Una buena manera de probar tangas

Desde que mi chica comenzó clases de twerk, está cada vez más puta. Usa la verga como un juguete sexual, coge como si estuviese haciendo ejercicio; se hace la canchera. Usa calzas muy ajustadas, parecen dibujadas y cuando las usa sin tanga me lo notifica excusándose que es "porque se ve vulgar cuando marca". Tiene un buen papo, muy grandote como su culo. Me ha comentado en ocasiones que le excita que en las fotos la pija no se vea chica junto a sus nalgotas. Que una cosa es tenerla grande y otra que luzca grande junto a su culo. Es un culo marrón, café con leche diría yo, con la marca de la bikini marcada, del verano. Cuando te la coges sin tanga, parece que lleva una puesta, pero es la marquita del hilo que usó para broncearse. 
Yo pensaba en todo esto mientras la esperaba en el auto. Apareció junto a una amiga; Romina. Ambas entrenaron juntas. Romina con una calza azul, papo marcado, topsito blanco con las tetas sudadas: me dejó al palo. Mi chica se sentó en el asiento de copiloto, toda chivada; se dio cuenta que tenía la verga a mil y me dijo que primero dejábamos a Romina en su casa. Eso hicimos. Cuando la mina se bajó, no pude evitar ver como las nalgotas se le marcaban. Así pasa, cuando entrenan les queda el culo hinchado. El de mi chica me prende más, es grandote como me gusta y no es pálido. Un buen papo no puede ser pálido. En el camino me lo reveló: Romina le trajo las tanguitas que ella había encargado. Los colores; amarillo, verde, fucsia y azul. El desafío de mi chica era que la cogiera con cada tanga, sin acabar. La verga me iba a explotar, nos dirigíamos a casa. 

Lo cierto es que mientras conducía a casa me iba enseñando las tangas: una de hilo amarillo, con un dije que colgaba en el triangulito de atrás. Otra naranja de triangulo y luego un hilo muy fino. Por último una tanga blanca, un poco más ancha pero transparente. Esta está buena para usar con un plug fucsia, me dijo. Yo estaba estresado, así que le sugerí que me la chupara mientras que conducía a casa. Decidí no contenerme. Ella comenzó a succionar la pija y a dar arcadas a medida que iba lubricando la verga. Para cuando llegamos a casa, ya la pija estaba brillante y las bolas llenas de espuma. Debía cumplir el desafío: cogerla con las tres tanguitas de hilo. 

Comenzamos con la tanga blanca. Ella se la colocó haciendo sonar las tiritas que se subió a la altura del ombligo. Se puso en cuatro en un sillón. Se relajó, me dijo que si quería que filmara. Pero yo tenía la verga demasiado parada como para pensar. La tanga  blanca lucía preciosa, quedaban los cantos del ojete a la vista y el asterisco era lo único que quedaba oculto. El papo, prominente,  estaba totalmente cubierto. Se la corrí, me escupí la verga y la metí hasta el fondo despacio. Una cosa rica que tiene esta petera culona es que cuando entrena se le inflaman los gluteos y el tronco de la verga es acariciado por los cachetes cada vez que la metes y sacas. Solo basta un poco de saliva para que lubrique y listo. Seguí bombeando y cuando sentí que iba a acabar le ordené que la tanga naranja. Pero para seguirla cogiendo con las otras dos tangas tuve que comerle la concha unos instantes. Mientras se la comía aproveché de olerle el ogt y eso la excitó. 
-Pará que ando chivada-, dijo y buscó la otra tanga; esta vez trajo la naranja, la de triangulito e hilo. 

Una vez en cuatro me di cuenta que la de triangulito no le cubría para nada el ano. Soy de los que opina que una buena tanga de hilo no puede cubrir el ano, si lo cubre no es hilo, hilito como dicen ellas para pararme la pija de inmediato. En fin, le mandé sus lenguetazos por la parte del ogt que estaba al descubierto y comencé a bombear por la concha. Esta vez esta puso una canción de Funk Brasilero y comenzó a menear. Para ella era como hacer cardio de nuevo. Yo miraba ese ortazo con la marca del bronceado y el hilito corrido y sentía como me palpitaba la verga. Casi descargo la leche. La saqué. Ella se cagó de risa. 

-Vamos con la última-, dije. 

Ellla se colocó la amarilla, que tenía como unas joyitas en el triangulito de atrás. 
-Son como tiritas-, me dijo y la parte de atrás la abrió en dos tiritas y quedó todo al descubierto: ogt y concha. 
-No hace falta correrla, viste. Mandale mecha-, dijo cuando se puso en cuatro. Luego, desde el celu, puso un video de Funk en la televisión: tres putas en lencería movían el orto. 

Comencé a bombear como un toro. Empecé a darle duro con los ojos cerrados. Ella gemía desesperada. Alcanzó el orgasmo y me pidió que parara, pero la concha estaba tan mojada que no pude evitarlo. Bombeaba como un enfermo mientras miraba a las putas en la tv bailando funk, con el ogt a la vista también. Lencería roja, de encaje, arnés. Una gorda con una tanga de hilo que se le veía el ano y después la gran puta se bajaba la pollerita. Otra mina a punto de chuparle la pija a un chabón. 

En esas voltea mi chica y me dice que acabe hdp que le duele la concha. Y ahí descargué. Seguí mirando a las putas mover el orto, mi chica haciendo uyyyy, aiaaa, aaiaaa, ay que ricoo, uff cuanta leche hdp. Y seguí descargando, mirando a las putas mover el orto, relajandome, sin sacar la pija. 
-Uy, uy- seguía diciendo mi jermu mientras terminaba de descargar. 



-Están buenas las tanguitas-, le dije.
Me fuí de nuevo a la calle.