You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

La abuela

La abuela

Abuela ennegrecida (04)

Maestra recibe su primer anal por parte de sus alumnos.
A escasas semanas de empezar la temporada de exámenes finales, la presión laboral aumentó, la misma escuela me presionaba a terminar los temas faltantes para poder realizar una prueba y cerrar el historial del alumno. Al ser maestra toda mi vida, estaba ya acostumbrada a ese tipo de presión, pero en ocasiones, si podía llegar a ser muy agobiante. En clase, a mis alumnos se les notaba el nerviosismo o frustración de tener que prepararse para un examen de unidad, en la escuela, tengo fama de ser una maestra algo gruñona, que he reprobado algunos alumnos sin darles chance de conseguir puntos extra. Como era de esperar, algunos alumnos me regalaban algo para romper la tensión y en caso de ser necesario, les diera algún punto extra. 
Ese par de hermanos no eran la excepción. En una ocasión, Francis me obsequio una pequeña bolsa con galletas, mientras Kojo una caja de donas con algunos chocolates, era bastante cómico verlos temerosos de un examen, como si fueran chicos buenos, cuando en realidad sólo eran un par de pillos. Les comenté que un día miércoles sería un examen de unidad, así que tendrían semana y media para prepararse, a lo que algo desanimados, mis alumnos dijeron si. Ambos hermanos se acercaron a mi escritorio al terminar la clase y dijeron si había algo que pudieran hacer para que les ayudara a no reprobar, despacio les respondí que les avisaría sobre lo que podrían hacer, mientras les sonreía y tomaba mis cosas para irme a casa. Como supuse, rápidamente me acompañaron al auto, me llenaban de pequeños halagos mientras me aseguraban que estarían atentos a cualquier trabajo que les pidiera. Francis fue un poco atrevido esa ocasión, ya que al abrir la puerta del auto y entrar, el rápidamente me tocó la espalda mientras decía que tuviera una linda noche. Eso fue extraño, sin embargo, pude notar la seriedad de Kojo el cual solo alzó la mano para despedirse.
Rumbo a casa, recordé algunos detalles y entendía claramente la seriedad de Kojo. El se lleva muy bien con su hermano, pero es celoso conmigo, como si tratara de proteger su propiedad. Una vez en mi hogar, me propuse a hacer la cena mientras mi esposo veía televisión. Los recuerdos volvían a mi mente al tener nuevamente ese delantal puesto, toda la locura que había hecho, me provocaba una sensación de ansiedad que solo iba en aumento. Me encantaría volver a experimentar ese tipo de cosas, pero no había indicios de tener la casa sola.
Un día en clase, todo transcurría con normalidad, pero, antes de la hora de terminar, mi celular sonó, salí fuera del aula para contestar, vaya sorpresa, era mi esposo. El me comentó que no me fuera sola, ya que iba a entrar a la escuela para hablar con él director (son amigos de hace años) para tratar la compra de una ternera. Para mí no hubo ningún problema, así que al finalizar, me dirigí a una banca que está cerca de la dirección escolar para esperar mi esposo. A los pocos minutos, el entró, me saludo platicamos un poco mientras el director terminaba de hablar con un padre de familia y al salir, ambos se pusieron a platicar.
Estando sentada, me puse a ver videos de YouTube cuando un alboroto se escucho, eran ellos 2 junto a sus amigos que se dirigían a la salida, pero acompañados de unas jovencitas (también de la escuela) bromeando y haciendo relajo como es costumbre en jóvenes. Todo cambió cuando una chica pasó su brazo por debajo del brazo de Francis y lo abrazo de la cintura, no era algo revelador o inadecuado, son amigos, sin embargo, eso por alguna razón, me puso incómoda. Algunos de sus compañeros hicieron lo mismo pero fue cuando Kojo pasó su brazo por sobre encima del hombro de otra chica cuando me enfadada. Por alguna razón, no me agradaba que esas jovencitas se acercaran mucho y que ellos correspondieran tan fácil. Todos ellos se marcharon, quedando sola en aquella banca, esperando a que mi marido terminará de hablar. Luego de unos minutos, el se acercó y nos marchamos a nuestro hogar.
Durante la noche, esa extraña sensación de incomodidad era perdurable, no quería admitirlo pero me había puesto celosa, no es que me sienta enamorada de ellos ni mucho menos, pero no son solo alumnos, son mis amantes, ellos me pertenecían, eran míos. Esas ideas aunque algo egoístas de mi parte, me quitaban el sueño, aunque siendo honestos, no tenía autoridad moral para estar compitiendo por ningún hombre.
Un viernes, durante la hora libre de comida, pude notar como ellos 2 discutían sobre algo. No tenía idea de qué podría ser, pero se notaban nada felices. Eso me dejó con dudas. Pasaron unos días, cuando en una ocasión, antes de empezar las clases, tomé a Francis por sorpresa y le dije si se encontraba bien, a lo que respondió que no había nada fuera de lo normal. Le hice el comentario de la ocasión en donde los vi discutiendo, a lo que me respondió que era porque si reprobaban, sus padres los castigarán en no comprarles una motocicleta. Se trataba de una motocicleta, no era algo más, por lo que mi duda había desaparecido.
- cómo se siente profesora, ha pasado tiempo desde la última vez que estuvimos juntos, lo recuerda; dijo Francis en un tono algo bajo y discreto.
- he estado bien, pero por lo visto tu no has estado aburrido, ya tienes novia; rápidamente le respondí recordando aquella ocasión en donde lo vi junto a su hermano con aquellas chicas.
- no, es difícil verla caminar; dijo Francis mientras tomaba mis manos.
- portate bien y pasa los exámenes, dile eso a tu hermano, si ambos pasan, les daré un premio; le dije a manera de motivarlo a que estudie y porque no, provocarlo un poco.
El respondió que estaba de acuerdo con el trato y se puso de pie. Una vez él salió del aula y quedé a solas, no pude evitar colocar mi mano en mi entrepierna por sobre la tela de mi pantalón. El tenerlo cerca, el solo recordar lo pasado, me hacía sentir caliente. Sin embargo, debía guardar la compostura al estar dentro de la escuela.
Durante la clase, ese par de hermanos actuó naturalmente, como era costumbre, pero en esta ocasión, era yo quien se sentía incómoda. Mi mente estaba inundada por los recuerdos que esos 2 habían plantado en mi. Nunca había pensado que alguien como yo, pasara por ese tipo de cosas. Durante la clase, discretamente, los observaba a ambos, no los veía como alumnos ordinarios, sino como un par de hombres dispuestos a complacerme cuando fuera necesario. El día transcurrió como era habitual, y como era de costumbre, ese par intento acompañarme al auto pero fui acompañada por otra compañera docente, a lo que terminaron por marcharse. Una vez en casa, después de hacer la cena, me puse a ver televisión junto a mi esposo, sin embargo, nada era lo que parecía, al menos para mí. Mientras mi esposo miraba la televisión, mi mente jugaba conmigo. Después de los "incidentes", traté de hacer las cosas tan normales como podía, pero simplemente no podía negarlo. Todo sucedió por mi propia debilidad y aún peor es el hecho que yo, una mujer casada y respetada estaba volviéndose "adicta" a tener sexo con mis 2 alumnos.
La noche no me trajo alivio, lo único que hizo fue agudizar mis pensamientos, hice una comparación entre Francis y Kojo pero era inútil, no podía elegir uno sólo, me había divertido mucho a solas con cada uno, pero sin dudas, la pasé genial con ambos, la idea de volver a enfrentarme a los 2 era lo suficientemente fuerte como para provocar mi calentura. Por un instante, recordé las palabras de Kojo, el comentó que tenía similitud con ese tipo de mujeres que se dedican a filmes para adultos, aun no se que tipo de similitud pudo encontrar, la gran mayoría son jóvenes y muy lindas, caso contrario a mi, que tengo más de 60. Tal vez se refirió a mi comportamiento un tanto lascivo, al dejarme llevar, no se con certeza el significado de sus palabras. Minutos más tarde, decidí distraerme un poco, me asegure que mi esposo estuviera dormido, tomé mi celular, y me puse a ver videos en YouTube. Después de unos minutos el aburrimiento se hizo presente y motivada por los pensamientos anteriores, me dispuse a ver videos en alguna página xxx que resultará interesante.
En el amplio abanico de opciones que aparecen en ese tipo de páginas, me llamó la atención el video de una mujer llena de tatuajes teniendo sexo a cuatro patas con un chico pelirrojo. El video marchaba bien, hasta el momento en que el tipo de la cámara se acercó al trasero de la chica. No estaba teniendo sexo vaginal, sino anal, ella estaba teniendo ese tipo de sexo y al parecer, le agradaba. Muchas preguntas llegaron a mi cabeza cuando un movimiento de mi esposo me hizo dar un pequeño susto. Por fortuna no estaba despierto, solamente se acomodó para seguir durmiendo, no me sentía cómoda, a lo que salí de esa página, dejé mi celular y procedí a dormir no sin antes volver a preguntarme sobre el video que vi. No tenía idea de que ese video sería el culpable de lo que vendría después.
Al día siguiente, mientras me vestía, mi esposo me dijo que el fin de semana, el director iría al rancho a dejar la ternera para hacer la compra, el me preguntó si quería ir, a lo que le respondí que lo pensaría. Terminé de arreglarme y me marche al trabajo, todo transcurre habitualmente hasta que era el momento de iniciar con mi clase. Durante la misma, pude notar como Francis y Kojo me veían de forma constante, a pesar de no llevar ropa llamativa, era prácticamente un pantalón de vestir algo flojo, camisa rosa y un pequeño suéter. Les dejé una actividad para que la realizarán y así pudieran aprenderla, ya que eso vendría en el examen, a lo que todos mis alumnos pusieron manos a la obra. Me puse a caminar dentro del aula para evitar que entre ambos, pudieran copiar el trabajo de otro. Pude notar como esos 2 me observaban de pies a cabeza, con una mirada profunda pero discreta, a lo que decidí jugar un poco con ellos. Recorría toda el aula pero siempre terminaba enfrente de alguno de los 2 y me quedaba ahí parada para observar a toda el aula. Era divertido ver como mantenían la cabeza agachada y al escuchar el sonido de mis zapatos al dar un paso al frente, rápidamente levantaban la vista para ver a donde me dirigía.
Jugué con ellos unos 15 minutos hasta poco antes de la hora de descanso y poder salir a comer, al llegar la hora, todos salieron del aula a excepción de ellos 2, se acercaron preguntando sobre la actividad y así nadie de sus compañeros sospecho nada. Una vez a solas conocí su verdadera duda.
- usted quiere que reprobémos, verdad; dijo Kojo mientras miró hacia la ventana asegurando que nadie estuviera por ahí.
- de que estas hablando niño; le respondí.
- nos has estado provocando toda la tarde moviendo ese enorme culo por todo el salón; dijo Francis y sin terminar de hablar.
- Ni siquiera nos dejas concentrarnos; dijo Kojo interrumpiendo a su hermano.
- deben hacerlo, porque voy a reprobarlos a los 2; le respondí en tono juguetón.
- mi hermano me dijo que nos ayudara a pasar; dijo Kojo.
- pasen los exámenes y los premiare; le dije mientras le sonreía.
- nos esforzaremos y esperamos nuestro regalo; dijo Francisco mientras le daba palmas en la espalda a Kojo.
Les dije que era hora de que se marcharán, no quería que nadie sospechara nada, a lo que accedieron, pero esta vez fue diferente. Francis fue a la puerta del aula vigilando el pasillo, mientras Kojo se acercó a mí y me dio un beso. Era un beso un poco apasionado pero muy apresurado, después de unos segundos se acercó Francis mientras Kojo tomaba su lugar. El me dio un beso pero fue mucho más corto que el de su hermano, pero a diferencia de él, Francis tocaba mi seno izquierdo mientras duró el beso. Después de un momento, ambos salieron del aula dejándome totalmente perpleja, asimilando lo que habían hecho. Por primera vez habíamos cruzado la línea en un sitio peligroso como lo era la escuela. Fue algo arriesgado de nuestra parte pero, por alguna razón, me gustó la sensación de nerviosismo y complicidad que tuvimos. Fui al sanitario, me acomode en el retrete y sin pensarlo, mi mano derecha bajó a mi entrepierna para tocar mi sexo. No quería admitirlo, pero ese breve momento me había emocionado un poco.
Estuve así un par de minutos, cuando decidí salir a comer algo y dejar de pensar en esas tonterías, compré algo para comer y me dirigí al aula para estar a solas, así comer sin interrupciones y disfrutando un momento a solas. Estando ahí, la idea de estar nuevamente con los 2, me provocaba cierto nerviosismo, miedo, dudas, pero al mismo tiempo morbo y calentura. El resto de la clase transcurrió con normalidad, una compañera me acompañó al auto y estando en casa, mi esposo me comento que el día domingo próximo, el director y su familia nos había invitado a su casa a comer (por motivo de amistad y la compra) a lo que le respondí que estaba de acuerdo.
Antes de ir a dormir, fui al baño un momento, estando ahí, pensaba en mis 2 alumnos favoritos, lo genial que ha sido todo lo que hemos pasado juntos, pero también lo inadecuado que era todo eso para una mujer de mi estatus. Tenía la idea de repetir lo mismo que la primera vez, aún sabiendo lo celoso que Kojo podía llegar a ser, sin embargo, recordé el video de la noche pasada. Nuevas interrogantes invadieron mi mente, sería capaz de hacer algo como eso, dolerá, esos pensamientos me causaban muchas dudas y algo de miedo. Así que decidí explorar por mi cuenta, le puse seguro la puerta del baño, coloque mi mano izquierda en mi trasero y lentamente busque mi orificio trasero. Me sentía sumamente nerviosa, pero por alguna extraña razón, mi corazón se agitaba. Presione lentamente con un dedo, introduciéndolo muy despacio (no tengo las uñas demasiado largas), no me dolió aunque se trataba de un solo dedo. Poco a poco moví mi mano y esa extraña sensación se hacía más persistente, saqué mi dedo y lo lave con abundante jabón, no tarde mucho tiempo en el baño ya que no quería llamar la atención de mi esposo. A lo que regrese a la cama como era de costumbre. Esa noche me sentía algo asustada, la duda era realmente fuerte, el pensar sí sería capaz de dar un paso al frente en mi relación con esos 2.
Al día siguiente, todo transcurrió como era lo habitual, y en efecto, el director me confirmó lo que mi esposo me había dicho. Le agradecí la invitación y decidí hacer mi trabajo. A mis alumnos les comenté que en cuestión de días sería mi examen, por lo que esperaría que todos pasen o de lo contrario, arruinaría su historial. Todos reafirmaron su compromiso, incluso ese par de pillos, quienes me veían con ojos algo retadores, o al menos, así lo vi. Durante la clase, ellos se comportaron casi con normalidad, salvo en contadas ocasiones en las que, discretamente, me miraban de pies a cabeza y hacían un pequeño gesto con la boca, asegurándose que entendiera el mensaje. Todo finalizó sin inconvenientes, e incluso, en esa ocasión, no hicieron por acompañarme al auto. Durante la cena, mi esposo me dijo que iría al rancho y quería que fuera ya que deseaba que viera la ternera que compró, le dije si, ya que deseaba ir a distraerme un poco allí. Llegó el fin de semana y nos pusimos en marcha, durante el viaje, pensaba en algún pretexto o algo que me pudiera ayudar para poder estar con mis alumnos sin levantar sospecha. Durante el trayecto, no pude encontrar alguna idea, por lo que me di por vencida, pensando en decirles que no se hagan ilusiones, que no pasaría nada.
Llegamos y desayunamos, para que tiempo después, mi esposo me enseñará las ovejas que había comprado, eran realmente bellas, algunas eran blancas como una nube, mientras otras color marrón, e incluso, les había comprado una pequeña campana a cada una, en conjunto, formaban un sonido que pondría al cuidador del rancho atento a su alrededor si era necesario. Tiempo después, en efecto, el director llegó con 2 acompañantes en una camioneta de ganado. En ella, estaba una linda ternera, era blanca con manchas marrón. Se pusieron manos a la obra y la colocaron en un lote en donde estaría cómoda, con mucha vegetación y árboles que brindan sombra. Después de platicar un poco, me dirigí a la cocina que tenemos ahí, para hacer algo de comer. Mientras cocinaba, recordaba momentos que tuve con ese par de chicos y tuve una idea, era una excusa sólida. La ansiedad se hizo presente y nuevamente el nerviosismo me inundó, si todo marchaba bien, tendría un nuevo encuentro con Francis y Kojo. Lleve la comida y todos nos relajamos, el director mencionó que era bueno distraerse del trabajo y más aún con mi carácter estricto en la escuela, mi esposo lo confirmó y eso me dio una nueva idea. Tiempo más tarde, el director y sus compañeros se marcharon pero mi esposo y yo decidimos quedarnos a dormir ahí ese día y viajar por la mañana ya que era algo tarde para conducir.
Estando en la cama, empecé a construir una historia que sonará convincente para mi esposo, y al tenerla, sería una excusa perfecta para estar a solas. Una vez la idea se había materializado en mi mente, quedé pensando en las palabras de Kojo durante la última vez, cuando me comparó con una mujer de esas que hacen películas indecentes y debo admitir que me intrigó la idea de que el me viera de esa forma, o bien, si en verdad podría llegar a serlo, obviamente en mi mente. Eso causó cierta calentura qué hacía mi mente volar, recordé que cerca de ahí, se encontraba esa plaza en donde conseguí el atuendo que había usado en mi primer encuentro con esos 2, a lo que decidí hacer una segunda visita a ese lugar, quería algo especial para poder usar con ese par de hermanos. Al día siguiente, al despertar, me percate qué mi esposo no estaba en la cama, a lo que me vestí y lo busque dentro pero no lo encontré. Pude verlo fuera, componiendo unas pacas de heno (mi hija tiene 3 ponys qué le compramos en Ixtlahuaca hace ya algunos años) a lo que regrese al cuarto y me arregle para poder salir a la plaza.
Una vez lista, fui a donde estaba mi esposo y le comente que iría a esa plaza a comprar material para mis exámenes, el me comentó que no tardará mucho para regresar a nuestra casa en buen tiempo y forma, a lo que le respondí que si. Una vez en el auto, me dirigí a la plaza con una idea, encontrar algo atractivo para usar. Estando ahí, compre el material que necesitaba y otros que en verdad no, pero me servirían para colocarlos a manera de no llamar la atención, una vez hecho eso, me dirigí rápidamente a esa tienda y para mi fortuna estaba abierto, después de un rápido vistazo a que no hubiera alguien que pudiera conocer, entre y me dirigí al mostrador. Le pregunté a la chica que atiende el lugar sobre algo lindo, llamativo pero discreto, ella me llamo a una parte de la tienda en donde habían corset y esas cosas, no sabia que comprar, hasta que ahí, en un rincón, casi escondido estaba algo que llamó mi atención, y, recordando el motivo de porque fui al rancho con mi esposo, me decidí a comprarlo (más adelante explicaré que fue). Una vez hecha la compra, repetí lo anterior, dejar el traje al fondo de la bolsa y arriba todo mi material de trabajo.
Subí al auto y regrese, en el camino, no podía dejar de pensar en ello, la emoción era tal que no podía esperar a que el día planeado llegará. Una vez en el rancho, mi esposo me dijo que ya estaba listo, solamente buscaba un pequeño juego de herramientas que había llevado tiempo atrás, ya que lo prestaría a un amigo. Mientras el se marchó dentro para buscarlas, me quede afuera viendo a los animales cuando tuve una idea. Tiempo después escuche a mi esposo llamarme, el me pregunto donde había ido, a lo que le respondí que fui a dar una pequeña vuelta mientras el buscaba esas herramientas (más adelante les explico a donde fui). Una vez todo listo, nos pusimos en marcha de regreso a la ciudad, en el transcurso platicamos de todo, trabajo, familia, etc, sin embargo, en mi mente ya estaba pensando en mis 2 jóvenes amantes. Ya en nuestra casa, mientras el componía esas herramientas, tome mis bolsas y entre dentro de la casa para ir a mi pequeña oficina y guardar lo que ahora era mi segundo traje. Una vez oculto, nos pusimos a llevar el resto del día de la forma más cotidiana posible.
Termino el fin de semana y era hora de regresar al trabajo, todo transcurrió con normalidad hasta el día miércoles, fecha en que tenia que hacerles un examen de unidad, ese día a temprana hora, me quedé en el aula colocando en el pizarrón las reglas que debían seguir para que no les quitara su examen. Un par de alumnos llegaron, pero salieron fuera ya que faltaba una hora para empezar, en ese lapso de tiempo, ese par de sinvergüenzas entro entro al aula.
- buenas tardes profesora, porque esta tan sola; dijo Kojo mientras tomaba asiento en su lugar.
- estoy esperando que vinieran, pillos; le respondí en tono amable.
- recuerda su promesa, si pasamos el examen nos dará un premio; exclamó Francis.
- lo se, así que den su mejor esfuerzo, les daré su premio el día domingo si se portan bien; le respondí sonriéndole.
- a que hora podemos pasar en su casa por nuestro regalo; dijo Kojo sonriendo mientras se acercaba a nosotros.
- mi casa no es opción esta vez, si quieren su premio me dicen un lugar seguro para estar y debe ser en la mañana, de acuerdo; les exclame.
- nosotros le avisamos profe; dijo Francis mientras iba a su asiento ya que estaban por entrar otros compañeros
Después de eso, pasaron las horas y era momento de su examen, les di las hojas necesarias a todos mis alumnos y empezaron con la prueba. Pensé en jugar con ellos como lo hice con anterioridad, pero decidí que no, era prudente que pasarán la prueba, así que no hice nada indebido el resto de la tarde. Kojo intento copiar con un compañero y me vi en la necesidad de llamarle la atención, el inclino la cabeza y continuo con su prueba. Pero no fue el único, ya que a Francis también lo regañe por estar distrayendo a un compañero durante la prueba, esas acciones, las pagaría sin saber. Finalizó el día, tome las pruebas y me las lleve a mi hogar para calificarías con calma. Estando en mi cocina haciendo la cena y con mi esposo en la sala viendo televisión, discretamente pase mi mano en mi intimidad por sobre la ropa, la idea de volver a tener sexo con ellos me estaba volviendo loca, al grado de recordar el tipo de video de la chica tatuada y buscar en Internet algún video similar. Bingo, tuve éxito al encontrar muchos videos similares, al verlos, no podía pensar en otra cosa que no fuera estar en su lugar. Pero al escuchar unos pasos, guarde mi celular y me comporte como si nada hubiera pasado era mi esposo que fue por una taza de agua de jamaica qué había hecho. Entonces decidí que lo dejaría para más tarde.
Después de cenar y ver unos cuantos programas, mi esposo me dijo que se iría a la cama, a lo que le respondí que se adelantara, yo lo alcanzaría en unos minutos, solamente terminaba de ver un programa de televisión, el accedió y subió a la habitación. Una vez me percate que estaba ahí, deje encendida la televisión para que pensara qué estaba viendo mi programa y me dirigí a la cocina. Busque en el refrigerador algo que pudiera servirme y tome una zanahoria. Lo que escribiré sonara ridículo, pero mi calentura era más fuerte que la cordura. Espere unos minutos para que no estuviera tan fría y, después de un suspiro, la coloque en el agujero de mi trasero. Poco a poco la introduje dentro de mi cuerpo, no se como describirlo, era una sensación extraña, podía sentir la rigidez así como la propia abertura que hacía mi interior al momento que ingresaba, detuve el avance y lentamente empecé a sacarla. Fue una sensación, aunque no placentera, no fue doloroso, a lo que pensé en repetirlo. Así lo hice un par de veces hasta que pudiera entrar un poco más fácil, sin embargo, la sensación en mi agujero era como si estuviera defecando, no se porque sucedió eso. Después de hacer eso, tire a la basura esa zanahoria y apague el televisor para ir arriba con mi esposo. El se encontraba dormido, a lo que me recosté a su lado sin conciliar el sueño por un tiempo, lleve mi mano a mi agujero y podía sentir como este se contraía lentamente. Eso me provocó cierta incertidumbre pero decidí dormir ya que no quería tener cierta calentura en la cama con mi esposo a lado.
Al día siguiente, me vestí y fui al trabajo, todo parecía normal pero no lo era, la tensión entre los 3 era obvia, llego la hora de descanso y todos salieron, salvo Francis, el se acerco y me dijo que habían encontrado un lugar ideal, se trataba de la casa de su tío que estaba en renta la cual aún no tenía inquilino. Me explico que en la parte trasera se encuentra un árbol de mandarinas, a lo que le dijeron a su tío si les prestaba la llave para cortar un poco de fruta el fin de semana, por ello les había dado las llaves sin ningún problema. De igual forma, me dio la dirección y se encontraba del otro lado de la ciudad, lejos de mi casa. Eso era una buena noticia, le respondí que ambos me esperarán a cierta hora y en cierto lugar para ir juntos. El me confirmo eso y se marchó, no sin antes decirme que me veía "sexy".
Durante los días posteriores, continúe en secreto con ese tipo de cosas en mi trasero ya que tenía ahora la duda si podía experimentar algo similar a la chica del video que vi, pero no había tenido éxito, no sabía que todo eso, sería mi perdición.
Llego el día sábado y mi ansiedad aumentó, actúe de forma habitual pero en mi mente solo había una cosa, ese par de hermanos. El resto del día fue de lo más normal, incluso llegaron mis hijos a comer con nosotros. En la noche, mientras todos veían televisión y platicaban, mi mente me traicionaba, así que fui a la cocina para hacerme una ensalada con frutas, con la idea de comer algo y olvidarme un poco, funcionó por un momento. Durante la media noche, esos pensamientos no hacían más que estropear mi tranquilidad, he tenido sexo con ellos antes, pero la misma sensación de la primera vez se hacía presente. De tanto pensar, el sueño pudo conmigo y no supe nada hasta el día siguiente, la claridad del amanecer entraba por la ventana, mi esposo aun dormía, rápidamente me puse de pie, limpie un poco la casa y al ver a mi marido despierto, empecé a hacerle el desayuno, estaba completamente nerviosa, feliz, temerosa y al mismo tiempo emocionada. Durante el desayuno, le dije a mi esposo que al ser domingo debía tener todos los exámenes revisados y calificados para presentarlos al día siguiente, por lo que me llevaría poco más de medio día hacerlo, además, le comenté que dichos exámenes los tenia olvidados en casa de una amiga e iría por ellos. Al terminar, regresaría a la casa para arreglarme e ir a comer con la familia del director. Mi esposo no se lleva muy bien con esa amiga mía, por lo que estaba segura que el jamás le hablaría por teléfono para confirmarlo, además, había platicado con ella y se iría a Toluca, por lo que ni siquiera estaría en su casa. Además, el director tampoco sospecharía, ya que el me conoce de hace años y sabe muy bien lo perfeccionista que soy.
Mi esposo, no tan conforme, termino por aceptar, el iría y me esperaría cerca de las 4pm para comer, a lo que dándole un pequeño beso, le dije que a esa hora estaría por allá. No obstante, mi esposo tenía una sorpresa, mi hija más allegada a mi la habían invitado también (con quien fue mi esposo al criadero de peces), el le marco y hablamos unos minutos por celular, incluso me paso a mi nieto quien me dijo que me esperaría, les dije que ahí estaría y colgué. Me sentía sumamente decepcionada de mi misma, al mentirle a mi esposo e hija, aun más a mi nieto de esa forma, pero la lujuria era más fuerte que yo. Fui a mi habitación, me arreglé de tal manera de no llamar la atención (una falda qué me llega arriba de los tobillos, zapatos bajos, una camisa naranja sin mangas) y en una bolsa oscura, metí la caja en donde tenía el traje qué compre, una bolsa con tacones y algo más. Al asegurarme que mi marido no estaba cerca, las metí rápidamente al auto. Busque a mi esposo, me despedí con un beso y me subí al auto, después de meditarlo por unos segundos, lo puse en marcha y me dirigí al lugar en donde había citado a ese par de sinvergüenzas. No negare que en todo el trayecto, la duda se apoderaba de mi, si estaba realmente convencida de lo que pensaba hacer. Llegue al lugar citado y esperé un tiempo, incluso tuve minutos suficientes para comer un cóctel de frutas y un yogurt. A los pocos minutos pude verlos asomarse a una cuadra, Kojo estaba vestido con un pantalón deportivo color blanco y una playera roja, mientras Francis llevaba un pantalón de mezclilla y una camisa verde de manga corta, ambos parecían buenos chicos que caminaban por la ciudad pero todo era una mentira ya que no eran tan buenos en absoluto.
-perdón por tardar, la combi nos dejo a un par de cuadras; dijo Francis mientras me saludaba de beso en la mejilla.
- no se preocupen, suban rápido a mi auto para irnos; le respondí.
Los 2 subieron a mi auto y nos pusimos en marcha, como buenos guías, me fueron dictando las calles que debía tomar hasta poder llegar a la casa de su tío. No era muy grande, pero por fortuna, tenía una cochera, por lo que abrieron el portón y pude meter mi auto para que no estuviera a la vista en la calle. Pasamos dentro y era pequeña pero muy acogedora, tal vez por su tamaño aun no estaba ocupada por algún inquilino y, en efecto, en la parte trasera estaba un árbol de mandarinas.
- pasamos o reprobamos; dijo Kojo mientras se sentaba en un pequeño sofá.
- pasaron los 2 aunque deben esforzarse más; le respondí mientras Francis comento que iría a la cocina por algo de beber. Le dije a Kojo si la casa estaba en renta, porque tenía 2 muebles o comida, el me respondió que esos muebles y un refrigerador pequeño, lo dejó su tío porque días atrás, tuvo una pequeña comida familiar ahí, a lo que llegarían por todo eso cualquier día de la semana. Tenía lógica su explicación, Francis llego con unas latas de coca cola y una bolsa de frituras, por lo que decidimos comer y beber mientras platicamos un poco.
Estando en el sofá, Kojo tomo la iniciativa, se acerco más a mi para poder besarme, lo hacía de una forma muy apasionada, introduciendo si lengua en mi boca para terminar mordiendo mis labios, en verdad sabía lo que hacía. Francis no duro mucho tiempo sin hacer nada, ya que al tener mi boca ocupada besando a su hermano, el se limitaba a besarme el hombro izquierdo y masajear mi busto. Al sentir a Francis participar, cerré los ojos y disfrute el momento, así como Kojo era bueno usando su boca, Francis era bueno usando las manos, ellos estaban logrando excitarme desde un inicio. Después de casarme, formar una familia, jubilarme, etc mi vida se había vuelto muy aburrida, pero desde la aparición de esos 2, tuve la oportunidad perfecta para no morir de aburrimiento.
Después de unos minutos, Kojo se detuvo, solamente para quitarse la playera mientras Francis hacia lo mismo con su camisa, yo sabía lo que significaba, a lo que coloque mis manos en sus abdomen para acariciarlos. Ahora era Francis era quien comenzó a besarme mientras Kojo acariciaba mi busto. A los pocos segundos Kojo desabrocho mi camisa para tocar mis senos sobre mi sostén, los suaves masajes qué me daba no hacían más que aumentar mi temperatura. En un ágil movimiento, tiro mi sostén hacia abajo y ayudado de su hermano, dejo mis pecho al descubierto, me sentía vulnerada en ese instante.
- mira esas tetas, tienen buen tamaño para una anciana; dijo Francis mientras pellizcaba mi pezón izquierdo.
- hay que hacer algo; dijo Kojo mientras bajo su cabeza a mi busto y empezó a chupar mi seno derecho, el era un completo degenerado, ya que con su mano izquierda, sujetaba mi seno, mientras lamia mi aréola para terminar en mi pezón, el cual succionada como si fuera un bebé.
- se más gentil, lo haces fuerte; le dije pero al parecer fue un error, ya que incentive a Francis a que hiciera lo mismo.
Me relaje en el sofá, pasando mis brazos por encima de sus hombros, lo cual ellos se acomodaron para continuar con su atraco. Tenía ambos pechos siendo lamidos y chupados, mientras jugaban con mis pezones, era realmente agradable la sensación que me estaban obsequiando en ese momento, después de unos minutos así, baje mis brazos y coloque mis manos sobre la entrepierna de cada uno, podía sentir a través de sus ropas como esos bultos luchaban por salir. Ellos dejaron mis senos en paz para ponerse frente a mi mientras yacía sentada en el sofá, lo próximo que vi fue a los 2 bajarse un poco los pantalones sin ningún tipo de prisa, enseñando esos enormes bultos que lucían aterradores por debajo de sus calzoncillos. Después, sin preguntarme, colocaron sus manos sobre sus calzoncillos y los tiraron hacia abajo, dejando frente a mi a las vergas más grandes que jamás he visto en toda mi vida, tenían un fuerte olor a sudor y orina y estaban tan rígidas como un palo, mis ojos estaban fijos en esas 2 aberraciones qué palpitaban obscenamente ante mis ojos. Ellos las tomaron con una mano y comenzaron a sacudirlas frente a mi, fue entonces que comprendí lo que tenían en mente.
- mira como se puso de tiesa solo con verte, te gusta; dijo Francis mientras se masturbaba lentamente.
No es verdad, solo que yo...; fue lo único que pude decir, esas cosas parecían tener un imán que obligaba a mis ojos a no ver otra cosa.
- he notado que mientras más las veas te quedas sin palabras, te gustan mucho, apuesto a que tienes la panocha hecha un río, verdad vieja; dijo Kojo mientras imitaba a su hermano al masturbarse frente a mi.
Sin dudarlo, las tome con mis manos y lentamente empecé a moverlas, arriba y abajo, mis ojos no miraban otra cosa que no fuera ese par de troncos apuntando hacia mi. Decidí abrir la boca y empecé a hacerle una mamada a Kojo mientras masturbaba a Francis, para después turnarlos para que los 2 recibieran el mismo trato. Aunque mi razonamiento se oponía a disfrutar de ese acto vulgar, mi cuerpo por el contrario respondía placenteramente de manera involuntaria ante los imponentes miembros de mis alumnos. Después de un tiempo me puse de pie mientras acariciaba sus largas trancas.
- porque no nos apresuramos antes de que te vayas; dijo Francis mientras rosaba mis senos con sus dedos.
- esperen aquí, les daré su regalo por pasar el exámen; le respondí mientras tomaba la bolsa negra qué había llevado y me alejaba de ellos hacía otra habitación qué terminó siendo una especie de bodega, ya que había escobas y botes de pintura. Abrí la bolsa y procedí a ponerme el traje qué había comprado días atrás, una vez puesto, me ajuste los anteojos y solté mi cabello deshaciendome del peinado de cebolla que lleve, me perfume con una loción qué lleve y me coloque los tacones qué había metido, los cuales eran de tacón bajo, color blanco y con un broche qué se ajustaba por encima del tobillo. Me di un último vistazo y el traje encajaba bien con mi grueso cuerpo que el tiempo desarrollo en mi al pasar los años, un cuerpo grueso que sabía apreciarian ese par de africanos.
Procedí a regresar y ellos estaban sentados, con los pantalones a la rodilla, masturbandose, al momento de que nuestras miradas se cruzaron, los 3 nos quedamos sin palabras. Sin embargo, fui yo quien rompió el silencio.
- y bien par de idiotas, no dirán nada; les dije a ambos mientras me miraban de pies a cabeza, sin decir palabra alguna.
El traje que compre era de vaca, blanco con manchas negras, lo hice recordando la compra de la ternera de mi esposo al director. Eran unas medias que terminaban a mitad del muslo, un liguero a la altura de mi cintura, 4 tirantes, 2 por muslo, uno adelante y otro detrás que se sujetaban con fuerza a las medias con un broche, una tanga, mangas para brazo que terminaban a mitad del brazo pero en la parte inferior, cubría la mano dejando expuestos mis dedos. El sostén tenía un tirante qué se sujetaba por detrás de la espalda pero, en la parte de enfrente, tenía 2 tirantes más que, a diferencia del clásico sostén que pasa el tirante por sobre el hombro bajando hacia atrás, estos tirantes se sujetaban con fuerza a un collar que tenía en el cuello. Una diadema con un par de pequeños cuernos y orejas color negro. Al tener el cabello suelto, mis orejas permanecían casi ocultas, enseñando solamente las falsas orejas de vaca de la diadema. Sin embargo, quise dar un toque personal al traje, para evitar que la diadema cayera, le coloque un pequeño hilo transparente de un gorrito de cumpleaños el cual era casi invisible a la vista, y en el collar del traje, le coloque una pequeña campana qué recogí en el rancho cuando mi esposo fue a buscar sus herramientas.
Ese par de pillos reaccionó, se pusieron de pie al mismo tiempo que sus miradas seguían clavadas en mi.
- nos divirtamos con esta voluptuosa abuela hermano; dijo Kojo.
- tiene el culo tan grande como una maldita yegua, pasaremos el día follando un buen culo gordo; respondió Francis.
Ellos continuaba hablando, sin embargo, yo permanecía callada mientras observaba sus grandes miembros entre sus piernas, miembros que no he podido olvidar desde aquella vez en mi casa. Si ambos estaban sorprendidos, quedaron aun más cuando coloque mis manos sobre mis pechos y empecé a masajearlos. Pude ver sus enormes miembros endurecerse frente a mi mientras yo también sentía un extraño hormigueo en mi necesitada vagina. Ignoré sus duras vergas, ignoré el hormigueo en mi vagina y camine entre ambos hermanos en dirección al sofá y, de la manera más desvergonzada y descarada, separe las piernas y toque la punta de mis tacones sin doblar las rodillas, exponiendo mi cuerpo ante sus ojos.
- vamos chicos, no tienen por que hacerse los tontos conmigo, ambos saben a que he venido y estoy segura que ninguno de los 2 tendrá algún problema en darme lo que necesitó, no es así; les dije mientras gire mi cabeza para poder verlos.
- qué regalo, si lo que quieres es mi verga de nuevo, entonces la tendrás puta, y te prometo que no seré nada gentil; dijo Francis.
- mmmm eso es grandioso, porque no quiero gentilezas, quiero que me folles tan duro como la última vez, vamos, meteme esa enorme verga ahora mismo, mi concha esta ansiosa; le respondí mientras pase mi mano derecha por debajo de mi vientre y tocar mi sexo sobre la ropa interior.
- dale hermano, no hagas esperar a la dama, mete tu verga entre esas gordas nalgas o apártate para yo le de lo que se merece; dijo Kojo a su hermano.
- dejen de perder el tiempo y dense prisa; les dije en tono de autoridad.
- ya callate perra y ponte en 4 patas, vamos a hacer buen uso de ese gordo culo que tienes; dijo Francis en tono burlón.
Esos bastardos se desnudarnos y me pusieron en 4 patas como si yo fuese una perra y antes de que pudiese darme cuenta, Francis hizo a un lado la tanga y clavó su gran miembro salvajemente en mi vagina y comenzó a follarme en forma desaforada y salvaje... debo aceptar que en un principio la brutal penetración fue bastante dolorosa, mi vagina no estaba preparada para tal monstruocidad de golpe. Cada embestida era más dolorosa que la anterior, era un dolor punzante pues su pene es tan largo que cada pinchazo amenazaba con traspasar mi cervix... sin embargo, cuando mire hacia atrás y vi a ese bruto aferrado a mus caderas mientras su pelvis golpeaba mi gordo trasero con muchísima agresión, por alguna razón mi cuerpo comenzó a calentarse como nunca antes había sucedido... no había escapatoria para mi, ese sucio bastardo bombeaba con una fuerza incomparable mientras su pelvis machacaba mis gordas nalgas qué se ondulaban con gracia debido a los fuertes impactos.
Fue entonces que mi cuerpo comenzó a acostumbrarse al maltrato qué estaba recibiendo, fue como si mi vagina comenzaba a aceptar esa brutal verga africana, y, en pocos instantes mis gritos de dolor se convirtieron en gemidos de placer, no podía creer lo que estaba sintiendo, estaba siendo maltratada por ese bruto y lo estaba gozando.
- tu vieja panocha esta hecha para vergas negras, ningún hombre blanco podría hacer buen uso de un culo tan gordo como el tuyo; dijo Francis mientras sus palabras sonaban cortadas mientras se esforzaba.
- oh dios como es esto posible, como tu sucia verga puede sentirse tan bien; logre responderle mientras soportaba su maltrato.
Mi vagina estaba en llamas mientras ese implacable miembro no dejaba de golpear furiosamente mi cervix y de pronto mi mente se nubló y mi cuerpo experimento un fuerte orgasmo mientras sentía los calientes chorros de leche inundando mi bien follado coño.
- toma mi maldita semilla perra; dijo Francis mientras se detenía. A los pocos segundos el se retiro de mí.
- así es como se trata un culo como ese hermano, esas nalgas son bastante esponjosas y aun tiene un hoyo apretado; dijo Francis a su hermano.
- le diste una buena paliza a la perra maestra; respondió Kojo.
- y mañana estará peor porque no pienso dejar de cogerme a esta zorra hasta que mis bolas estén vacías; volvió a hablar Francis.
Mientras ellos hacían bromas referentes a lo que me estaban haciendo y su viscoso semen buscaba una salida de mi maltratado coño, yo trataba de reponerme, pero podría jurar que mientras lo hacía, mi vagina experimentaba pequeños espasmos involuntarios... era como si mi vagina necesitaba más de esa verga en su interior. De igual forma, no tuve que esperar mucho, Kojo no perdió tiempo y con un solo empujón clavo su pene hasta el fondo de mi sexo y comenzó a cogerme tan duro como su hermano. Recordé a mi nieto, si el me viera así, sería grande su decepción, el verme a 4 patas vestida de vaca mientras un negro me montaba como una yegua, ver su firme torso permaneciendo erguido y sus fuertes caderas negras estrellándose sin clemencia en el ostentoso culo gordo de su abuela. Poco tiempo tuve para pensar en eso, estaba completamente impresionada por la ferocidad en la que estaba siendo cogida, no solo su pene era tan grande como la de su hermano, sino que el poder de sus embestidas era realmente abrumador, podía sentir las ondas en mis nalgas provocadas por los fuertes golpes que estaba recibiendo en mi gordo culo que a pesar de la brutalidad del acto, permanecía levantado hacia Kojo incitando a ese joven africano mantener su ritmo feroz e inclemente.
- aaahhh destruye mi hambrienta concha con esa enorme verga negra mmmm cogeme sin piedad; le grite mientras trataba de guardar la poca cordura qué tenía.
Ahora mis 2 alumnos quienes veía 5 días a la semana, no me tenían el mismo respeto que el día en el que me conocieron, no después de todo lo ocurrido. Estos últimos meses han afectado mi personalidad, yo una ama de casa respetada y una abuela amorosa había desaparecido por completo para convertirse en una anciana blanca caliente por vergas negras. Después de unos minutos, Kojo salió de mi, al mismo tiempo que Francis me tomó de los brazos y me coloco de rodillas.
- ahora agita ese culo blanco mientras chupas mi verga puta; dijo Francis mientras colocaba su mano izquierda detrás de mi cabeza y metiendo su miembro en mi boca, empezó a follarme con ella.
Estuve unos segundos haciéndole una mamada cuando el me tomó y recostó sobre el sofá, me abrió de piernas y se coloco en medio, en la pose del misionero, y sin dudarlo, introdujo nuevamente su grotesco pene dentro de mi, mi grito fue ahogado rápidamente por Kojo quien se coloco cerca de mi cara para meter su pene en mi boca. No podía hacer otra cosa que no fuera guardar el pene de Kojo en mi boca mientras soportaba las duras embestidas de Francis. Kojo se apartó de mi y al fin pude hacer algo.
- por dios, ten un poco de consideración imbécil; le grite a Francis mientras hacía caso omiso a mi petición.
- callate zorra, ya no eres tan regañona como en clase; me respondió mientras apartaba mis muslos cuando trataba de cerrar las piernas.
- yo solo cumplía con mi trabajo, la disciplina es parte de tu educación bestia; le grite a Francis.
- entonces entenderás que es mi turno de disciplinarte; respondió Francis.
- mi hermano y yo vamos a aplicar mucha disciplina en esa concha peluda de ahora en adelante puta; dijo Kojo.
Después de unos minutos, la bestia de Francis se detuvo para salir de mi, quede recostada totalmente exhausta de todo ese castigo, solamente para sentir como Kojo me tomaba de las manos para incorporarme e inclinarme sobre ese viejo sofá. El se agachó detrás de mi para hacer nuevamente a un lado la tanga y admirar el paisaje.
- un momento, que estas haciendo; le dije.
- que pequeña es, para tener unas enormes nalgas tienes una vagina muy pequeña; dijo Kojo, solamente para abalanzarse a chupar mi vagina sin ningún pudor.
Me tumbo boca arriba nuevamente en el sofá y se coloco sobre mi, apuntó su trozo de carne y a decir verdad, me dio algo de miedo.
- es grande, despacio por favor; fue lo único que pude decir.
- te aseguro que podré meterla de golpe; dijo Kojo muy serio.
No tuve tiempo de reaccionar cuando el muy bruto la metió sin avisar, lance un fuerte grito al sentir ese enorme plátano doblado entrar de golpe, el me sujeto de los tobillos y me levanto, dejando solamente mi espalda y cabeza apoyandose en el sofá, mientras el estaba casi parado en el sofá, solamente se agachaba para empezar con sus rápidos movimientos que no hacían más que hacerme gritar.
- ves que si la aguantas, nunca creí poder cogerme una vieja culona, nuestros cuerpos fueron hechos para copular, no tengas miedo de admitirlo; dijo Kojo mientras trataba de acelerar en esa postura.
El tenía razón, siempre he tratado de mantener las apariencias frente a mi familia, pero era evidente la superioridad de mis alumnos en comparación con mi esposo que ahora gozaba abiertamente de los monstruosos penes de Francis y Kojo. Después de un tiempo, Kojo se libero de mi, ahora Francis, sentado en el sofá, tomo su pene y empezó a masturbarse mientras me dijo que subiera encima de él para cabalgar. Subí encima de Francis y busque su pene con mi mano pero el me lo impidió, el guiando su propio miembro, buscó entre mis nalgas mi preciado agujero, al sentir el duro glande de la polla de Francis rozando mi ano, un miedo invadió mi cuerpo.
- es el agujero equivocado tonto, es adelante; le dije mientras intentaba separar mis nalgas con una mano.
- mierda, mira toda esta carne, tu enorme culo blanco en mis manos y mi verga negra deslizandose en tu grieta, apuesto a que te gusta ¿no?; respondió Francis.
- no Francis, espera, al menos agrega un poco de lubricante o algo; le respondí.
El no me escuchó y empezó a meter su largo miembro en mi pequeño agujero, fue un dolor punzante que recorrió mi columna, solo pude abrazarlo y apretar los dientes mientras esa bestia, poco a poco iba más adentro de mi culo.
- aaahhh es demasiado grande, demasiado grande, duele; le dije al oído.
- mierda si, puedo sentir todo el camino dentro de ti apretándome la verga; me respondió.
Fueron unos segundos, pero para mi fueron eternos, definitivamente no era la sensación que tuve con esa zanahoria, me sentía llena, como si tuviera ganas de ir al baño en ese momento. Ese infeliz me había quitado mi virginidad anal.
- prepárate para un buen golpe duro perra; dijo Francis mientras colocaba cada una de sus manos en mi cintura.
- eres un imbécil, sácalo; le dije casi gritando.
Sin mediar palabras, movió su cadera hacia abajo y subió con fuerza, lance un fuerte grito porque sentí como si algo se hubiera desgarrado dentro de mi.
- me encanta el sonido de esas nalgas gordas y lo apretado que esta tu culo; dijo Francis.
Trate de escapar de él, pero era imposible, mientras trataba de incorporarme una fuerte penetración me devolvía a mi lugar, pero eso no fue todo, Kojo se coloco detrás y empezó a darme fuertes nalgadas mientras me decía que me quedara quieta, que dejara de mover mi culo. Poco a poco, el placer fue apareciendo, mi vagina era un completo pantano reteniendo humedad en su interior mientras mi ano me ardía mucho. Solo recordar como ese gorila me estaba cogiendo el culo me pone la piel de gallina, fue tan despiadado mientras metía su pene, recuerdo que podía sentir como sus duras estocadas golpeaban mi culo haciendo que todo mi cuerpo temblara y me hiciera gritar como una puta desesperada, gritos que eran apagados con el sonido de la campana moviéndose con rapidez.
Después, en un movimiento, su verga salió de mi culo, debido a los rápidos movimientos, el tomo su pene y lo introdujo en mi vagina mientras se sujetaba con fuerza a mis caderas. El parecía una auténtica bestia porque gruñia y jadeaba al mismo tiempo que mis gemidos y gritos lo acompañaban.
- únete pendejo, que estas haciendo ahi; grito Francis, no entendí hasta que sentí las manos de Kojo tocar mi espalda.
- qué haces idiota; le dije a Kojo mientras hipnotizado, separó mis nalgas y empujó dentro esa asquerosa verga doblada al fondo de mi recto.
Las caderas de Kojo eran como un fuerte martillo que golpeaban mi culo sin cesar, podía sentir como si mis nalgas llegaban a mi espalda por cada golpe que les daba, pero esa fiereza, esa rudeza, hacía que mi cuerpo ardiera demasiado.
- despacio pinches negros, escucharon hijos de su puta madre; les grite, pero fue en vano, solo estaban concentrados en sus movimientos.
- con fuerza hermano, como en las películas; grito Kojo mientras Francis ahora colocaba sus manos en mis pechos, masajeandolas sobre el sostén.
Eso me hizo recordar las palabras de Kojo la última vez en mi casa cuando me comparó con ese tipo de mujeres, así como el video de la chica tatuada del otro día, todo eso me hizo cerrar los ojos y echar a volar mi imaginación. Me sentía en un set de grabación, reflectores iluminando nuestros cuerpos, cámaras en todos lados, grabando cada segundo de lo que pasaba, una anciana blanca cogiendo con 2 negros al mismo tiempo. Esa idea no hizo más que prenderme y disfrutar de todo ese acto sucio.
- te gusta puta, dilo; dijo Francis.
- si, eso es lo que soy, follenme como la terrible puta que soy; alcance a decir casi gritando.
- se siente bien aprovechar esas mejillas gordas; le dijo Francis a Kojo.
- cambiemos; respondió Kojo.
Ambos se separaron de mi para cambiar lugar, Francis se recostó y subí encima de él, en pose de vaquera inversa, y sin piedad, metío su miembro en mi culo, me tomo de las muñecas jalandome hacia atrás, y empezó con una dura penetración. Mi recto ardía, sentía una fuerte sensación de defecar, por fin pude comprobar aquel video de la chica tatuada, el sexo anal se sentía muy bien. Kojo se acerco a nosotros, y levantando mi pierna derecha, introdujo su enorme miembro dentro de mi vagina, la sensación fue de lo más delicioso, la fricción qué esas 2 vergas hacían dentro de mi al mismo tiempo era suficiente para mojarme aún más.
- este culo es demasiado gelatinoso; dijo Francis.
- vamos a aparearnos con esa vieja blanca hasta que estemos secos; respondió Kojo mientras colocaba sus manos por detrás de mis rodillas, separándome las piernas.
- sigan cogiendo mi concha y mi culo al mismo tiempo negros de mierda; les grite mientras estaba a punto de terminar.
- tu pinche culo gordo combina con nuestras grandes vergas negras puta; grito Francis.
- solo eres una vaca blanca apareandose con 2 toros negros puta vieja gorda; grito Kojo.
Trate de soportar un poco más pero termine fallando en mi misión.
- chinguen a su madre pinches negros; fue lo único que pude gritarles al momento que un fuerte orgasmo hizo temblar mi cuerpo, pero no vino solo, un fuerte chorro salió disparado de mi vagina en dirección al vientre de Kojo quien terminó totalmente empapado. Eso no fue suficiente para ellos, quienes no se detuvieron ni un solo segundo en su castigo. Kojo salió de mi, segundos después Francis hizo lo mismo, pensé que descansariamos, pero me equivoque. Kojo me tomó por la cintura y me coloco a 4 patas sobre el suelo, creí que sería la pose de perro pero no fue así. Kojo metió su pene dentro de mi culo, pero coloco su pierna derecha al lado de la mía, apoyándose sobre la rodilla, su mano izquierda por debajo de mi muslo izquierda y levantó mi pierna al mismo tiempo que su pierna izquierda, mientras se apoyó también con su brazo derecho. Creí que caería, por ello pase mi brazo izquierdo a su costado, en esa pose parecíamos perros orinando, el empezó a besarme mientras sacudia sus caderas como loco.
Las embestidas eran implacables, nunca había sido folla da de esa forma, pero por alguna razón, la fricción de esa verga larga, gruesa y doblada junto con el golpeteo de esas enormes bolas pesadas repletas de su semilla estrellandose incesantemente contra la parte posterior de mis muslos, me estaba causando placer como nunca.
- esa es la forma hermano, sigue machacando ese culo gordo, esa puta estaba necesitando esa cogida; dijo Francis.
Kojo me acomodo segundos después para dejarme a 4 patas y sacó su verga de mi culo.
- tu voluptuoso culo ha ganado peso y volumen con los años, verdad vaca; dijo Kojo mientras busco mi madura concha oculta entre el par de globos de carne qué tengo detrás, una vez lo avisto, zambullo su enorme verga hasta la base.
- a esta perra le encantan las vergas de África, no es así zorra, dilo, no tengas vergüenza; dijo Francis.
- aaaa si, me encantan las vergas africanas, follenme bastardos, quiero que me follen con sus grandes vergas negras; grite mientras sentía un nuevo orgasmo.
- apuesto $500 a que no la dejas embarazada; dijo Francis.
- que sean $1000; dijo Kojo.
- esperen pendejos, eso no; les grite cuando Kojo metió su pulgas derecho en mi culo mientras empujó con fuerza. Pude sentir como su pene explotó dentro de mi, inundando mi panocha con fuertes chorros de semen. Recordé que eso prendió a Kojo la última vez así que decidí seguirle el juego.
- mis ovarios están latiendo muy fuerte, estoy liberando mis óvulos; le dije a Kojo.
- mi verga sigue bombeando leche, mi esperma debe fertilizarte; me respondió.
- puedo sentir como se están revolviendo dentro de mi, tus sucios renacuajos fertilizaran todos mis óvulos; le dije con una sonrisa.
- no todos; dijo Francis.
El se acerco y empujó a kojo, obligándolo a liberarse de mi, creí que pelearían pero los 2 estaban sobre excitados qué Kojo ni siquiera presto atención, solo se hizo a un lado y empezó a masturbarse. Francis me levanto y me llevo de nuevo al sofá, se sento y me coloco arriba. Sin que el se decidiera, tome su verga y la introduje en mi concha, empecé a cabalgar como si mi vida dependiera de eso. Cada vez que subía y bajaba de golpe, podía sentir su pesado glande tocar la entrada de mi útero. Era simplemente delicioso.
- nos estamos reproduciendo, yo también quiero fertilizar tus óvulos; dijo Francis mientras se sujetaba de mis caderas.
Sin invitarlo, Kojo se unió nuevamente metiendo su verga dentro de mi culo, volví a gritar al sentir otra vez esas enormes trancas al mismo tiempo.
- te vamos a regresar llena de leche puta; grito Kojo.
- Siiiii denme más, dejen preñada su vaca muuu muuuu; les grite mientras mis gemidos se convertirán en gritos.
- embarazamos a esta vaca blanca con nuestras vergas; grito Francis.
A los pocos minutos, un fuerte chorro se hizo presente al sentir como mi recto se contraia al recibir una pesada carga de semen qué Kojo estaba liberando en mi culo. Y, a los pocos segundos, otra pesada carga de leche caliente empezó a manchar mi vagina con la corrida de Francis.
- muuuuuuuu; fue lo único que salió de mi boca al sentir las 2 descargas, ellos se movieron unos segundos más, hasta que Kojo salió de mi dándome una fuerte nalgada en el proceso. Francis quedo dentro un poco más, hasta que su verga perdía dureza y ella misma buscaba la salida de mi concha.
Con mi cuerpo aun temblando con pequeños espasmos, sentí como centímetro tras centímetro de esa enorme verga iba saliendo de mi coño, yo no podía ver, pero podía sentir el desastre que esa enorme verga había hecho en mi panocha. Descansamos unos minutos y pedí la hora, era tarde, por lo que tomé mi ropa, la bolsa qué lleve y dirigí a ese cuarto donde me había vestido. Me quite ese traje vulgar y me vestí, al salir Francis estaba vistiéndose y me dijo que esperara un poco, Kojo me daría algo. Al poco tiempo, Kojo regrese, aun desnudo, con una bolsa azul llena con mandarinas. Les dije lo de siempre, que guardarán silencio, Francis salió para abrir el portón, subí a mi auto y me fui dejando ese lugar y todas esas cosas vergonzosas que allí sucedieron. Llegue a casa, escondí el traje junto al otro y me di una ducha, mientras me bañaba, deseaba encontrar la fuerza y convicción para detenerme pero es tan difícil, algunos días creo despertarme con el coraje suficiente para negarme a tener sexo con esos 2, pero solo basta con ver esas enormes vergas tan duras frente a mi para que mi vagina comience a derretirse y cuando eso sucede solo pasan unos minutos para que de nuevo me encuentre en algún sitio siendo follada por alguno o los 2.
Al terminar, busque un vestido elegante, me peine, me aperfume y fui a donde mi familia. Al llegar, me recibieron con un abrazo, saludos y demás, mi nieto corrió y me dio un fuerte abrazo, lo cargue y me pasaron a la cocina. El director hacia bromas diciendo que sabía que no podía dejar mis exámenes sin calificar porque era muy perfeccionista, todos sonreían sin saber que los exámenes ya los tenía calificados desde hace días y no estuve donde ellos creían. Al terminar, regresamos a casa, solamente al llegar, procedí a dormirme, ya que me sentía sumamente cansada.
Al pasar los días, aunque no lo quería, los hechos que sucedieron ese día agobiaban mi mente. Pase muchas horas mirando a través de la ventana de la sala pensando en cada detalle de todo lo que sucedió. Días después, mi deseo por volver a estar a solas con ellos era más fuerte que cualquier cosa, ansiaba tanto sus vergas qué un día busque como loca una excusa para salir y verme con ellos pero no la encontré. Mi esposo saldrá a comprar artículos de limpieza pero me ofrecí a ir mientras el veua un partido de fútbol. Tome mi auto y salí, de regreso, tome otra ruta para pasar por la casa del tío de Francis y Kojo, solamente para recordar. Mientras estaba allí, no pude evitar la forma tan desalmada en la que me cogieron esos 2 en esa pequeña sala, incluso casi podía escuchar el sonido de sus caderas machacando mis nalgas sin piedad. Pero sobre todo podía recordar lo bien que se sentía recibir su caliente y viscoso semen en el interior de mi vagina o mi ano. Esas enormes vergas que me hicieron olvidar que yo era la respetable presidenta de barrio y una maestra estricta y me convertí en una vulgar puta ansiosa por esas deliciosas vergas negras. Podía recordar claramente mis manos frotando sus duras vergas palpitantes rodeadas por esa gruesa piel qué desprendida ese fuerte olor a orina y como eran capaces de soltar chorros y chorros de ese delicioso semen espeso y caliente. Pero no eran más que recuerdos, así que prendí el auto y regrese a mi casa con mi esposo.

2 comentarios - La abuela

nukissy694
🍓Crea tu propia animación porno 18 ) Por favor, valora ➤ https://okebio.com/nua