Viernes a la noche, salimos. Amigos, familia. Mi ilusión de terminar la noche cogiendo con mi reina se disipa porque ella está realmente cansada. Y no me gusta insistir, simplemente la dejo descansar, pero mi verga no se conforma. No le doy bola y también me duermo.
El sábado a la mañana es otro cosa, nos despertamos ella se sienta en la cama junto a la estufa y la visión de su cola tragandose su bodie color negro me devuelve una erección tremenda. La acaricio, ella revisa su teléfono. Se vuelva a acostar junto a mi y mis manos la siguen acariciando. Surtiendo efecto de a poco. Paso mi mano por debajo del bodie, le manoseo el culo gordo que tiene, y subo acariciando su cintura y media espalda, ese movimiento por debajo de la ropa hace que la entangue y la fricción de su ropa interior con su concha me ayuda en mi propósito. De estar de costado, se acomoda boca abajo , me da más libertad y más cuerpo para manosear. Subo por su espalda, y bajando otra vez a la cola, noto como la levanta suavemente en cada pasada, ya la tengo. Ella sabe cómo termina este masaje... Para coronar mi intención tomo la parte del bodie de su entrepierna y juego con el, lo muevo para arriba, para los costados, hasta que la escucho gemir. La estoy masturbando con su propia ropa interior y mi verga no puede más...
El gemido es un permiso para subir el nivel. Entonces meto por debajo de la ropa una vez más mi mano y la manoseo toda, me enfoco en sus cachetes, pero me freno en el agujero de su culo. Lo acaricio despacio en círculos y ella gime y se mueve sola, mi dedo esta quieto en la entrada y ella va moviendo su orto para sentir mi dedo. Mi verga tiene vida propia.
Entonces ella se da vuelta, y quedamos de frente, mi mano ya busca su concha y la encuentro empapada. Mis dedos entran hasta su interior... Ella me agarra la verga y se me escapa un gemido. A esta altura ya tengo la verga muy dura y sensible y al tacto de ella me estremezco. Ella lo nota y me pajea, le ruego que siga. Escalofríos de placer me recorren, y eso la calienta más. Me pregunta si me gusta, le digo con voz temblorosa que me encanta. Que siga. Le recuerdo que ella es la dueña de mis pajas y que me encanta que sea ella también la que me pajee, estamos muy excitados. Ella se afloja la parte de arriba del bodie y me muestra una teta. Grande , gorda, suave y con ese pezón marrón y grande bien duro, es una locura tocar esa teta. Ella está tan alzada como yo. Tiembla ante mi manoseo de su teta libre y me sigue pajeando, nos besamos. Con calentura, nuestra lenguas quieren más. Entonces dice a mi oído " te gusta?" " Me volves loco, no pares" le contesto.... Y ella redobla la apuesta: " querés que te la chupe?" "Si por favor, métetela en la boca putita hermosa"...
No sé hace rogar y se acomoda bajo las frazadas, la miro como se traga mi carne, la escucho gemir. Ella disfruta de chupar verga, no es solo una parte del acto sexual, para ella es orgasmico tener una pija en la boca... Y me pasa la lengua por el tronco, por la cabeza. La punta de su lengua en mi uretra es tremenda imagen... Se la mete entera... Se ahoga de tan profundo que se la manda. Yo solo puedo acariciar su pelo suelto, y gemir. No puedo hacer más que eso... Ella me domina con su boca...
Al rato siento como me estremezco cada vez más de placer y le ruego que pare todavía no quiero acabar. Ella sube besándome y cuando me mete la lengua puedo sentir el sabor de mi pija en toda su boca, me encanta. Mi cabeza vuela, en una fracción de segundo fantaseo con besarla después de que ella pruebe otras vergas, pero ella interrumpe mis pensamientos acomodando mi pija en su concha. Se monta en mi verga, se mueve suave, se mueve rápido. Se queda quieta y ahí me muevo yo. La siento acabar pero seguimos cogiendo, la energía sexual es muy fuerte... Le apretó las nalgas le chupo las tetas. Un manjar tener esas dos tetas frente a mi boca hambrienta. Mi verga y mi panza están mojadas con sus flujos de tanto que acaba, entonces me dice que le dé en cuatro. Así lo hacemos. Se la meto y se la saco. El ruido de su concha mojada ante cada embestida de mi verga es un aditivo a la hermosa imagen que tengo ante mi. El culo de mi mujer es grande, redondo. Ahora imagínatelo cuando ella está en cuatro, mordiendo la almohada. Se multiplica su tamaño, es hermoso ver ese culo. La disfruto toda. La cojo fuerte, no quiero acabar. Le meto los dedos, se mea prácticamente... Y otra vez mi verga dentro de ella. No aguanto, mi verga ya está muy sensible, fue demasiado para mí. Mucho placer, no lo aguanto retener por más tiempo y le digo que voy a acabar. Ella acaba de nuevo cuando siente que se me hincha la verga a punto de acabar y me dice que se la tire toda encima...
Obvio que obedezco a mi reina puta y apenas se la saco de la concha mi pija escupe semen. Mucho semen... Un chorro va hasta su pelo, el segundo chorro es largo y cae en su espalda ensuciando todo su bodie negro, y el resto sale embardunando toda su ojete, mis gemidos apagan los de ella incluso.... Hace rato no tenía un orgasmo tan potente... Me arde la verga. Mucha fricción. Mucha concha. Ella está tirada en la cama, agitada, regalandome la imagen más sexual que ví en mucho tiempo, despeinada, erótica y llena de semen. El olor a sexo y a concha usada me embriagan. Nos acariciamos, masajeo sus piernas, y cuando nos relajamos, nos abrazamos en silencio. Llenos de fluidos, sucios de sexo y llenos de todo. Y nos dormimos otra vez así.
Fue perfecto... La amo.
El sábado a la mañana es otro cosa, nos despertamos ella se sienta en la cama junto a la estufa y la visión de su cola tragandose su bodie color negro me devuelve una erección tremenda. La acaricio, ella revisa su teléfono. Se vuelva a acostar junto a mi y mis manos la siguen acariciando. Surtiendo efecto de a poco. Paso mi mano por debajo del bodie, le manoseo el culo gordo que tiene, y subo acariciando su cintura y media espalda, ese movimiento por debajo de la ropa hace que la entangue y la fricción de su ropa interior con su concha me ayuda en mi propósito. De estar de costado, se acomoda boca abajo , me da más libertad y más cuerpo para manosear. Subo por su espalda, y bajando otra vez a la cola, noto como la levanta suavemente en cada pasada, ya la tengo. Ella sabe cómo termina este masaje... Para coronar mi intención tomo la parte del bodie de su entrepierna y juego con el, lo muevo para arriba, para los costados, hasta que la escucho gemir. La estoy masturbando con su propia ropa interior y mi verga no puede más...
El gemido es un permiso para subir el nivel. Entonces meto por debajo de la ropa una vez más mi mano y la manoseo toda, me enfoco en sus cachetes, pero me freno en el agujero de su culo. Lo acaricio despacio en círculos y ella gime y se mueve sola, mi dedo esta quieto en la entrada y ella va moviendo su orto para sentir mi dedo. Mi verga tiene vida propia.
Entonces ella se da vuelta, y quedamos de frente, mi mano ya busca su concha y la encuentro empapada. Mis dedos entran hasta su interior... Ella me agarra la verga y se me escapa un gemido. A esta altura ya tengo la verga muy dura y sensible y al tacto de ella me estremezco. Ella lo nota y me pajea, le ruego que siga. Escalofríos de placer me recorren, y eso la calienta más. Me pregunta si me gusta, le digo con voz temblorosa que me encanta. Que siga. Le recuerdo que ella es la dueña de mis pajas y que me encanta que sea ella también la que me pajee, estamos muy excitados. Ella se afloja la parte de arriba del bodie y me muestra una teta. Grande , gorda, suave y con ese pezón marrón y grande bien duro, es una locura tocar esa teta. Ella está tan alzada como yo. Tiembla ante mi manoseo de su teta libre y me sigue pajeando, nos besamos. Con calentura, nuestra lenguas quieren más. Entonces dice a mi oído " te gusta?" " Me volves loco, no pares" le contesto.... Y ella redobla la apuesta: " querés que te la chupe?" "Si por favor, métetela en la boca putita hermosa"...
No sé hace rogar y se acomoda bajo las frazadas, la miro como se traga mi carne, la escucho gemir. Ella disfruta de chupar verga, no es solo una parte del acto sexual, para ella es orgasmico tener una pija en la boca... Y me pasa la lengua por el tronco, por la cabeza. La punta de su lengua en mi uretra es tremenda imagen... Se la mete entera... Se ahoga de tan profundo que se la manda. Yo solo puedo acariciar su pelo suelto, y gemir. No puedo hacer más que eso... Ella me domina con su boca...
Al rato siento como me estremezco cada vez más de placer y le ruego que pare todavía no quiero acabar. Ella sube besándome y cuando me mete la lengua puedo sentir el sabor de mi pija en toda su boca, me encanta. Mi cabeza vuela, en una fracción de segundo fantaseo con besarla después de que ella pruebe otras vergas, pero ella interrumpe mis pensamientos acomodando mi pija en su concha. Se monta en mi verga, se mueve suave, se mueve rápido. Se queda quieta y ahí me muevo yo. La siento acabar pero seguimos cogiendo, la energía sexual es muy fuerte... Le apretó las nalgas le chupo las tetas. Un manjar tener esas dos tetas frente a mi boca hambrienta. Mi verga y mi panza están mojadas con sus flujos de tanto que acaba, entonces me dice que le dé en cuatro. Así lo hacemos. Se la meto y se la saco. El ruido de su concha mojada ante cada embestida de mi verga es un aditivo a la hermosa imagen que tengo ante mi. El culo de mi mujer es grande, redondo. Ahora imagínatelo cuando ella está en cuatro, mordiendo la almohada. Se multiplica su tamaño, es hermoso ver ese culo. La disfruto toda. La cojo fuerte, no quiero acabar. Le meto los dedos, se mea prácticamente... Y otra vez mi verga dentro de ella. No aguanto, mi verga ya está muy sensible, fue demasiado para mí. Mucho placer, no lo aguanto retener por más tiempo y le digo que voy a acabar. Ella acaba de nuevo cuando siente que se me hincha la verga a punto de acabar y me dice que se la tire toda encima...
Obvio que obedezco a mi reina puta y apenas se la saco de la concha mi pija escupe semen. Mucho semen... Un chorro va hasta su pelo, el segundo chorro es largo y cae en su espalda ensuciando todo su bodie negro, y el resto sale embardunando toda su ojete, mis gemidos apagan los de ella incluso.... Hace rato no tenía un orgasmo tan potente... Me arde la verga. Mucha fricción. Mucha concha. Ella está tirada en la cama, agitada, regalandome la imagen más sexual que ví en mucho tiempo, despeinada, erótica y llena de semen. El olor a sexo y a concha usada me embriagan. Nos acariciamos, masajeo sus piernas, y cuando nos relajamos, nos abrazamos en silencio. Llenos de fluidos, sucios de sexo y llenos de todo. Y nos dormimos otra vez así.
Fue perfecto... La amo.

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