Mi mejor amigo vino a jugar videojuegos a mi casa y después de un rato se quejo que tenía mucha hambre. Con toda la confianza del mundo le dije que fuera a la cocina y que tomara lo que quisiera. Claro, no tenía ni la menor idea que mi madre estaba en la cocina hasta que escuché sus gemidos de perra en celo. Mi amigo hizo exactamente lo que le dije y tomó lo quería a la fuerza.


No puedo culparlo. Es difícil negarse al cuerpo de mi madre y ella tampoco puso resistencia. Sabe muy bien como hay que tratar a los invitados.

Irónico. Se supone que mi amigo fue a la cocina a llenarse de comida, pero la única que comió algo fue mi madre, llenándose con la gran verga de mi amigo hasta saciarse con su leche.


Mi amigo regresó hambriento, pero feliz, y continúo jugando conmigo como si nada hubiera pasado, hasta que una hora después volvió a buscar un bocadillo en la recámara de mi madre.


No puedo culparlo. Es difícil negarse al cuerpo de mi madre y ella tampoco puso resistencia. Sabe muy bien como hay que tratar a los invitados.

Irónico. Se supone que mi amigo fue a la cocina a llenarse de comida, pero la única que comió algo fue mi madre, llenándose con la gran verga de mi amigo hasta saciarse con su leche.


Mi amigo regresó hambriento, pero feliz, y continúo jugando conmigo como si nada hubiera pasado, hasta que una hora después volvió a buscar un bocadillo en la recámara de mi madre.
1 comentarios - Mi amigo y mi madre en la cocina