna. Yo ya estaba desnudo y por supuesto con una erección potente. Lo primero que hice fue acercarme a su ano y revisarlo de cerca, era muy tentador ese punto, todo en ella era tentador. Como recordaba que le había gustado mucho empecé con un masaje de mi lengua en su ano, a penas la pase escapo un gemido de su boca. Con mis dedos masajeaba su vulva, en un par de segundos estaba muy excitada.
YO: No te preocupes mi putita, yo te cuidare- le dije mientras ponía crema en mi dedo. Estas simples palabras provocaron que se le pusiera la piel de gallina y tuviera un escalofrió.
Mientras con mi dedo con crema empezó a masajear su ano, con movimientos lentos y circulares, ejerciendo un poco de presión. Mi lengua fue a calmar su vagina, que ya estaba llena de flujo. Evidentemente este tratamiento le gustaba. Mi dedo seguía masajeando su ano, por los bordes externos hacia el centro con un poco más de presión y mi lengua no le daba tregua a su vagina, despedía un néctar que me encantaba. Vertí un poco más de crema directamente en su ano, y mire entre sus piernas, ya había apoyado la cabeza en la almohada, tenia los ojos cerrados y respiraba profundamente por la boca, veía como estaba sus dedos blancos de la presión que ejercían apretando la almohada. Y seguí con mi juego, con mi masaje y mi lengua.
Ana: Amo no voy a aguantar mucho, por favor.
Yo: no me había dado cuenta que te gustaba, acaba cuando quieras mi putita.
En ese momento Ana se dejo llevar y entro en clímax, fue cuando su ano se abrió solo y yo ingrese con un dedo dentro de él para cumplir con mi humilde tarea de sanador. El dedo en el ano fue mucho y Anita tuvo un fuerte orgasmo que la dejo desparramada en la cama.
Yo no quería que todo esto se enfriara, ella estaba boca abajo en la cama, buscaba aire para respirar, tenia una pierna abierta y semi flexionada, yo senté sobre su pierna derecha, en el muslo precisamente, desde ahí tenia una buena visión de su vagina, tome mi miembro y como si fuera un pincel lo frote de arriba abajo en su vagina chorreante, ella todavía estaba un poco ida, lo que no me importo mucho, después de un par de pinceladas tome la iniciativa y la penetre hasta el fondo, lentamente sintiendo cada parte de su vagina, un sonido gutural se escapo de su boca, cuando estuvo toda adentro empecé la vaivén, estaba en el cielo aquello era calentito y húmedo, en el punto justo.
Mis penetraciones era fuerte y firmes, yo no podía aguantar mucho más y ella estaba encadenando su anterior orgasmo con otro, tenia los ojos en blanco y vagina estaba teniendo nuevas contracciones que parecían succionarme el pene, yo no aguante mucho más y empecé a acabar fuertemente, entonces vi su mirada de lujuria intentando girarse para verme, ella con la boca abierta acabando igual que yo, no me resistí más busque su hombro y lo mordí fuertemente, ella grito y su orgasmo se transformo en un squirt, mojando todas mis bolas, muslos y todo. Ella se desmayo después de esto, y yo quede tirado a su lado no mucho mejor.
Ana y yo nos levantamos temprano, estábamos destruidos, después del sexo anal, tuvimos dos round más, aunque menos intensos fueron muy satisfactorios.
Nos duchamos juntos, queríamos sacarnos el sudor y flujos secos qué teníamos encima. Ella fue muy dulce en realidad, tomó una esponja y empezó a asearme, fue muy meticulosa. Incluso puso bastante jabón en la esponja y repaso bien mi pené, testículos, ya de lado lo hizo también con mi culo, limpiando bien mi raja y ano, dejándolo muy limpio. Practica seguro aprobada por su anterior amo.
Tanto toqueteo tuvo su efecto, y no es porque ella lo buscara, ella parecía una profesional acostumbrada a aquello. En pocos minutos tenia mi miembro como una estaca, ella lo vio me miro y yo le hice una seña, no hizo falta más un movimiento de cabeza y levantar las cejas y entendió todo, me la enjuago y saco todo el jabón, y se introdujo todo lo que pudo en la boca, y empezó un suave masaje de mis testículos. En realidad era muy placentero pero estaba más que caliente de todo el toqueteo así que empuje un poco su nuca para marcar el ritmo, más rápido y profundo, y lo hizo, y muy bien, en pocos segundo yo ya estaba listo, ella al sentir mi inminente descarga la metió lo más profundo que pudo, para yo poder hacerlo en su garganta directamente, no desaprovecho nada, que dicho sea de paso no fue muy abundante por la noche que tuve.
Yo la imite, cosa que la extraño, la hice parar y puse jabón, frote todo su cuerpo con la esponja, ya me canse en un momento y lo hice directamente con mi mano, ya en su ano pude notar su molestia, la hice darse vuelta, inclinarse y apoyar las manos en la pared, sacando la cola, ahí pude ver el problema, tenía el ano muy irritado, colorado, seguro le dolería el jabón qué puse, lo que me confirmó al preguntar.
Con mis grandes manos abrí sus nalgas, acerque mi cara a su raja, pude ver pequeñas fisura, casi imperceptible en su ano, lleve mi lengua hacia ese lugar, intente hacerla plana y muy babosa y la pasé por todo su ano y raja, un suspiro se escapo de su boca.
Esteban: te gusto o te duele
Ana: me gustó amo, y calmo un poco el ardor que dejo el jabón.
Volví a repetir la misma incursión, y otra vez, pero esta vez empecé en sus labios vaginales, ya estaban mojados, y no era el agua de la ducha, era flujo, viscoso, y con un gusto particular que a los hombres nos enloquece, repetía la misma operación trabajando su ano y vagina a la vez, dando mucha lengua a aquella zona, su vagina estaba muy caliente y no paraba de emanar flujos, mientras que su ano se había abierto un poco y palpitaba. Una de mis mano busco su vulva y separo sus labios, introduje dos dedos en su vagina, lo hice repetidamente y los saque impregnados de jugos, con esa lubricante aproveche para masajear su clítoris, la recompensa fue inmediata, mi lengua jugando entre su ano y vagina, y mis dedos masajeando su clítoris fueron demasiado para ella, tuvo un orgasmos violento, la tuve que sujetar porque le fallaron sus piernas.
Después de eso se vistió muy rápido, al verla pensé que tendría que comprarle ropa, solamente traía una muda, y era extremadamente sencilla. Ella fue y preparo el desayuno para los dos y me espero para al lado de la mesa.
Mientras que desayunaba revisaba los mensajes del celular, mis amigos del club de Esgrima me habían escrito y me contaban lo mal que le había ido a Juan Carlos en la mesa de póquer, había perdido los diez mil que le había dado y les había firmado pagarés de deuda por quince mil más. Cada vez más endeudado
Otro de los mensajes era de mi amigo que trabaja para inteligencia de la policía Federal. Este me decía de lo peligroso que eran los socios de Juan Carlos, y que estaban siendo investigados por múltiples cosas, drogas, apuestas, préstamos, amenazas, golpizas, daños a autos, un asesinato, lavado de dinero e incluso evasión de impuestos. Todos unos angelitos.
De esto me tendría que aprovechar yo de algún modo, pensaba mientras desayunaba. Algo se me iba a ocurrir, y debía encargarme de Juan Carlos antes que él me tendiera alguna de sus trampas.
Fuimos con Ana a mi empresa, como dije tengo una distribuidora, trabajamos con productos para supermercados y negocios de barrio, tenemos dos galpones y unas oficinas donde trabajamos veinticinco personas.
Ya en la empresa les presente a todos y les dije que iba a ayudarnos por un mes, la puse en el área administrativa, le hice hacer equipo con Sonia, una gordita simpática que era la más sociable del grupo. Puse a Ana como su ayudante. Y la deje trabajando, yo me dirigí a lo mío a la hora del almuerzo pase por la oficina y la vi desde afuera, estaba hablando con Sonia mientras cargaba pedidos en el sistema, se la veía bastante entretenida, entre y le pregunte como estaba, a lo que me respondió afirmativamente, le dije que tenia que salir y almorzar con un cliente, que ella podía comer en el comedor de la empresa. Teníamos una empresa que nos traía la comida.
En realidad me junte con mi amigo policía, almorzamos juntos en mi casa, quería que nadie indiscreto nos viera, ahí le conté todo, incluso mis planes para quedarme con Ana.
Raúl: no estas bien amigo, y probablemente ella tampoco, no es sano lo que me dices.
Yo: sabía que dirías eso, no esperaba que me entendieras
Raúl: no es eso, es que quieres construir una paraje falsa, apegada no por el amor, sino por otras cosas que no controlas en su totalidad
Yo: eso lo sé y tienes razón. Pero me ayudarás con Juan Carlos.
El tomó la notebook y reviso el vídeo de su casa, y vio la plantación de marihuana. Pensó un rato, hizo un par de llamadas.
Yo: se que no es una pena grande por marihuana, pero pensé que el podría ser el cebo para que entres a la organización del gordo Tony, si usaba el apodo del personaje de los Simpson.
Raúl: A ti lo que te combine es que Juan Carlos muera o desaparezca, porque si se entera que tu estuviste a tras de todo puede ser grave.
Quedo en idear un plan con su jefe y el Fiscal. Veía las grabaciones, los apuntes que yo tenia, y los datos que me habían pasado otros amigos.
Raúl: tú tienes que quedar afuera de todo, esto- señalando la memoria USB que le entregué- lo dejaron en la puerta de mi casa, esto es de una fuente anónima. Si esto sale bien, tu tendrás una mujer y yo un ascenso.
Yo sabía todo lo que me decía mi amigo era cierto, desde la complejidad de tener una pareja en estás condiciones, hasta las consecuencias de deshacerme de Juan Carlos. Pero le conté todo para que el tuviera un panorama mucho más amplio. Y cuando vio quien caer, el gordo Tony, su mente se activo, lo vi convencido y con determinación.
Regrese a media tarde a la empresa, y observe a Ana, estaba hablando con sus compañeras mientras estas le explicaban algunas cosas y tomaban café. Se la veía bastante segura, mucho más que en la mañana. También observe que estaba bastante comunicativa y abierta a recibir críticas y consejos. No quise molestarla, me fui directamente a mi oficina y llame a Sonia, y le pregunte que le parecía su nueva ayudante. Ella estaba encantada, es una mujer muy positiva y simpática. Me dijo que le costo un poco el programa informático para cargar los pedidos, pero la vio con muchas ganas de aprender y creía que en un par de días lo podría hacer todo sola. La felicite por su don, enseñar no es para cualquiera. Terminamos la jornada laboral y salimos con Ana.
Ana: Amo no se que decir, me preguntaron que éramos nosotros y le dije que era amigo de mi pareja- con todo esto se me paso, como dije hay cosa que no considero al tener un pequeño grado de autismo- no se si hice bien.
Esteban: Si, por el momento bastara.
Fuimos a un gran centro comercial, ella no dijo nada pero se notaba que era nuevo para ella. Y eso que cerca de la casa de Juan Carlos había uno similar. Ella miraba todo con asombro, aunque sin decir nada. Después de recorrer un poco entramos a una tienda de mujer.
Esteban: Puedes escoger lo que quieras, tu pagaras.
Ana: Amo- me miraba extrañada- yo no tengo dinero.
Esteban: si que tienes, te daré un anticipo de sueldo en base al trabajo que haces.
Ana: Me va a pagar amo –en su rostro había confusión, y creo que también vio duda en mi cara- lo que pasa es que nunca he tenido mi propio dinero.
Esteban: No te hagas problema, yo te daré lo que te corresponde- y no quise acotar más.
Ella parecía una niña pequeña recorriendo toda la tienda, y cada vez que veía algo que le gustaba me preguntaba si lo podía comprar, a lo que respondía, “lo que ella quisiera”, pero con cada cosa que le gustaba preguntaba lo mismo y yo volvía a responder igual. Al final se eligió varios pantalones, un vestido y blusas, era lo básico, un par de mudas de ropa para ir a trabajar, algo para salir casual, y algo un poco más elegante. De ahí nos fuimos para comprar ropa interior, y paso más de lo mismo. Cuando nos íbamos a ir, me pidió un favor.
Ana: Amo, puedo comprarme maquillaje, en que sea un poco, prometo no gastar mucho.
Su sola pregunta y más como me la hizo me enterneció. De verdad era todo nuevo para ella, y me di cuenta que era mucho más importante de lo que yo pensaba. Por supuesto que accedí, y la anime a adquirir uno de buena marca, la chica de la tienda le explico todo muy gentilmente.
Ya en la casa le di permiso para que fuera a su habitación. Yo en mi oficina, conecte mi noteboock, donde tenia vinculado su WhatsAap. Quería tenerla controlada y ver que hablaba, y si mantenía contacto con su Amo.
Ana le saco fotos a todo lo que había comprado y se lo mando a su prima, era la única con la que tenia un contacto genuino. Lo que me sorprendió es que le contara todo, exactamente todo. Desde la sesiones de sexo, hasta que iba a estar a mi cargo por un mes, cedida por Juan Carlos. También le hablo del trabajo, de la paga y lo contenta que estaba, haciendo referencia que su amo temporal la premiaba dándole responsabilidades y el poder tomar decisiones. Eso es algo que yo sospechaba, el completo control que ejercía su Amo en su contra. En cuanto al sexo, me dejo por las nubes, le decía que su nuevo Amo era más fuerte, vigoroso, y tenia una herramienta más grande que sus anteriores amantes, le contaba lo mucho que disfrutaba conmigo y que no terminaba frustrada o se quedaba con las ganas, y como dato de color le dijo que no le iba a creer, que le había practicado sexo oral, y le había encantado, se estuvieron riendo un rato de eso y tomándolo ambas como una novedad.
En cuanto a su prima Maite, empezaron a hablar de sus problemas. Ella estaba casada hace ocho años, y tenia la misma edad que Ana, 28 años. Ella le contaba a Ana de sus problemas médicos, le habían tenido que ligar las trompas de Falopio, para que no se quede embarazada, ya que cada vez que se quedaba embarazada se producía un aborto espontaneo, esto a parte de matar a su bebe, la ponía en riesgo de vida a ella, había tenido tres abortos espontáneos en estos últimos años y el último la dejo al filo de la muerte. Ella creía que en cualquier momento su marido la iba dejar y le contaba que ella sabia que tenía a otra mujer.
En ese momento empecé a leer conversaciones viejas que habían tenido, y pude ver en el marido de Maite una persona muy machista que no le importaba la salud de su mujer, incluso la obligo a quedarse embarazada pese al riesgo que sabían que tenían. Otra cosa era que su marido desaparecía días y se iba al pueblo, y volvía borracho. Ahí es donde le daba una verdadera paliza, para después violarla. Generalmente intentaba humillarla, y cada vez que acababa lo hacia sobre ella, o terminaba orinándola, para decirle la mayoría de las veces, que no merecía su semilla, su semilla no debía depositarse en tierra infértil. Me pareció un canalla y poco hombre, pero por lo que leía, era algo común en los hombres de esa zona, por algo Ana aceptaba a Juan Carlos con tanta normalidad. En realidad las dos eran unas pobres desdichadas que la vida las había tratado muy mal.
Algo que me pareció extraño fue que le escribiera Miguel, el otro esclavo de Juan Carlos. Se mostraba muy ameno, muy cercano, preguntándole como la estaba pasando, como estaba. Ana le respondía muy cortante, con respuestas cerradas, si o no, bien o mal. Después de un rato Miguel se saco la mascara.
Miguel: Zorra dime, te tiene controlada, esta ahora mirándote.
Ana: No, estoy sola en mi habitación. Me pidió el teléfono cuando llegamos y anoto su número.
Miguel. Te debes haber aburrido todo el día sola en esa casa?
Ana: Si, un poco- Me sorprendió que no dijera nada del trabajo en la empresa.
Miguel: El amo quiere que observes todo, mira sus movimientos, y lo que hay en la casa.
Ana: Bueno, lo hare.
El tiempo me dio la razón, Juan Carlos planeaba algo contra mí. Como dije era un víbora, y estaba desesperado. En cuanto a Ana, había visto que no había quedado mal conmigo, pero tampoco había quedado mal con su anterior Amo. Tenia que ganarme su lealtad sea como sea.
Un rato después Ana hizo la cena, la mujer era una cocinera increíble, hizo una carne al horno con papas que era un manjar, súper sencilla la comida y muy sabrosa. Otro punto a su favor, ya en la cena conversamos, y me contaba todo lo que le había enseñado la madre, era una muy buena cocinera. Fue todo muy agradable, la animaba ha hablarme y contarme todo, cosa que ella se sintió en confianza y lo hizo, hablamos también mucho del trabajo, se notaba que le gustaba.
Ya en la habitación le pedí que se desnudara y se pusiera en cuatro en la cama. Debió recordar el dolor en su ano, por que se puso tensa, no dijo nada y obedeció. Pero me seguía con la mirada y no me perdía rastro. Yo había comprado una crema en la farmacia, esta era cicatrizante y tenia un calmante. Para tranquilizarla le explique lo que era, y sus instrucciones de uso. Debía excitarla para poderle meter un dedo en su ano y sanar cualquier fisura interna. Yo ya estaba desnudo y por supuesto con una erección potente. Lo primero que hice fue acercarme a su ano y revisarlo de cerca, era muy tentador ese punto, todo en ella era tentador. Como recordaba que le había gustado mucho empecé con un masaje de mi lengua en su ano, a penas la pase escapo un gemido de su boca. Con mis dedos masajeaba su vulva, en un par de segundos estaba muy excitada.
YO: No te preocupes mi putita, yo te cuidare- le dije mientras ponía crema en mi dedo. Estas simples palabras provocaron que se le pusiera la piel de gallina y tuviera un escalofrió.
Mientras con mi dedo con crema empezó a masajear su ano, con movimientos lentos y circulares, ejerciendo un poco de presión. Mi lengua fue a calmar su vagina, que ya estaba llena de flujo. Evidentemente este tratamiento le gustaba. Mi dedo seguía masajeando su ano, por los bordes externos hacia el centro con un poco más de presión y mi lengua no le daba tregua a su vagina, despedía un néctar que me encantaba. Vertí un poco más de crema directamente en su ano, y mire entre sus piernas, ya había apoyado la cabeza en la almohada, tenia los ojos cerrados y respiraba profundamente por la boca, veía como estaba sus dedos blancos de la presión que ejercían apretando la almohada. Y seguí con mi juego, con mi masaje y mi lengua.
Ana: Amo no voy a aguantar mucho, por favor.
Yo: no me había dado cuenta que te gustaba, acaba cuando quieras mi putita.
En ese momento Ana se dejo llevar y entro en clímax, fue cuando su ano se abrió solo y yo ingrese con un dedo dentro de él para cumplir con mi humilde tarea de sanador. El dedo en el ano fue mucho y Anita tuvo un fuerte orgasmo que la dejo desparramada en la cama.
Yo no quería que todo esto se enfriara, ella estaba boca abajo en la cama, buscaba aire para respirar, tenia una pierna abierta y semi flexionada, yo senté sobre su pierna derecha, en el muslo precisamente, desde ahí tenia una buena visión de su vagina, tome mi miembro y como si fuera un pincel lo frote de arriba abajo en su vagina chorreante, ella todavía estaba un poco ida, lo que no me importo mucho, después de un par de pinceladas tome la iniciativa y la penetre hasta el fondo, lentamente sintiendo cada parte de su vagina, un sonido gutural se escapo de su boca, cuando estuvo toda adentro empecé la vaivén, estaba en el cielo aquello era calentito y húmedo, en el punto justo.
Mis penetraciones era fuerte y firmes, yo no podía aguantar mucho más y ella estaba encadenando su anterior orgasmo con otro, tenia los ojos en blanco y vagina estaba teniendo nuevas contracciones que parecían succionarme el pene, yo no aguante mucho más y empecé a acabar fuertemente, entonces vi su mirada de lujuria intentando girarse para verme, ella con la boca abierta acabando igual que yo, no me resistí más busque su hombro y lo mordí fuertemente, ella grito y su orgasmo se transformo en un squirt, mojando todas mis bolas, muslos y todo. Ella se desmayo después de esto, y yo quede tirado a su lado no mucho mejor.
2 comentarios - Me pagaron una deuda, con una mujer 3