You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Una Noche Inolvidable:

La reunión había sido divertida, todos riendo, bebiendo, disfrutando… hasta que poco a poco los invitados se fueron yendo. Tú, mi amor, estabas tan borracho que terminaste dormido en el sofá, roncando suavemente. Yo, aunque también había bebido, sentía ese calorcito en el cuerpo que me hacía estar más… consciente de todo.

Fue entonces cuando tu amigo, ese que siempre me miraba con esa sonrisa pícara, se quedó solo conmigo. Al principio solo hablamos, cosas sin importancia, pero cada vez que reía, sus ojos bajaban a mis labios, luego a mi escote… y yo, aunque sabía que estaba mal, no podía evitar sentir cómo mi cuerpo respondía a su mirada.

De repente, su mano rozó mi muslo, apenas un contacto casual, pero suficiente para que un escalofrío recorriera mi espalda. "¿Y si probamos algo más divertido?" murmuró, acercándose. Yo debí apartarme, debí decir que no… pero en lugar de eso, sentí cómo mi respiración se aceleraba.
Sus dedos se deslizaron bajo mi falda, lentos pero seguros, y cuando encontraron mi ropa interior, ya estaba húmeda. "Mierda… qué mojadita estás," susurró contra mi oreja, y ese aliento caliente hizo que me estremeciera.

Mientras su mano exploraba, no pude evitar pensar en ti… en cómo tus dedos siempre eran tiernos, cuidadosos. Pero él… él no tenía prisa. Sus dedos eran más largos, más firmes, y cuando los deslizó dentro de mí, ahogué un gemido. "Dios… llena más…" pensé, avergonzada pero excitada al mismo tiempo.

Luego, bajó su cabeza entre mis piernas, y su lengua… Dios, su lengua era experta, como si conociera cada punto que me volvía loca. Tú siempre tratabas de complacerme, pero él… él sabía exactamente cómo hacerlo.

Cuando pasó a desabrocharse el pantalón, mi corazón latía tan fuerte que creí que lo escucharías despertar. Pero no… seguías ahí, dormido, mientras yo veía cómo su polla, gruesa y larga, sobresalía de sus boxers. "Es más grande… mucho más…" comparé mentalmente, sintiendo un nudo de culpa y excitación en el estómago.

La tomé con mis manos, notando su calor, su rigidez… y antes de que pudiera pensarlo dos veces, mis labios se cerraron alrededor. "Joder… cabe justo…" Él gruñó, agarrando mi cabello, guiándome en un ritmo que nunca habíamos intentado tú y yo. La sensación de tener la garganta llena, de escuchar sus gemidos bajos… me hizo sentir como una puta, pero su puta.

No aguanté mucho. Después de unos minutos, me empujó contra el sofá, levantó mi falda y entró en mí de un solo movimiento. "¡Ah, mierda!" gemí, sintiendo cómo se abría paso dentro de mi cuerpo, más profundo de lo que tú jamás habías estado. Cada embestida me hacía ver estrellas, y cuando su mano encontró mi clítoris, supe que no podría aguantar.

El orgasmo fue brutal, sacudiendo todo mi cuerpo, haciendo que mis piernas temblaran. Él no tardó en seguirme, llenándome por dentro con un gruñido ronco.
Cuando se fue, quedé ahí, respirando entrecortada, las piernas aún temblorosas y escurriendo. Fue entonces cuando despertaste, confundido, pero con esa mirada hambrienta que siempre tienes cuando quieres sexo.

Intentaste tocarme, pero yo… no podía evitar sentirme diferente. "Cariño… no ahora…" murmuré, apartándome suavemente.
"¿Qué pasó? ¿Por qué estás tan… mojada?" preguntaste, y en tus ojos vi la duda, la sospecha.
Yo solo me mordí el labio, mirándote con una mezcla de culpa y satisfacción. "Nada… solo que… creo que bebí demasiado."

Pero en mi mente, solo repetía una cosa: "Nunca volverá a ser lo mismo…"

0 comentarios - Una Noche Inolvidable: