Recorrí nuestro lugar en la playa, el viento traía tu nombre entre las olas. Cerré los ojos y sentí tus manos, tu aliento tibio en mi cuello, el sabor salado de tu piel. Mi cuerpo te recordó, deseándote, ardiendo por repetir cada caricia bajo el sol que aún nos pertenece.











































0 comentarios - Te siento en mi y el mar no apaga lo que dejaste ardiendo